Camila Gonçalves...

Oigo una voz conocida hablándome. Al escucharla, siento que mi corazón se calienta y una enorme necesidad de abrir los ojos. He intentado hacerlo durante varios días, pero no puedo. Intento incansablemente abrir los ojos, sin entender lo que está sucediendo. Durante algunos días, escucho que hablan conmigo, como si estuviera atrapada dentro de mi propio cuerpo. Intento hablar, intento abrir los ojos, pero no me obedecen. Hoy siento una necesidad total de ver el rostro de quien está hablando conmigo.

Lo escucho contarme algunos planes, diciendo que los hicimos juntos. Sin embargo, no puedo recordar nada de eso. Parece que habla de otra persona, no de mí. Siento que conozco esa voz, porque cada vez que escucho su tono en mis oídos, mi corazón se llena de amor y alegría. Menciona planes sobre nuestros hijos. ¿Cómo es eso? ¿Tengo hijos y no recuerdo? Ya no entiendo nada. Necesito abrir los ojos para ver quién es esa persona. ¿Qué está pasando? ¡Vamos, ojos, obedézcanme