Narrado por Luciano BrownLa rutina me aburre, estar en el mismo sitio me aburre y estar con la misma mujer por más de un mes, es una sentencia de muerte por aburrimiento. Entonces, ¿por qué estoy ansioso de llegar a mi departamento a ver a Marianne?Ni yo mismo me explico lo que ha pasado estos seis meses de matrimonio. Lo único que sé es que estoy bastante obsesionado con ella. Tan obsesionado como para venir directo de un vuelo de 10 horas a verla. En lo que abro la puerta y soy recibido por una de las empleadas, le pasó mis maletas a duras penas, mi atención está destinada en su totalidad a Marianne.A ella que está en la cocina salteando vegetales con suma concentración. Marianne había hecho un curso de comida china en mi ausencia, y debía estar aplicando sus conocimientos. Lo sabía y recordaba porque nos llamábamos casi todos los días, aunque sea unos cinco de minutos.Lo cual me resulta un hecho vergonzoso y una consecuencia de mi obsesión hacia ella. Era difícil no estarlo cua
Narrado por Luciano BrownTomo aire con profundidad, concentro mi atención en el rostro de Julia en lugar de sus piernas abiertas y me siento en el sillón frente a esta. Ella no me quita los ojos de encima, su boca muestra una leve sonrisa sensual.—¿Unirme a qué? ¿A otra de tus provocaciones como tu auto invitación a mi boda? Me subestimas demasiado. Eso es doloroso — menciono.—Oh créeme que nunca llegaré a subestimarte. Eres el favorito de los altos mandos. El consentido que lo arriesgó todo y a todos por su ego.Uso uno de mis dedos para limpiar mi oído.—¿Todavía sigues resentida? ¿No me digas que eres una de las que hace apuestas sobre el fracaso de mi matrimonio? Te visualizo a la perfección apostando por mi desdicha matrimonial.—He sido atrapada — alza las manos al aire en una burla a mí — Aposté 20 dólares a que durarán un año de casados.Julia agarra la caja de cigarrillos que tenía al lado, y enciende uno de ellos. Veo las líneas que adornan su brazo con ese tatuaje que se
Narrado por Luciano BrownViví una vida muy precoz. Una en la que conocí el dolor físico y mental desde muy joven. El físico gracias a Liam, un miserable borracho que ahora quiere dárselas del reconvertido. Pero a mí no se me olvidan los primeros vestigios de dolor provocados por mi padre. Nunca se me olvidarán. Han podido romper mis huesos y lacerar mi carne en la actualidad, sin embargo, esos golpes de Liam dolieron más.El mental por la mujer que debió protegerme y me abandonó con un bueno para nada. ¿Cómo no odiarle? ¿Cómo no desearle lo peor? El resentimiento hacia mis padres, el dinero de sobra y mi apellido me llevaron por un camino de incertidumbre y peligro, para retarme a mí mismo, para no aburrirme, para darle valor a mi vida.Antes de cumplir los 18 ya había hecho lo que otros hombres habían hecho hasta sus 30. Viajes a cualquier parte, fiestas salvajes, sexo duro, drogas, problemas con la justicia de los que mi vieja Leonor me sacó. De todo. Era egoísta, era un mimado, y
Sabía que Luciano era una obra de arte, que casarme con él era un riesgo, pero desde que se escapó esa noche de nuestra cama la duda se ha sembrado en mi corazón. No es sólo el hecho de que se haya ido del departamento como dos horas por lo que pude calcular, sino que haya mentido con que fue al baño.En un inicio traté de ignorarlo, y lo hubiese hecho justificándolo de cualquier modo. Sin embargo, a ese escape se le unió una actitud de lo más rara. Eso fue un viernes, y el fin de semana le dio por ser servicial, atento y pasársela pegado a mi espalda. Acoto que no es que Luciano sea un patán en la convivencia hogareña, aun así, esa melosidad está fuera de su estándar.Y el hecho más raro del fin de semana, no había tenido sexo conmigo. Ni lo inició, ni yo traté de iniciarlo. Después de preguntarme si le amaba y ambos darnos respuestas ambiguas, me hubiese esperado otra cosa.En fin, no tengo que comerme la cabeza en eso durante mi horario laboral de este lunes. Debía enfocarme más bi
La ausencia esa noche, la falta de sexo, el collar y ahora el ofrecimiento de un capital cuantioso para abrir mi propia empresa, me lo dejan en claro. Muy en claro. A Luciano no lo abdujeron o clonaron el viernes, ya sé lo que hizo.—¿Con quién te acostaste Luciano Brown? — le acuso con una voz de ultra tumba.Él se sorprende con mi pregunta, aunque no puede disimular el nerviosismo que le he ocasionado.—Con nadie… No sé por qué me culpas de algo así…—¿Dices que con nadie? — comento en una sonrisa.La sonrisa es perfecta para lanzarle al pecho la caja con su collar. Él tiene buenos reflejos y la agarra en el aire antes de que le impacté. Elogiaría sus reflejos, pero la ira me gobierna.—¿No podías tirar un objeto de menos valor? No es por presumir, pero ten cuidado con las joyas que te daré a continuación. No me gusta dar baratijas.—Eres un estúpido y yo no me quedo atrás. También soy una estúpida por creer que respetarías nuestro acuerdo — me levanto y dirijo hacia la puerta.Es q
Ser una trabajadora común a tiempo completo, investigadora privada en horas libres y una recién casada con un marido como el mío, no es sencillo. No es simple ser Marianne Belmonte en la actualidad, aunque nunca lo ha sido. Sin embargo, lo he logrado a mi ritmo. La muestra más fehaciente de ello es que esté aquí en la primera fila de la inauguración de New Century.Detrás de mí hay más personas sentadas para este evento de apertura, mientras que a los costados los reporteros están tomando fotos a quien está hablando en la tarima. Que es Mateo, él lleva algunos minutos hablando sobre las grandes expectativas de este centro comercial y su visión a futuro.Lo ha hecho muy bien, puedo ver el rostro de satisfacción de su propio padre que está sentado a unos puestos de mí, por igual de Ernesto. Quien también está de un excelente humor es Sergio, que insistió en que me sentase a su derecha en lugar de Andrew que estuvo a dos segundos de hacer un berrinche por ello.Mateo finaliza con su disc
Luciano quejándose de una situación que él mismo provocó no es ni sorprendente, ni digna de alguna reacción fuerte de mi parte. Que esté viendo como si fuera a caerle a golpes a Mateo en tres segundos, también provoca lo evidente, que este se sienta intimidado.—No hablábamos de nada importante. Me están llamando por allá… — comenta Mateo para después alejarse de nosotros.Mi esposo ahora es a mí a la que mira con esa expresión de matón. No me molesto en regañarlo o defenderme. No tenía caso.—Estoy esperando una explicación — dice.—Yo también estoy esperando una. ¿Por qué llegas a estas horas? Ni a la cena pudiste ser puntual — le recuerdo.De repente a Luciano le cambia la expresión, sonríe y le pide a una mesera que pasa cerca uno de los tragos que lleva en su bandeja. Bebe de este.—Estoy cansado de hacerte esta escena de celos. Pasemos de esa y lleguemos al ofrecimiento de una recompensa para calmar mi posesividad — habla el loco este.Entrecierro mis ojos. Cambiando de tema com
Es la segunda vez que vengo a la mansión Brown y la impresión continúa siendo igual de grande que la primera vez. Debido a que tenía experiencia, me comporto lo mejor que puedo al ser recibida por la tropa de empleados de esta propiedad, y al sentir sus miradas sobre mí, continúo por los peldaños de la entrada.Luciano y yo entramos en la recepción de la casa para encontrarnos una interesante imagen. A Lucía sosteniendo una escalera mientras en la cima está Sara guindando una tela larga del candelabro. Hay otras decoraciones por el suelo que no han terminado de ser organizadas. Este ambiente está desordenado, lo cual me sorprende.—¿Así? ¿Así se ve mejor tía? — pregunta Sara a Lucia haciendo maromas peligrosas en la punta de la escalera.—No importa cómo se vea. Bájate, que no quiero otro accidentado en la casa — pide Lucía sin reparar en nosotros.—Dime que se ve bien, y bajaré. Si no, me rehusó — exclama Sara.—Esta niña… — se queja Lucía rechinando los dientes.Escuchamos una tos f