Capítulo veintidós

–¿Entonces?–.

–Me alegro decirle que la herida de la cabeza ya está completamente cerrada, y que no debería tener ningún problema al realizar sus actividades diarias, solo tenga cuidado de no hacer mucho ejercicio, si siente cualquier mareo o dolor de cabeza respire y venga conmigo–.

–Gracias–.

–Para servirle Alpha–.

El médico cerró la puerta de mi habitación al retirarse y Noel se fue detrás de el para acompañarlo a la puerta, con mucho cuidado me levante de mi cama y me vestí, unos jeans azules oscuro una camiseta y ya, sin zapatos ni nada que cubriera mis pies y brazos.

Necesitaba estirar mi cuerpo.

Salí de mi habitación y como ya era costumbre, mi mansión estaba patas arriba, gente yendo de aquí para acá, llevándose cosas, planeando.

Pero eso no impidió que al pasar

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