---—Es muy amable de su parte, señor Montez. —Camila le sonrió con gentileza antes de responder—. Para conseguir la licitación hoy, hemos trabajado muy duro. Ganarla será un testimonio de nuestras habilidades como empresa.—Eres inteligente y hermosa, señorita Reynad. Cualquier hombre se enamoraría fácilmente de ti.—Está exagerando, señor Montez. No soy tan capaz como para eso —respondió Camila, ya muy incómoda y sin intención de prolongar más la conversación. Se disculpó para marcharse. Sin embargo, Arthur dio dos pasos hacia adelante, impidiéndole el paso.Con una sonrisa halagadora y extraña, Arthur hizo una reverencia y murmuró con voz profunda:—Señorita Reynad, le daré un regalo. Espero que sea de su agrado.Camila sintió un escalofrío recorrer su espalda. Cuando recuperó el sentido, el hombre ya había desaparecido, dejándola con el ceño muy fruncido y una sensación de incomodidad que no podía ignorar.A las diez en punto, comenzó la subasta.En el salón, también había otras m
---—Ya no me sirve de nada —respondió Jeremy con una sonrisa suave pero amarga—. Aprecio que te hayas tomado la molestia.Edwin suspiró. —Lo siento, he trabajado mucho para investigar esto, pero esto es todo lo que he podido encontrar.Después de que Edwin se fue, Jeremy se quedó solo en la enorme oficina. Agachó la cabeza y pensó en algo con mucha atención. Después de un rato, abrió el cajón y sacó las fotografías del interior del libro.En el pasado, a veces quería desesperadamente conocer a sus padres biológicos, especialmente debido a su laguna mental. No recuerda nada de su infancia ni de sus padres. A veces imaginaba el momento en que se reuniría con la mujer que lo trajo al mundo y preguntarle por qué lo abandonó. Había estado pensando en cómo sería si se conocieran. Después de investigar mucho sobre su pasado, poco a poco se fue desanimando más hasta que finalmente se dio por vencido.Esta gente ya se había ido hacía tiempo de este mundo.Jeremy contempló la fotografía por
---Mientras jadeaba, Jeremy vio la pequeña luz roja de una cámara en miniatura escondida en la lámpara de la pared. Su mirada se oscureciópero no tenía fuerzas para moverse.A Jessica le sangraba la cabeza. Estaba aterrorizada y quería huir de la habitación. Sin embargo, al recordar el odio y las ganas de venganza, que ardian en su pecho en contra Camila y de Jeremy decidió quedarse.Jessica se arrastró hasta los pies de Jeremy y se abrazó a él, tocándole la pierna seductoramente sin parar. —Señor Langley… —susurró.Al mismo tiempo, se bajó la falda para revelar la piel lechosa que había debajo de ella.—¿Estás intentando que te maten? —gruñó Jeremy. Una gota de sudor le resbaló desde la frente hasta su mejilla. Su voz era gélida, y su mirada sombría pero no podía apartar la mano de Jessica porque su cuerpo no le respondía.Jessica se levantó y se subió nuevamente sobre él. Mientras se hundía en los brazos de Jeremy, extendió la mano hacia su bolsillo. Una vez que sacó su teléfono
--- Mientras aún estaba aturdido, la mujer que estaba recostada sobre él se despertó. Lo miró agotada y soñolienta y le preguntó: —¿Qué pasa? ¿Ya te sientes mejor? Jeremy dejó escapar un suspiro de alivio al mirar su rostro conosido. —Gracias a Dios que eres tú —dijo en su corazón. —Estoy tan cansada —murmuró Camila, el cansancio era audible en su voz. Ella bajó la cabeza para darle un beso en el pecho. Pensando que la droga aún no había desaparecido de su organismo, murmuró: —Déjame dormir un poco más, ¿vale? Me duele mucho la cintura… El lugar que ella besó se calentó y ese calor se abrió paso hasta el corazón de Jeremy. No pudo evitar abrazarla y besarle el cabello. —¿Por qué se te acelera más el corazón? —preguntó Camila, sobria de su preocupación—. ¿Todavía te sientes mal? En ese momento, Camila sintió la necesidad de despellejar viva a Jessica. Después de frotar su mejilla contra el pecho de su hombre, suspiró y dijo: —Está bien. Te ayudaré, pero no pu
Jeremy salió del club con Camila en sus brazos y caminó hasta el auto de Camila, que estaba al borde de la carretera.—Bájame, ya puedo subirme al coche sola —dijo Camila.Jeremy hizo lo que le dijeron. Después de bajarla, Camila le arrojó las llaves del auto y le ordenó:—Conduce.—¿A dónde, al hospital? —respondió Jeremy sonriendo.—¡Cállate la boca!Camila le dio un puñetazo, irritada porque sus golpes ni siquiera le hicieron cosquillas.En ese momento, recibió un mensaje de WhatsApp. Ella entró al auto y se puso el cinturón de seguridad.Al desbloquear la pantalla, vio que Noé le había enviado la dirección IP y la información del intruso que le había hackeado la cuenta. Camila reconoció la dirección como la de su zona residencial, en la que ella vivía.Al notar el número de teléfono familiar, hizo una búsqueda rápida en su lista de contactos y descubrió que era el número de Silvia.Luego, Noé envió otro mensaje que decía: "Me enteré de que la mujer llamada Silvia Love en realidad
---Jeremy le entregó un tenedor a Camila y dijo con orgullo: "No hay nada que no pueda hacer siempre y cuando ponga todo mi corazón en ello". Camila se quedó sin palabras. ¡Qué hombre tan arrogante! Cogió un trozo de carne de cerdo agridulce que parecía delicioso y se lo comió. Ni siquiera dos segundos después, arugo las cejas debido a la acidez y escupió la carne. "¿Por qué es tan agria?" “Hay piñas adentro. ¿No es normal que esté agrio?”, justifico Jeremy. “Sería más anormal si no estuviera”. —Está bien, tú ganas. —Camila Pasó a probar otro plato, que era un plato de huevos revueltos mezclados con un poco de melón amargo. Después de darle un mordisco, escupió la comida con expresión amarga y se quejó: —¿Por qué es tan amargo? “Se llama melón amargo por algo, ¿verdad?” A Camila no le quedó más remedio No se atrevió a probar otro plato y tomó dos cucharadas de sopa de pescado su expresión se endureció mientras tragaba la sopa con dificultad. Preguntó: "¿Por qué le agregas
--- Camila despertó, abrió los ojos y miró a su alrededor, recordando que se había quedado dormida mientras Jeremy la abrazaba. Ya había pasado una semana desde que él le pidió que fuera su novia oficialmente y ella aceptó. Desde ese día, han dormido juntos, y Jeremy no le permitió hacer nada hasta que su tobillo no se sanara por completo. Miró hacia el lado de la cama, pero estaba vacío y frío. Al parecer, Jeremy se había ido hacía tiempo. Bajó a la sala de estar y miró la hora en su teléfono: las nueve y media de la mañana. Marcó el número de Jeremy y la llamada se conectó de inmediato. —¿Ya despertaste? —¿Por qué te fuiste y no me despertaste? —Solo quería que descansaras un poco más. —Ya he descansado lo suficiente. —Visitaré a mi madre en el hospital antes de ir a la oficina. —Tráeme algo de comer cuando vengas. —¡Dile a tu secretaria que te encargue el almuerzo! —comentó Camila, enojada por lo autoritario que se había comportado los últimos días—. No trabajo
---La cara de Camila se sonrojó mientras miraba el apuesto rostro de Jeremy en la pantalla.—Señorita Reynad.En el momento en que Camila entró en el Grupo Langley, todos los miembros del personal que la vieron la saludaron con expresiones sugerentes. Era obvio que estaban chismorreando sobre ella, y eso hizo que Camila se sintiera muy incómoda.Incluso la recepcionista corrió a presionar el ascensor para que ella pudiera subir y le recordó con mucha consideración: “La conferencia de prensa acaba de terminar, por lo que bajará mucha gente. Puede tomar este ascensor en particular para ver al señor Langley”.Camila casi se atragantó con la saliva. “¿Dije que iba a ver al señor Langley?”—Señorita Reynad, veo que tiene una lonchera en la mano. ¿No se la va a entregar al señor Langley?—Es para el señor Liam —dijo Camila tosiendo antes de decir con indiferencia—: En el pasado, el señor Liam me ayudó mucho cuando trabajaba para el Grupo Langley. Es un hombre muy agradable, así que le comp