Me siento con tranquilidad junto a Ángela, fingiendo que ese extraño episodio en el baño jamás sucedió. De hecho, pudo no haber sucedido, y todo no fue más que un momento de alucinación creada por mi mente descontrolada. Aquellas voces, aquellos pensamientos que parecían provenir de tan lejos, del eco de una eterna caverna cuidadora de un secreto superior. Maldito momento de locura.

⸻¿Estás bien? ⸻me pregunta Ángela, con esa mirada escrutadora que parece saber toda la verdad antes de que yo se la desvele.

⸻Sí, estoy bien, no me pasa nada... Nada malo.

⸻¿Estás seguro? Estás pálido, y tardaste mucho en el baño. Johan si te sientes mal o te pasa algo, puedes...

⸻ ¡Estoy bien! ⸻la interrumpo⸻ Es solo que me encontré con alguien desagradable en el baño, alguien a quien no quería ver.

⸻ ¿Algún amigo?

⸻Para nada. De hecho, lo odio.

⸻ ¿Quién?

⸻Nadie importante, no hablemos de él.

Ángela abre la boca y tras unos segundos