Vlad sentó a Samantha en un columpio que tenía adornos navideños en las cadenas de hierro puro que lo conformaba, ella empezó a mecerse con la ayuda del ruso pero en ese momento llegó un hombre que los detuvo.

_ Lo lamento señor pero la señorita no se puede columpiar, solamente se permite que se siente y nada más debido a que puede dañar el columpio.

_ ¿Pero qué has dicho? _ Vlad se puso furioso y miró al hombre como si quisiera arrancarle la lengua para después hacer que se la tragará _ escucha muy bien, te aconsejo que te des la vuelta y sigas tú camino de vigilancia.

_ Lo lamento señor pero es algo que entra en mis responsabilidades y no puedo irme de aquí si usted no ha dejado de columpiar a la señorita aquí presente.

_ Me encuentro aquí pagando una cantidad que no es baja para venir a disfrutar con mi pareja, ni usted, ni nadie me va a decir lo que tengo que hacer _ él sujetó de la camisa al hombre de seguridad _ así que se lo advierto nuevamente, siga su camino de una buena vez.