Un nuevo ser
Un nuevo ser
Por: Michael Bermudez
UN NUEVO SER

¡Hola! mi nombre es Sebastián, bueno era Sebastián, desde que desperté del coma soy otra persona. Por lo que tengo entendido, antes de verme en esta situación era un joven como cualquier otro, con virtudes, con defectos, bueno, más defectos que virtudes, era un ser humano despreciable, tenía una idea muy errónea de lo que llaman la vida, hacia el mal para con los demás.

Era huérfano, mis padres eran militares y habían muerto en unos bombardeos producto de una fuerte guerra, me había quedado en mi niñez con mi tío Ricardo y mi tía María Isabel, pero al poco tiempo, una terrible peste me los arrebato, en mi adolescencia pase por muchos hogares, los cuales me terminaron odiando y sacando.

Si había algo de buena persona en el ser que antes fui, murió, cuando la mujer que más amo, lo traiciono y producto de su ira el provocó un accidente donde iban ella y su amante.

Producto de ese choque, ellos murieron y yo caí en coma, tenía un traumatismo cerebral severo, tanto que no había posibilidad de que sobreviviera, pasaron 2 años y yo seguía ahí, hasta que abrí los ojos, pero no reconocía a nada ni a nadie.

Era todo desconocido para mí, se dirigían a mí como Sebastián, pero yo no respondía, no sabía que era un Sebastián. Una enfermera entró y me explicó la situación, pero no entendí mucho, después sentí un gran sueño y me volví a dormir.

Desperté a la semana siguiente y los doctores trataron de explicarme todo, me di cuenta de lo que había sucedido y de lo malo que había hecho Sebastián.

Los doctores me dijeron que era imposible que yo recuperará la memoria, por lo tanto, soy un hombre nuevo, así que, podía elegir ser, quien quisiera ser, apenas saliera del hospital.

En mi tiempo de recuperación, me venía a visitar alguien a quien llamaban maestra, ella me explicaba algunos aspectos del lenguaje, que del todo se me olvidaron.

También me visitaba una un psicólogo para poder observar si yo era algún peligro para la sociedad debido a mi condición donde cualquier emoción fuerte podía alterarme.

El miércoles 23 de junio, me visitaron los padres de la que fue, mi antiguo amor, ellos no sabían que yo había perdido la memoria, entonces me insultaron y me dijeron muchas cosas que de verdad por primera vez sentí el dolor y la angustia, la pena y la culpa.

Un doctor entró inmediatamente a calmar la situación, pero fue algo tan fuerte para mí que me desvanecí. Así duré 5 meses hasta que volví a despertar, al parecer tenían razón los doctores, cualquier emoción fuerte puede alterarme, ya que aún no estoy en condiciones para salir o para repasar cosas de mi pasado.

Tuve que pasar por el mismo proceso de rehabilitación para que los doctores vieran que paso con mi memoria este tiempo que estuve despierto, al parecer era el mismo, aunque Sebastián jamás volverá, este nuevo Sebastián seguirá aquí hasta que me muera.

Un doctor me comentó si quería cambiarme de nombre, algo que relativamente llamó mi atención y decidí hacerlo. Así que con todo el proceso logre cambiarme de nombre, al poco tiempo ya no era Sebastián si no, Marvin, por alguna razón, ese nombre fue lo primero que dije, no pensé en nada más y bueno todo el expediente de Sebastián fue cambiado para que ahora fuera el expediente de Marvin.

Mientras estaba en el hospital, hice varios conocidos o lo más cercano a lo que se podría decir unos amigos, lastimosamente algunos de ellos tenían poca vida, así que sentí la compasión y la empatía por primera vez y decidí pasar tiempo con ellos, hablando, conociendo quienes eran y cuál era su pensar si lograban salir con vida.

Este hecho me hizo darme cuenta de que había personas que realmente quieren salir adelante, otros lamentablemente querían seguir estancados donde estaban y me di cuenta de que todo depende de uno mismo, que perspectiva tengas de la vida.

Un día mientras estaba durmiendo, una mujer vestida de enfermera llegó a mi cuarto, ella me hablaba, pero de lo dormido que estaba no entendí mucho.

Pero a lo que logro recordar de ese día, ella era la hermana del amor de Sebastián, aquella que Sebastián le arrebato la vida junto a su amante.

Comparado a lo que me hubiera imaginado, más bien me agradecía por ese hecho, ella y su hermana, jamás se llevaron bien, realmente su hermana y Sebastián eran personas iguales, ambos eran la pareja perfecta, se complementaban el uno al otro. Por lo tanto, eran seres despreciables para todo aquél que los conocía.

Después de esto, ella salió y nunca más la volví a ver. Para la tarde de ese día, los doctores me dieron de alta y por mi incapacidad me dieron un hogar y además tendría la compañía de una psicóloga, ella estaría monitoreando mi comportamiento.

No tenía nada de ropa u objetos que podría traer de la casa de Sebastián, puesto que ni se dónde estaba y Sebastián no tenía nada a lo que tengo entendido, el solo pasaba de casa en casa.

La psicóloga fue muy buena y me consiguió ropa, zapatos y un cepillo de dientes para mí, además de preparar el cuarto para mí, su casa era muy acogedora, era muy hermosa.

Al principio casi que no me dirigía la palabra, era muy seria y algo cortante, pero a lo que observaba de ella, se veía de mi edad y se notaba que ella amaba su trabajo y a un hombre que siempre la recogía los viernes para ir a cenar.

La primera vez que él llegó, armo un escándalo porque yo recibí la puerta cuando él llegó, empezó a gritar de celos y me golpeó, en eso llega Elizabeth la psicóloga, y lo para en raya, diciéndole que no lo estaba engañando, que yo era alguien que tenía que estar vigilando porque había perdido la memoria, ya adentro de su casa, le mostró mi expediente y le creyó.

Yo mientras tanto del golpe que me dio, quede en el suelo, ella le pidió que me llevara a mi cama a descansar, después me dejó una nota escrita a mano y se fueron.

A las 5 horas después desperté, tomé la nota y la leí, esta decía:

“Marvin lamento mucho lo que sucedió, me siento muy apenada por las acciones de mi novio, también lamento no haber sido muy cortes contigo, es la primera vez que comparto mi hogar con alguien y es algo incómodo para mí.”

Después de leerlo, comprendí que ella realmente se sentía muy apenada y que yo también, debía de poner de mi parte para que ella no se sintiera incomoda con mi presencia.

Noté que ella llegó y me hice el dormido, vi como ella luego entró a mi cuarto y me dijo:  de verdad lamento lo que pasó, prometo que haré lo posible para que tu estés bien.

Esas palabras me llegaron mucho, tanto que una lagrima salió de mi ojo derecho, fue la primera vez que experimente alegría y además la primera vez que lloraba.

A la mañana siguiente decidí levantarme una hora antes que ella, mediante algo llamado celular, vi un video sobre cómo preparar un desayuno para una mujer y decidí hacerlo, como por arte de magia me salió a la primera y decidí ir a su cuarto y despertarla con el desayuno.

Ella se quedó muy extrañada, pero a la vez alegre de mi acto, le dije no te preocupes por mí, gracias porque a pesar de que perdí mi memoria, tú has decidido cuidar de mí.

Después me fui a bañar y cuando regrese a mi cuarto, note que había una especie de cuaderno, pero no tenía nada, todo estaba en blanco, así que supuse que Elizabeth lo había dejado para mí, para practicará mi escritura.

Costó mucho, pero después de un mes logré encontrar mi tipo de letra y según los elogios de Elizabeth realmente era una letra muy bonita, por lo que decidí empezar hacer lo que llaman diario.

Anotando desde el jueves 8 de noviembre, lo titulé Marvin, un nuevo ser, quizás le cambie el nombre después.

Ese mismo día, Elizabeth me comentó de un lugar llamado colegio especial Lutton Van Betania.

Donde a personas como yo, nos enseñaban todo lo necesario de escuela y colegio para estar preparados por si un día quisiéramos trabajar o ir a algo llamado universidad.

Después de pensarlo mucho, decidí ir a este extraño lugar, las clases empezaban el lunes siguiente, así que Elizabeth me ayudó a hacer la lista de todo aquello que ocupaba para este lugar, por fin era la hora de iniciar la clase y yo estaba muy ansioso

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