Capítulo 55
—Maldita sea, ¿qué demonios estaba diciendo hace un momento? — Álvaro estaba furioso consigo mismo, convencido de que había sido confundido por la ira provocada por Delicia. Había seguido su conversación, pero nunca había pensado en ella de esa manera. Siempre había creído que cuidarla era su logro. —¡Maldita sea! Estoy loco... — Su intención original era reconciliarse y hacer que volviera a Palacio Jazmines.

Ahora, la situación había empeorado. Álvaro consideraba que la reciente agitación de Delicia se debía a Yolanda. Esta vez era diferente; ella no se calmaría por sí sola, necesitaba ser persuadida. Por lo tanto, el tema de la córnea debía dejarse de lado por el momento.

...

Después de salir de la oficina de Álvaro, Delicia encontró a Alejandro esperándola en el auto. Mientras se dirigían a reunirse con un cliente, Delicia le preguntó: —Dime, ¿crees que él intentará interferir en lo que estoy haciendo ahora? —

Ella conocía el poder de Álvaro en Ciudad de México. De lo contrario, no
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