—Emily no sé qué te pasa últimamente, estás rebelde— Katerin camina a su habitación

—madre yo te estoy faltando el respeto, no te enojes solo era un broma

—y de mal gusto, no quiero que vuelvas a decir esas cosas, tú sabes perfectamente que te tengo confianza y que hablamos sin ocultar nada, y te dije que yo no siento nada por el señor Ferrero, solo agradecimiento con él, eso es todo, por favor no hagas esos comentarios, tus hermanos pueden escuchar y luego no quiero confusiones.

Emily se lanza como una pluma a la cama de su madre.

—madre eres tan dura contigo misma, pero dime, ¿es verdad que no llegarías volver amar?, aún que corrijo esa palabra porque tú jamás llegaste amar al bastardo de Larry, pero yo sí quiero que algún día te enamores, que te lleven a cenar, que te regales rosas, que te lleven de viaje, que te amen, te presuman y sobre todo que te den un buen sexo— habla Emily y luego se ríe a carcajadas

Katerin no puede creer el atrevimiento de Emily, agarra una almohada y em