En lo que salgo Luciano está acostado en el sofá de manera incómoda. Busca darle la forma correcta a su cuerpo para que entre en este. La verdad es que mi sofá es pequeño para tener a un hombre tan alto como él acostado. Le miro con culpabilidad.—¿Podrás descansar bien en mi sofá?—No lo creo — est
Despierto después de dormir en la misma posición durante toda la noche. Una posición incómoda y en la que el lado izquierdo de mi cadera me quedó doliendo bastante, he estado acostada de lado por horas y horas. Pero con la luz del día inundando mi habitación y con el conocimiento de que hoy es sábad
—¿Te vas a casar con mi mami, Lulu? — le pregunta ilusionada a Luciano.Las risitas y burlas de él se acaban con eso. Le impacta. No más sonrisas, no más chistes, no nada. Esto es más que incómodo, es vergonzoso.—Amy… esos son temas de adultos… ya te lo dije. Termina tu cereal — le pido.Seguido to
Pues ha pasado algo muy interesante e inesperado para mí. He terminado de ver mi película, me puse a cocinar el almuerzo y… nada que Luciano todavía se va.Estoy friendo el pollo con mi ceño fruncido, ese que es a causa de ver a Luciano con Amy dibujando en la mesa del comedor. Ahora están haciendo
—No sé qué te pasa hoy. Estás demasiado ocurrente niñita — regaño a mi sobrina.Ella se encoje de hombros. Descubro el poder de las malas influencias, porque el responsable de esto tuvo que ser Luciano. El mismo Luciano que no dice más durante nuestra comida. Su mente se fue a un lugar lejano y ahí
No hay que perder la calma nunca. Perder la calma es el principio del fin. Pero cómo mantenerte calmada cuando estás encerrada en un espacio minúsculo con tu ex marido. El mismo ex esposo por el cual todavía sientes cosas que van más allá de tu raciocinio y comprensión. Ese con el que, por ser una b
—Por eso mi pregunta. ¿Tu experiencia con Amy acabó con tus ganas de ser madre?No lo había hecho, lo había incrementado. Debía ser hermoso tener a tu propio hijo, no por el hecho de que no quisiera con mi alma a Amy, sino con el hecho de que al final del día, era una tía que estaba ayudando a su so
No lo pienso, no lo medito, ni me doy la oportunidad de quedarme callada por mucho tiempo. Me deshago del agarre de las manos de Amanda. Ella me observa aterrada y dolida con el gesto que resulta siendo brusco y sorpresivo hasta para mí.—No puedes llevar a Amy a ver a tu madre — afirmo de una sola