Él me mira incrédulo, ¿No creé que soy yo?, tan diferente es mi rostro sin la máscara y si él no quiere mantener su propuesta, seco mis manos incómoda con la ropa. —¿Tú nombre es señora coneja entonces?. —Niego frenéticamente. —Entonces.—Mi nombre es Lisa Byrne.—Oh. —¿Solo "Oh"?, ¿Te desagrada mi nombre?. —Entonces, podrías decirme: ¿Por qué me buscas?. Desde que mi padre desapareció creí que este horrible sentimiento no lo volvería a sentir, una horrible presión siento al mirar sus ojos fríos, la vida de mi madre está en sus manos ahora, no puedo evitar temblar al pensar que puede rechazarme.—Usted me dijo que si necesito dinero puede proporcionarmelo, que sólo debo… —¿Qué hace esta mujer?. —¡Suelta mi cabello!.—Calvert, sujeta a Natasha —ordena sin moverse de su asiento como si toda la situación fuera ajena a él, siento como si un balde de agua fría fuera arrojada a mi cuerpo, ¿Él no está dispuesto a continuar su propuesta?.—¡¿Qué haces?!, ¡Suéltame, matare a esta perra!.—¿Q
Lisa no podía ocultar su desesperación, ¿Tanto necesitas el dinero?, por algo dicen que el mundo es redondo, debemos tener cuidado de nuestras acciones porque tarde o temprano la retribución llega y esta es la tuya, a menudo te burlabas de mí y ahora es mi turno de reirme de tí. Es una lastima que no puedas recordar a este viejo conocido, tu cuerpo tiembla de la rabia, Lisa, esto es tan gratificante. Por algo suceden las cosas, o al menos eso dicen, es tan bueno que no lo hagas porque si lo supieras no podrías poner un pié dentro de mi oficina. —¿Por qué tengo que creerte?, tengo que recordarte donde te conocí o cuando te salve, no sueles ser una persona confiable, ¿Lisa?, siempre y cuando ese sea tu nombre. —¡Claro que lo es!, quieres mi documento te lo daré, no tengo tiempo. —Su cuerpo cae en seco al suelo, un frío crak sonó, ella muerde sus labios. —Sólo dime que quieres que haga. —Lo pensaré, pero primero iremos a un lugar para comer. —Se para con dificultad. —Señor hay un l
—¡Mamá, mamá…!.—Lexi Byrne se encuentra estable, el doctor Floyd estaba esperando que despiertes. — Él se ve un poco desaliñado, sonrió, la atmósfera es deprimente en este lugar. —Si quieres acabar con tu vida hazlo lejos de mí, no puedo perder mi tiempo, es valioso.¿Se ve un poco molesto?. —¡Espera, yo estaba desesperada, quería que confíes en mí!.—¿En qué parte entra tu muerte?, porque no puedo entender, ¡Qué tienes en tu cabeza para hacer semejante locura!. —Si, no tengo dudas él está muy enojado, me aferró a su brazo, siento un tirón en mi muñeca. —Si quieres morir hazlo lejos de mí, ¡¿Qué parte no entiendes?!. ¿Puedes pasar más de dos minutos sin derramar sangre?, ¡Enfermera!.—Lo siento, estoy bien, no te…Él salió de la sala, sin esperar que termine de hablar, ¿Si se va el trato se termina?. Dudo. —¿No tengo opción?, no la tengo.Sujeto las pequeñas mangueras alrededor del brazo. ¡Voy a llorar después de esto!.—¡Ay, ah!... Tengo que encontrarlo.Abro la puerta y al final de
Jefecito le entregue su ropa enfermera.¿No puedes hacer nada bien?.No me dejo entrar, lo intente, ¡No puedes culparme!.Arrojó lejos el móvil, solo tenías que entregar la ropa y faltaste Sharp.Toc, toc…—Deja la ropa en la puerta y retirate.Sumerjo mi cuerpo en la tina, el agua caliente relaja los músculos.Clic.—Natasha, ¿Cómo conseguiste esa ropa?. —Exasperado me levanto. Ella se sonroja y abre su camisa. —¡Tus malditos juegos no funcionan conmigo!, ¡Sal de aquí!.—Pero disfrutabas tanto cuando me vestía así, ¿No te trae a la mente viejos recuerdos?. —Sensaciones apresuradas atacan mi cuerpo. ¿Placer o estupidez?.—¿Qué estás pensando?. Mírame, ¡Estoy aquí contigo!, me equivoqué pero ya no me desprecies.Abraza mi cuerpo desnudo, sus besos húmedos recorren mi cuerpo, mi cabeza es un lío.Tomé la virginidad de la persona que juré destruir, le propuse un ridículo trato que no puede negarse.Ella en el proceso intentó quitarse la vida para salvar la de su madre, y yo creí que me v
—Cariño, ¿Ocurre algo?.—Nada mamá, ¿Quieres que acomode tu almohada?.—No está… —Me acerco a ella y con cuidado la arregló, lo mejor siempre es ignorar la negativa de mi madre, no es una persona que suela recibir ayuda, a pesar de todo a ella no le importa a pesar de que la necesita.—Listo.Mi madre suspira. —Tienes que comer.—Todavía puedo esperar, recién son las 1 p.m, comeré luego.—Come ahora.—Lo haré luego. —Me siento, me duelen demasiado las piernas.—Lisa, ¿No me dirás lo que ocurre?.—¿Qué quieres que te diga?. —Esperas que te cuente que firmé un maldito contrato sin leerlo, que mi empleador desde ese día no volvió a aparecer frente a mí. Sujeto mi cabeza, tampoco se comunicó conmigo, aprieto mi móvil, hable con Calvert pero evitó mi pregunta, le di mi número de teléfono aún así no me llamó. —Está todo bien mamá.—Lisa…—¡Basta mamá, hace 4 días preguntas lo mismo!, ¡¿Qué tan difícil es creer en mí?.—No es eso, solo que…—¡Ya, mamá!, deja el tema, sabes iré a comer, si me
Miró a mi alrededor, ¿Cómo llegué a este lugar?, ¿Cuánto tomé?. Intenté hurgar en mis bolsillos para encontrar respuestas pero no tenía ropa.¿Por qué?... ¿Lisa?, ¿Qué demonios hice?.Salí del pub a toda prisa, la negociación del nuevo hotel subterráneo fue un éxito pero después de eso no logró recordar. ¡Mierda!.No puedo dejar de mirarla, no puedo ser débil de nuevo frente a ella. Ya no soporto esto. Tomó el móvil de la mesa ratona, Calvert tiene que explicarme que sucede.—¡¿Es enserio?!. —Está muerto el teléfono.Abro la puerta del baño y enciendo la regadera. Me volveré loco, ¡¿Qué hice?!, ¿Cómo llegué a este maldito edificio?. ¿Me drogaron de nuevo?, ¿Por qué ella?.—¡Maldición!. —Cuando vislumbre su cuerpo desnudo solo quería ver a Lisa gemir de dolor, mi impulso de destruirla era tan fuerte, lleno de deseos maquiavélicos, mis instintos se vuelven primitivos ante ella. ¡Yo no soy una maldita bestia!. —Oh, ugh. —Sólo quiero escuchar que salga un sonido vergonzoso de su boca.Lad
La camarera con poca ropa, traía con elegancia los aperitivos. La semana pasada mi trabajo era el mismo, incluso peor.Ella me ofreció una copa, sonrió y aceptó incómoda.Mi mano tiembla, no puedo darles una mala impresión. —Entonces, ¿Quién es ella, Hervas? —pregunta un tipo guapo de unos 40 años aproximadamente, a pesar de su cabello gris, su cuerpo emana vitalidad y elegancia.—Eso es irrelevante para tí. —Sin el mínimo tacto, Emanuel corta la conversación.Humedezco mis labios en la Copa de alcohol. Intento ignorar el escudriño de las personas. Sus ojos están fijos en mí.Desvío mis ojos, miro con atención la habitación privada, es muy lujosa, todos aquí parecen ser hombres de negocios, vestidos solo con elegantes trajes. Cada uno iba acompañado de una o dos mujeres, que vestían ropas casi inexistentes e indescriptibles.Sujeto mi vestido, ¿Por qué me trajo a este lugar?. —¡Ah!. —El hombre de traje celeste masajeaba el pecho de la mujer pelirroja sin el mínimo sentido de pudor.
Intento no llorar. Mi garganta se siente apretada, por un momento pensé en escapar pero sé que no puedo hacerlo, bajo mi cabeza avergonzada, solo puedo esperar su juicio. Un juguete se puede compartir mientras su dueño acceda.—Lo lamento Bob pero como lo he dicho anteriormente, este es mi juguete, —sujeta mi barbilla, sus ojos verdes son bonitos pero no tanto como los de él — detesto compartir mis cosas.—Mocoso, entonces que tal una apuesta, si ganó me llevo tu juguete.Sujeto la manga de su traje, por favor no lo hagas.—¿Qué ganaría?.—El nuevo casino asociado a Hell, te daré un 10% de acciones.—Mi juguete es más valioso. —Suspiro, él lo rechazará. —Si apuestas un 40% acepto.—¡Ja, Ja, Ja!. Tienes ambición, me agrada, si me ganas te daré un 30%, no porque tu juguete lo vale. —Sus ojos recorren mi cuerpo, el desprecio está escrito en su rostro. —Es por tus agallas, me recuerdas a alguien. Su voz parecía un poco triste.—No seré cortés.—Por eso me agradas. Vamos.Su comentario se