Capítulo 335
Delicia soltó una risa fría, abrió la puerta del coche y, sin prestarle atención, se subió al vehículo.

Al ver que Delicia la ignoraba, Antonia corrió hacia adelante y agarró la ventana del coche con ambas manos.

—Delicia, ¿te sientes muy orgullosa ahora, verdad?

—Creo que no tienes nada que me haga sentir orgullosa. —respondió Delicia, dejando a Antonia sin palabras.

—No tengo tiempo para esto. —dijo Delicia, mostrando una indiferencia total ante la ira de Antonia.

Lo más devastador es precisamente esto.

Tú te esfuerzas al máximo en tus planes, y la otra persona simplemente no tiene tiempo para preocuparse.

—¿Por qué no vendes tus productos a alguien que paga? ¿No temes que te denuncie?

—¿Denunciarme por qué? Las joyas de Joya Eterna son de edición limitada cada año. Si no conseguiste comprar, es porque fuiste demasiado lenta.

—Tú…

—¿Algo más?

—¡Delicia, no te alegres demasiado!

—¡Suéltame! —Delicia no quería seguir con esta conversación absurda. Miró la mano de Antonia apoyada en la
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