Capítulo 957
Julieta se quedó pasmada por un momento, y luego sonrió con esfuerzo:

—Maestra, me considero alguien con buena vista y creo que podría serle de ayuda.

—¡No es necesario! —Liliana frunció el ceño, algo molesta—. Con la ayuda de tu hermana mayor en la práctica es más que suficiente, sal de aquí.

—Pero...

Julieta quería decir algo más, pero Liliana la miró fijamente:

—¿Qué? ¿Acaso no vas a escuchar las palabras de tu maestra?

—La discípula no se atreve —dijo Julieta, bajando la cabeza y mordiéndose ligeramente el labio.

—¡Sal! —Liliana se mostraba impaciente.

—La discípula se retira.

Julieta no se atrevió a quedarse más tiempo, hizo una reverencia y se vio obligada a marcharse, impotente.

Sin embargo, en su mirada se reflejaba una intensa frustración y resentimiento.

No podía creer que, después de todo lo que había hecho, todavía no contara con la confianza de su maestro.

Desde el principio hasta el final, siempre se sintió como una extraña.

Ella creía haberse esforzado lo suficiente, hab
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