Capítulo 1101
—Si yo no vuelvo, estarán en peligro.

Pedro hizo chasquear los dedos y lanzó otra aguja de plata.

Héctor, que estaba luchando hasta hace un momento, quedó completamente paralizado, sin poder moverse ni un ápice.

—Hermanito, gracias a Dios intervienes a tiempo, ¿no sabes de medicina? ¡Por favor, ayuda a mi esposo!—Angela suplicó.

—Lo siento, mi conocimiento es limitado, no soy como el Sr. Michio, mejor búscalo a él para que lo trate —dijo Pedro con indiferencia.

—¿Sr. Michio?

Angela miró hacia el rincón donde yacía un cadáver, y un tic nervioso le recorrió la cara, evidenciando su embarazo.

Si Michio realmente hubiera podido curar a su esposo, no habría perdido la vida.

—Hermanito, fue un error de mi parte antes, lo siento mucho, espero que no te lo tomes a mal —Angela se disculpó.

Ella sabía que Pedro era capaz, solo que, en comparación con Michio, le faltaba algo de renombre.

Por eso al principio no tomó la decisión correcta.

Ahora que Michio estaba muerto, solo Pedro podría salvar la
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