CAPÍTULO 67
Ahí, sentado junto al amor de su vida, el hombre pasó horas solo mirándola dormir, mientras sostenía su mano y escuchaba tanto sus latidos como los latidos del corazón de su bebé.

Eso fue hasta que, de la nada, una furiosa mujer entró a la habitación y le golpeó en un hombro con mucha fuerza.

—Si no fuera porque soy amiga de esa enfermera, no me habría enterado de que bajaron a piso a Marisa, ¿qué m****a tienes en la cabeza? —preguntó la mayor, furiosa con su hijo, pero sonriendo cuando vio a Marisa respirar sin ayuda de un aparato.

—Creo que solo a Marisa —declaró el joven, sin sobar ese hombro que le punzaba, porque su madre le había pegado bastante fuerte—. En mi cabeza y corazón solo está ella y mi alegría por saberla mejor.

Maximina negó con la cabeza mientras suspiraba, luego de eso caminó al otro lado de la cama, porque su hijo no parecía querer soltar esa mano que estaba sosteniendo, y también quería tomar la mano de esa bella joven. Ese era el pequeño sustituto del abrazo
Mary Ere

Hola, hermosuras, tengo dos noticias para ustedes: la primera es que estaré trayendo dos capítulos diarios por esta semana, la segunda es que, a final de esta semana, esta historia estará terminada. Nos quedan ocho capítulos luego de los dos de hoy, así que disfruten lo que nos queda. ¡Gracias por leer!

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