Capítulo 502
Aunque Leticia tenía el respaldo del líder tribal y de Arturo, el poder en Ciudad M no alcanzaba hasta Ciudad U.

—Si es una simple jugadora, entonces no hay problema —Josué rió a carcajadas—. Sería mejor si no viniera, pero si se atreve a venir a cobrar, ¡haré que lo lamente profundamente!

¿Pensaba que podría cobrarle sin tener un respaldo poderoso?

¡Estaba soñando!

—Le agradezco mucho, Sr. Josué. Cuando todo esté resuelto, le mostraré mi agradecimiento.

Gedeón hizo una reverencia.

—¡Ja, ja! Somos como hermanos, no hay necesidad de formalidades.

Josué se iluminó al instante.

Basado en experiencias pasadas, cualquier agradecimiento usualmente empezaba con montones de billetes.

—Sr. Josué...

Mientras los dos conversaban, uno de los subordinados de Josué golpeó la puerta e irrumpió.

—¿Qué pasa? ¿No ves que estoy haciendo negocios?

Josué frunció el ceño, claramente molesto.

—Sr. Josué, hay alguien afuera que quiere verlo, dice que le debes dinero —informó el subordinado.

—¡Ah! ¿Tan rápido
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