A la mañana siguiente Sofía despertó por la gran cantidad de luz que entraba a la habitación.Se sentía mucho mejor, parpadeó un par de veces para acostumbrarse a la luz. Observó a Darío, tenía a la pequeña en brazos. Félix estaba sentado en el sofá leyendo un diario. —Qué bueno, que estás despierta, ¿cómo te sientes cariño? —Como si un camión me hubiera arrollado —respondió sentándose en la cama. María ingresó a la habitación, debía ayudar a la jefe a arreglarse, iban a abandonar el hospital. Darío salió de la habitación con la beba en brazos, sus ojitos lo miraban con atención, le parecía muy hermosa. —Pareces, el padre de esa pequeña criatura. Darío le mostró una sonrisa a su amigo. Había pasado al lado de Sofía mucho tiempo, le tenía cariño a la niña. —Bueno, yo soy el padre, he estado pendiente de ella todo este tiempo. Félix lo miró de reojo, le parecía un hombre diferente desde que Sofía había llegado a su vida. —¿Qué harás cuando ella decida marcharse?Darío se quedó
Patricia caminaba de un lado al otro, furiosa; el muy imbécil se había atrevido a amenazarlos.Era muy estúpido o demasiado inteligente para hacer algo como eso. —Voy a matarlo, ese imbécil no se saldrá con la suya. —No actúes por impulso, eso es lo que quiere. Lo invité a nuestra fiesta, allí podrás eliminarlo, si es lo que quieres. Pablo miró a su novia con disgusto, cómo era posible que Patricia hiciera algo como eso. —¿Por qué lo hiciste? —preguntó molesto. —Conocer sus planes, en este momento lo mejor es no hacer nada. En la fiesta puedes colocar algo en su bebida y eliminarlo, manipular la evidencia a cómo lo hiciste con la muerte de Sofía, es más fácil que pegarle un tiro en la cabeza, nadie sabrá nada. Pablo guardó silencio y se quedó pensativo. Su novia tenía razón, entre menos ruido era mejor. —También invité a Gabriela, sé que esa estúpida se trae algo entre manos, terminará en la cárcel y allí encontrará su fin, no te preocupes demasiado. Pablo se relajó un poco. E
Patricia estaba terminando de arreglarse, llevaba un vestido en color rojo, ajustado al cuerpo, quería destacarse entre la multitud.Había contratado al mejor servicio, la mansión de la familia Clark estaba decorada de manera ostentosa. Podía escuchar la música de fondo, se colocó sus tacones y observó su reflejo en el espejo. Tomo una botella y se bebió unos tragos, era su fiesta y lo iba a disfrutar al máximo. Estaba espectacular, el abuelo de Pablo y Cherry no asistirán, estaban en contra de su compromiso, pero eso poco le importaba. Pablo la amaba, era lo único que importaba en ese momento, no podía permitir que nadie opacara su felicidad. Tenía algunos asuntos que atender, le había ordenado servirle un trago especial a Darío y Gabriela debía de sufrir un accidente en prisión, así mataría dos pájaros de un tiro. Bajo las escaleras para recibir a los invitados, había muchas personas importantes, hombres de negocios, modelos, actrices. No esperaba menos, había invitado a las
—¿Por qué te asustas, si estoy muerta?—respondió con una sonrisa maliciosa.Patricia dio un paso atrás presa del pánico, quería salir corriendo, pero sus piernas no se lo permitían. —Esto no es real, tú estás muerta, no puedes ser tú. Tartamudeó la mujer, su rostro estaba pálido, como si la vida hubiera escapado de ella. —Deberías de cuidarte la espalda, querida, puedes terminar muy mal. Sofía se acercó a Patricia lentamente, y en cuestión de minutos la mansión quedó completamente a oscuras. —Estás muerta —susurró Sofía al oído de su prima. Un grito de horror abandonó los labios de Patricia. El grito de la mujer fue escuchado en todo el lugar. Pablo se alarmó al escuchar el grito de su novia en la planta de arriba; habían sufrido un corte eléctrico.Minutos después todo volvió a la normalidad. El hombre subió las escaleras prácticamente corriendo, encontró a Patricia en el suelo inconsciente. —Mi amor, estás bien. ¿Qué sucede, háblame? Pablo levantó a su novia del suelo y la
Pablo miraba las noticias con disgusto. Un canal de cotilleo hablaba del coche calcinado que había sido encontrado en un barranco.Incluso habían dado con la placa, miraba el video con el entrecejo arrugado. Fueron tan imbéciles que especulaban que el coche pertenecía a su difunta esposa. Patricia salía del baño cuando escuchó las noticias. —Esa desgraciada, pensé que solo eran palabrerías, pero se atrevió a sacarlo a la luz. —¿De qué hablas? —Gabriela, me lo dijo anoche, esa maldita ha continuado buscando lo que no debe —replicó molesta —pero no te preocupes, en este unas horas irá directo a la estación de policía, debo de salir un momento. Pablo apagó la televisión, definitivamente las cosas parecían un poco complicadas y se estaba saliendo de su control. —¿Estás bien?—Creo que estaba muy ebria, no fue nada. Pablo asintió con la cabeza, no había otra explicación lógica, sus hombres habían revisado cada centímetro de la mansión sin encontrar una sola huella. Estaba molesto,
Andrew miró las noticias con preocupación, salió prácticamente corriendo de su departamento.Su hermano estaba buscando la manera de eliminar a Gabriela, iba conduciendo a toda velocidad, debía de ayudarla. Sabía que ella no había robado nada, solo eran inventos de su familia para quitar del camino a todo aquel que le estorbaba. Por su parte, el señor Clark salió de la estación de policía, tenía un nudo en la garganta, pero Pablo no le había dejado otra opción. Subió a su coche donde lo esperaba uno de los hombres de su jefe con un arma en sus manos. —Ya hice lo que me ordenó el jefe. —Muy bien, señor Clark, llamaré al jefe para que no le haga daño a su familia. Erik era consciente de que su hija no saldría viva de allí, pero no podía hacer nada para ayudarla, solo mirar desde lejos.Si se atrevía a interferir, matarían a su hijo y esposa, incluso él sería eliminado. Empezó a conducir de regreso a su oficina, no sabía qué iba a decirle a su esposa, pero las cosas no iban a term
—¿Estás segura de lo que dices, hija?Preguntó la mujer, preocupada y asustada a la vez. —Sí, fue demasiado real, ni siquiera quiero recordarlo. Patricia continuó caminando por los pasillos de la boutique, comprar era lo único que la ayudaba a distraerse. —Debes de tener cuidado. —Lo sé, estoy segura de que existe una mínima posibilidad de que este viva, eso realmente me preocupa.Patricia había pasado toda la mañana pensativa, y gracias a su novio se había enterado de que el señor Young había liberado a Gabriela. —Pensé que te harías cargo de Darío. —Es demasiado inteligente, no comió ni bebió nada, es demasiado precavido. Al parecer, Darío desconfiaba mucho de ella, debía de buscar otra manera de quitarlo del camino. —Bueno, entonces debes de buscar otra manera.Patricia sabía que su madre tenía razón; era lo más razonable en ese punto. Si Darío llegaba a obtener lo que buscaba, iba a hundirla. —No te preocupes, haré lo que deba, estoy en la cima y no pienso renunciar a est
Darío estaba sentado leyendo el diario en sus manos.—No sé cómo puedes estar tan tranquilo, gracias a mis conexiones. Sé que Pablo está buscando a Sofía hasta debajo de las piedras, todo mundo piensa que se volvió loco, buscar a una esposa muerta es algo fuera lugar. Darío se rio al escuchar las palabras de su asistente, quien en su sano juicio buscaría a una persona supuestamente muerta. —No te preocupes, pronto dejará de buscarla. —¿Qué pretendes hacer? —Iremos a su boda, quiero ver sus caras. Félix sonrió al escuchar las palabras de su jefe, esa sería una excelente idea al ver cómo se dañaba su matrimonio perfecto. —La cabeza de Gabriela tiene precio, pero es un total misterio su paradero. Las palabras del asistente llamaron la atención de Darío; Pablo seguía haciendo fe las suyas. —Inclusive está despojando a la familia de Sofía de sus acciones; todo aquel que quiera seguir viviendo, debe de vender lo poco que tiene. —Sus ansias de poder lo pueden llevar a la ruina. Dar