Con el paso del tiempo, más y más invitados llegaban a expresar sus felicitaciones.

Dentro del salón principal, había muchas personalidades importantes.

En el escenario del frente, se estaba llevando a cabo una actuación deslumbrante.

Y debajo del escenario, grupos de invitados, sosteniendo sus bebidas, charlaban y reían alegremente.

—Leticia, este lugar es magnífico. ¿Serás la dueña de aquí en el futuro? —preguntó Yolanda, mirando a su alrededor con una expresión emocionada.

—Mamá, solo soy una socia en la familia Flores. Aunque hayamos establecido una nueva compañía juntos, solo soy la segunda accionista —explicó Leticia.

—Ser segunda tampoco está mal. Al unirte a la familia Flores, ¡podemos caminar con la cabeza alta en el futuro! —Yolanda expresó su satisfacción.

—¡Hermana! Tu negocio va viento en popa. Debes haber ganado bastante dinero. ¿Cuándo me vas a comprar un buen coche? —Andrés preguntó con una sonrisa aduladora.

—Te doy suficiente dinero para gastar cada mes. ¿No es sufici