Capítulo 1167
Julio abrió mucho los ojos, incrédulo.

Jamás habría imaginado que Pedro realmente se atrevería a matarlo.

De haberlo sabido, no habría sido tan arrogante.

Pero en este mundo, no existen las segundas oportunidades.

A medida que la vida se escapaba de su cuerpo, sus pupilas comenzaron a dilatarse lentamente, su conciencia desvaneciéndose.

Pedro levantó la mano y, como si deshaciera de un perro muerto, arrojó el cuerpo de Julio.

El cadáver golpeó la pared con fuerza y luego cayó al suelo, levantando una gran nube de polvo.

En ese momento, reinó un silencio sepulcral.

Todos quedaron atónitos, con los ojos muy abiertos, incrédulos.

Nadie esperaba que, aún después de que Julio revelara su identidad, Pedro se atreviera a matarlo.

Hay que recordar que Julio era un discípulo de la Sociedad de los Reyes Celestiales y el sobrino del campeón de artes marciales, Ricardo.

¿Cómo se atrevió este hombre?

—¿Muerto? ¿Este tipo realmente mató a Julio?

Bernardo estaba desconcertado, casi no podía creerlo.

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