Narra Tayler. ¡Hola! Me presento mi nombre es Tayler Black. Y soy el mejor amigo y mano derecha de Burak Marít, no hace mucho me encontraba en un viaje de negocios, hasta que recibí una llamada de mi gran amigo diciéndome que después de tanto tiempo pudo volver a reencontrarse con su hermana Elizabeth. A Burak lo conozco desde que éramos niños, su padre y el mío, al igual que nosotros, también eran mejores amigos, a diferencia es que el padre de Burak murió mientras el mío se retiró hace mucho tiempo. Burak me había comentado de su hermana el primer día que John Sebastián Miller "Rey de la mafia turca" lo había traído a su hogar. Desde aquel preciso momento nos convertimos en grandes amigos. Ahora volviendo al presente, cuando Burak me comentó sobre el reencuentro con su hermana, en parte me alegré por mi amigo, ya que siempre estuvo esperando este momento. Pero cuando me dijo que ella había entrado en un coma, no lo pensé mucho y viajé de inmediato a Miami para estar a
Narra Samantha. Estos días fueron unos días locos. Se preguntarán porque, pues hace unos días, Alex me pidió tiernamente que fuera su esposa. Cosa que acepté gustosa. Tal vez pensaran que todo esto fue muy apresurado, pero que les diré. Si hay amor del bueno, no existe tal duda al aceptar estar al lado de tu verdadero amor para siempre. A mis padres le agradó mucho la idea que Alex y yo decidiéramos casarnos, a quien no le agradó para nada, fue a Edward quien se puso como loco el día que hicimos una reunión familiar en casa de mis padres para anunciar el compromiso. Estoy nerviosa ya que apenas falta una semana para que llegue el día de la boda. Narrador. Burak se encontraba en el despacho de su mansión, revisando unos documentos en dónde tenía la información completa de Edward, por el hecho de que este tenía planeado hacerle pagar por todo el daño que le había hecho a su hermana, Burak también había descubierto que Edward le había comprado información valiosa a su t
Narrador. — ¿Tú qué haces aquí? —le preguntó Gregory enfadado a Tayler. —Cumpliendo mi deber de cuidar y proteger a Eliza— le respondió Tayler. —No hace falta que sigas cuidando de Mi Mujer, ahora estoy yo a su lado, para cuidarla a ella y a Mi Hija, a mi lado nada ni nadie las va a lastimar. —Tu hija— preguntó Tayler con ironía—Cómo es que estás tan seguro que el bebé que espera Eliza es tu hija y no la de Edward. Y por si mal no recuerdo, estando bajo tu cuidado y la del idiota de su esposo aquella vez en la gran fiesta, la dejaron sola, hasta el punto de perderla de vista. Y con aquello mi Eliza, resultó salir herida, a tal punto de caer en los brazos de un desconocido. Y para completar si fuera tu mujer, no la hubieras tratado de puta y ofrecida aquel día en la corte cuando la viste junto a su abogado, Edward, y lo más importante a mi lado. Cometiste muchos errores, italiano, y dudo que Eliza te perdone fácilmente, pero si ya lo hizo entonces felicidades. Pero una cosa
Narrador. —¡demonio! — gritó Edward en el momento que sintió que su nueva secretaria había dejado caer el café caliente sobre su cuerpo. Nashla ya tenía una semana trabajando en la empresa de Edward, pero todo el día pasaba lo mismo una y otra vez, Edward sentía que estaba viviendo en un déjà vu con su nueva empleada, la cual solo le servía el café, tras haberle arruinado varios contratos importantes decidió que lo mejor sería quitarle esas responsabilidades a Nashla. ¡Ahí Elizabeth, qué castigo es este! Pensó cambiándose la camisa por tercera vez en la semana, estaba tan acostumbrado que ya cargaba una camisa de repuesto Naslha al ver el torso desnudo de Edward se sonrió con malicia, verlo sin camisa se había convertido en su pasatiempo favorito. Narra Elizabeth. Por fin llegó el día especial de mis amigos, estoy más que feliz por su boda, aunque lamento no haber podido ayudarle mucho a Samantha con los preparativos porque me la he pasado cogiendo como coneja con mi ital
Narra Gregory. No niego que al escuchar todo lo que dijo Melissa acerca de que mi mujer fue hasta la empresa de aquel maldito. Hizo que mi furia creciera más y más. Tenía ganas de matar a alguien. Tenía ganas de ir a aquella empresa y partirle la cara a aquel idiota hasta el punto de terminar matándolo. Pero antes de que hiciera eso quería enfrentar a Elizabeth. Quería que me lo dijera en la cara si todo lo que dijo mi hermano es verdad. Porque si era así, juro que hasta la misma Troya ardería y caería en pedazos. Cabreado y enfurecido, decidí llamar a uno de mis colegas para que me informaran el paradero de mi mujer. Así es, no solamente Burak le puso seguridad, sino que desde el momento que la encontré le asigné un guardaespaldas personal, sin que ella se diera cuenta. —Lambert tiene información de dónde se encuentra mi mujer ahora—le pregunté a mi colega. —¡Sí señor! Ella ahora se encuentra en la empresa del señor Edward—respondió él. Al escuchar eso, apreté
Narrador. Elizabeth seguía lamiendo el pene de Gregory con mucha destreza al pasar unos minutos, ya lo estaba haciendo como toda una profesional en la materia lamía su glande y lo succionaba lentamente arrancándole unos que otros gemidos a su hombre, cosa que en el momento lo pusieron a analizar porque ella al principio se mostró torpe y ahora resultaba que sabía más que él, de lo que estaba haciendo y a su mente llegaron unas que otras imágenes desagradables de Elizabeth dándole sexo orar a Edward en aquella oficina. —Ella es toda una experta en dar buenas mamadas — balbuceo Gregory enfadado. ¡Quizás por eso fue que visitó al desgraciado de Edward para regalarle una mamada y quién sabe si mejor que esta, porque de seguro debe estar cansada! Pensó mirando fijamente a Elizabeth quien estaba perdida disfrutando del sabor del pre semen que estaba saliendo del miembro de Gregory, esa era su primera mamada y en vez de desagradarle o causarle asco más bien le fascinaba estaba tan exc
Narra Edward. He tomado la decisión de decirle toda la verdad a Nashla, deseo comenzar una vida nueva, la vida me ha enseñado que el dinero y el poder no lo es todo. La llegada de Nashla a mi vida no es casualidad, es obra del destino dándome una segunda oportunidad y debo de aprovecharla, por eso he elegido continuar por el camino correcto, he dejado el pasado atrás dejando todo lo que me hacía ser una mala persona. Por alguna razón ver a Elizabeth y a Gregory así de distanciados en la fiesta de mi hermana me hizo sentir mal, ya que Elizabeth desea que todos seamos felices, pero ella no lo es y decidí que ya era hora de hacer la paz con Gregory porque si el bebé de Elizabeth resultaba ser mi hijo tendríamos que estar unidos sabía que él no dejaría a Eli por eso. También estaba más que seguro que él cuidará a mi hijo como si fuera su propio hijo, ya era tiempo de dejar las rivalidades a un lado y continuar con una nueva vida. —He, dragón, necesito hablar contigo— le dije a
Narrador. —Siii, acepto — gritó Elizabeth emocionada antes de empezar a besar a Gregory sin sentir vergüenza con las personas que estaban en la boda y era que los nervios la habían traicionado — Bueno, yo iba a decir que ya el novio podía besar a la novia, pero al parecer la novia se desesperó— comentó el sacerdote provocando que todos empezaran a reír. — Huy dulzura ya para ese beso porno recuerda mantener el glamour — le dijo Melissa mientras alejaba a Elizabeth quien no había dejado de besar a Gregory quien estaba más que gustoso al ver que su mujer o mejor dicho su esposa estaba besándolo delante de todos sin cohibirse. — Que glamour ni que nada eso enséñale esas estrategias a Nashla que ahora es ella quien la necesita— le respondió Elizabeth provocando que Nashla abriera la boca asombrada. — Dulzura, hay que ver que eres una malagradecida — le dijo Melissa haciéndose la ofendida. Lo que era una boda se había convertido en un área de debates y comentarios que solo ca