Vittorio.El italiano volvió a la casa completamente poseído por la rabia.- ¡¡¡MARTINA!!! - Gritó furioso, dando un portazo en la puerta principal mientras llamaba a su ex.Vittorio caminó pesadamente por la casa, encontrando a su mujer sentada en la cocina tomando café.Martina le miraba inocentemente, dejando la taza sobre la encimera.Al acercarse a ella, Vittorio la agarró por los brazos, haciéndola levantarse.- Desgraciada. Desapareces durante años y ahora vuelves para arruinarme la vida otra vez. - Le gruñe, la mujer mantiene la mirada fija en el italiano.- Yo no he hecho nada. - Responde desafiante. - Fuiste tú quien ocultó la verdad a tu noviecita rubia.Furioso, la sujeta fuertemente por la cara, poniéndola contra la pared sin ninguna delicadeza.- No te atrevas a hablar de mi prometida. - susurra amenazadoramente.Los ojos de la morena se abren de par en par al oír la revelación de Vittorio, y suelta una carcajada.- No vas a casarte con ella. Seguimos casados y no voy a
Vivienne evitó a Vittorio durante el resto del fin de semana.Le llamó varias veces, le envió flores que ella rechazó cuando aún estaba en la puerta de su edificio y le dio órdenes de que no entrara en él.Ella no quería verle, ni siquiera hablar con él. Estaba furiosa con él, además de decepcionada. Pero tenía demasiados problemas como para dejarse abatir por las mentiras de Vittorio, o al menos ahora no era el momento.Primero, tenía que sacar a Matthew de la oficina y lo haría con la aprobación de Paul o sin ella.Cuando llegó a la oficina el lunes, Angélica estaba en la recepción y le dio los buenos días a Vivienne con una sonrisa.- Buenos días, Ange. - Viv la saludó con cierta calidez en la voz, Angélica le caía bien. - ¿Está Paul?- Sí, señorita St James. Está en su despacho. - Contestó la secretaria. - ¿Quiere que le hable de usted?Viv le sonrió y se acercó a su escritorio. - Le agradecería mucho que no dejara entrar a nadie. - preguntó. - Necesito mantener una conversación
El coche de Vivienne se detiene frente al edificio donde viven sus padres en el Upper East Side.Sale del coche, analizando los archivos que ha conseguido transferir a la nube de la oficina mientras se dirige al ático.Cuando el ama de llaves abre la puerta, la rubia entra como un huracán, buscando a su padre por todo el piso.- Está en su despacho, señorita. - Le dice el ama de llaves y Vivienne se dirige rápidamente al lugar indicado.En cuanto entra en la habitación, Orfeo se da cuenta de la expresión furiosa de su hija mayor.- Viv, ¿qué ocurre? - le pregunta preocupado. - Parece que estás al borde de un ataque de nervios.- Y lo estoy. - dice enfadada, tirando el bolso a un sofá. - Paul se negó a despedir a Matthew, incluso después de que le contara lo que pasó en el baile. - ¿Que hizo qué? - pregunta confuso.- No sólo eso, ¡prefiere tener a Matthew que a mí en la oficina, papá! - Dijo aún más enfadada. - ¡Ese sitio es mío! Paul incluso tuvo el descaro de hablar de mi vida pers
Tras unas horas al teléfono con Benjamin Jones, Vivienne quedó con él en la exposición fotográfica de Annabelle.La mejor amiga de Viv era una fotógrafa de talento y ésta era su tercera exposición. Anna ya había recibido el encargo de fotografiar a numerosos famosos, pero esta vez eligió un tema más sencillo y afectuoso: la familia.La noche siguiente, Vivienne salió de su piso como si estuviera lista para enfrentarse al mundo.Llevaba el pelo rubio recogido en un moño deconstruido y vestía un traje sastre de pantalón rojo y americana, con una camiseta negra debajo y un par de zapatos de tacón con estampado animal.Su paseo fue elegante y llamativo, y cuando llegó a la galería donde Anna exponía sus fotos, Viv fue detenida para posar en las fotos por algunos de los paparazzi que allí se encontraban.Distra&iacu
Benjamin y Ethan se miraron al ver a Vittorio, y Vivienne se mostró incómoda cuando el hombre la llamó.- ¿Te encuentras bien? - preguntó Benjamin, mirando a la rubia mientras Ethan se ponía delante de Vittorio en un intento de protegerla.Viv suspiró, mirando a Benjamin y sonriendo mientras ocultaba sus emociones.- No me pasa nada. Sólo es un cliente mío. - replicó, mirando a Vittorio con frialdad.El italiano sintió la punzada, mirándola fijamente.- No te preocupes, hablaremos mañana. ¿Te parece bien? - dijo ella, y Benjamin y Ethan asintieron.Ambos se despidieron de Vivienne, pasando junto a Vittorio y dejándola a solas con él. Vivienne lo miró, se llevó la copa de champán a los labios y lo miró fijamente.- ¿Qué quieres, Vittorio? - preguntó ella, con tono irritado.Él suspiró, acercándose más a ella.- Sólo que me escuches. - respondió él. - ¿Es eso posible?- Dependerá... - Dijo ella, mirando a su alrededor.- ¿Depender de qué? - Preguntó sin comprender.- De cuánto quieras
Cuando llegan al piso de Vivienne, Vittorio se da cuenta de que las fotos de Matthew ya no están allí, sustituidas por las de Vivienne en Mónaco con Anna.Vittorio ya había estado allí una vez, pero Vivienne estaba borracha y él se ocupó de ella. Ahora era diferente.La rubia dejó el bolso junto al vestíbulo, caminando sobre sus tacones mientras se quitaba la americana y se dirigía al bar.- ¿Quieres tomar algo? - Preguntó sirviéndose un whisky.- Lo mismo que tú. - respondió Vittorio con las manos en los bolsillos del pantalón.Viv se llevó el vaso de whisky a los labios, pero al oler la bebida hizo una mueca de inmediato y se lo entregó a Vittorio.- Toma. Él cogió la bebida, dando un sutil sorbo mientras la rubia se sentaba en el sofá, indicándole el lugar que había a su lado.Disfrutando del calor del whisky, Vittorio se acomodó en el sofá junto a Vivienne. El ambiente estaba cargado de una tensión silenciosa, como si el aire estuviera impregnado de secretos no dichos. Miró a su
Mientras la besaba, Vittorio agarró con firmeza el muslo de Vivienne y tiró de ella hacia su regazo, permitiéndole acomodarse cómodamente sobre sus piernas. La proximidad física entre ellos se intensificó cuando ella se colocó encima de él, creando una conexión íntima y apasionada. Esta acción demostraba la intensidad del deseo mutuo entre ellos, así como su deseo de estar lo más cerca posible el uno del otro.Las manos de Vivienne subieron hasta la camisa de Vittorio, abriéndola rápidamente mientras él se quitaba los tacones de los pies, con la boca de ella aún sobre la de él en el beso.La boca de él descendió hasta los pechos de ella, saboreando su piel mientras tiraba de la camiseta negra que llevaba por encima de la cabeza. Le bajó el sujetador del mismo modo, dejando al descubierto sus pechos turgentes, que en ese momento parecían aún más grandes.A continuación, Vittorio desliza sus manos por la espalda de Vivienne, explorando cada centímetro de su piel suave y sedosa. Sus cari
Cuando se despertó, Viv abrió los ojos lentamente al sentir los dedos de Vittorio en su pelo en una suave caricia.Estaba tumbada sobre su pecho y era una de las pocas veces que se despertaba con él todavía en su cama, ya que Vittorio siempre estaba en el baño cuando ella se despertaba. La miró detenidamente, clavando los ojos azules en los suyos, mientras le daba un suave beso en los labios. - Buongiorno, Principessa. - susurró, estrechándola aún más contra su pecho. - Buenos días... -dijo ella con pereza, sintiendo cómo él se colocaba sobre ella mientras la besaba apasionadamente.- "Por mucho que quiera... - susurró contra sus labios. - Para quedarme aquí contigo, tenemos que huir. Ella lo miró sin comprender.- ¿Huir? - preguntó, sintiéndole hundirse entre sus muslos.- Nos vamos por la mañana. - le recordó él, recorriendo su cuello con suaves besos y mordisquitos.- No he aceptado viajar. - replicó Viv, gimiendo suavemente ante sus caricias-.- Pero ahora puedo convencerte...