Capítulo 185
—Intenta a ver si puedes conseguir que Alvaro me envíe a prisión. —dijo Delicia.

—Vale, lo intentaré. —respondió Yolanda con una sonrisa.

Delicia, sin prestarle más atención, se dio la vuelta y se marchó.

...

Tras salir, Alvaro volvió a la empresa para una reunión. Cuando terminó, ya pasaban de las doce. Su secretaria lo vio salir y, levantándose con respeto, dijo:

—Señor Jimenez, la señorita Solís le está esperando.

—¿A esta hora?

—Sí, está en la sala de descanso.

Alvaro frunció el ceño.

Su rostro, de líneas claras y distintivas, mostraba una profundidad inescrutable. Siempre fue atractivo, pero frente a él, Delicia parecía pequeña por la diferencia de estatura.

Si no fuera por la belleza de Delicia, cualquiera se sentiría indigno a su lado.

En ese momento, a pesar de su impaciencia, se dirigió hacia la sala de descanso.

Valentina Solís.

Después de la humillación que sufrió en la fiesta, pensó que la familia Solís evitaría cualquier relación con los Jimenez, pero...

El hombre entró c
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