Cuando llegó la noche y acabo la fiesta, David y Daniela se dirigieron a su nueva casa.

Antes de adentrarse en la propiedad él la cargo entre sus brazos lo cual se le dificulta porque el vestido de ella es muy ostentoso.

Daniela mira por arriba la propiedad y se percata de que el lugar es muy espacioso, pero le llama la atención de que posee pocos muebles.

Para estar en una zona lujosa y el tamaño de la mansión y el jardín debería estar amueblada.

—¿Te gusta?—Le pregunta David

—si es linda, pero te estafaron porque no está amueblada.

Él ríe fuerte —Yo lo pedí así, cariño. Deseo que sientas este sitio como tuyo y por eso quiero que lo amuebles a tu gusto incluso el color de las cortinas serán a tu gusto.

—Muchas gracias —Responde sorprendida.

—También puedes cambiar los muebles que están.

La casa está completamente vacía a excepción de la recámara, la cocina y la sala.

—También se puede cambiar al novio—Ella bromea

Él niega con la cabeza mientras se acerca con ella en brazos hacia la