Elizabeth Leanders cuenta su historia
Entonces, Elizabeth Leanders, cuando ya no le quedaba más remedio, comenzó a contarle una historia a su hija…
–Cuando me casé con tu padre ya había tenido un largo noviazgo con un francés que conocí en Nueva Orleans, donde yo vivía con mis padres. Con él estuve casi cinco años de noviazgo apasionado a escondidas de mis padres, luego, cuando ellos se enteraron, me hicieron llevarlo a casa. Esa noche le pidieron que formalizara la relación y le pusieron fecha a la boda, entonces él confesó que no podía casarse conmigo porque ya estaba casado en su país. Mi padre lo sacó de la casa mientras lo apuntaba con su rifle, y el francés se fue y no volvió a aparecer por aquellos lados.
Missie oía atenta, mientras su padre triste y apesadumbrado oía a aquella mujer. Que pese a todo, amaba irremediablemente.
Elizabeth se volteó a mirar a Lois Vincent, mientras, con delicadeza, echaba sus cabellos hacia atrás sacudiendo
Buscando otras opcionesLuego de unos días, después de que habló con su madre, ya calmada y con otras ideas en mente, se decidió a llamar a Dereck para plantearle, de manera sutil, la posibilidad de trabajar con una empresa en Estados Unidos, para desarrollar las pruebas de campo de su proyecto de grado, pero Dereck la cortó enseguida, le dijo que eso ya estaba planificado con sus padres desde ek inicio de la carrera y que ellos estaban dispuestos a aportar todo lo necesario para ello, agregando que ella lo sabía y había estado de acuerdo.Después de que habló con Dereck, y éste le rechazó la idea de realizar el proyecto en Estados Unidos, entonces a Missie se le ocurrió que pudiera pedirle a Dereck que la ayudase, y que sus padres, a través de las industrias Douglast sean los inversores en las empresas de Lois Vincent, así podía dejar de lado todo lo que tuviera que ver con Juanne y estaría salvando a su padre de la inminente quiebra.A l
DecisionesDespués de una noche con tanto en su mente, Missie se levantó y bajó temprano a la cocina esa mañana, y viendo a Ann moverse en ella para prepararle el desayuno, se sentó a esperar mientras la observaba ir y venir de un lado a otro. Colocándose de forma cómoda en la silla, se reclinó un poco en la orilla de la mesa y con una pierna debajo de sus glúteos.Ann se volteó hacía ella y por encima de sus ya gastados anteojos, la miró con curiosidad y soltó una sonora carcajada.–Jajajaja, señorita Missie, hacía años que no la veía así. Usted trama algo en esa cabecita –y riendo aún, continuó:–Pareciera que hubiese hecho una travesura y está esperando ver el resultado para reírse de ello, ¡mire que la conozco! Esa carita es la misma de cuando me revolvía los cubiertos en las gavetas y se sentaba ahí mismo, montando primero la pierna en la silla para después ponerle su trasero encima. ¡Así mismo esperaba para burlarse de mí cuando me v
Conociendo a cada quiénUna semana después, la villa era todo algarabía y gente por todos lados, Ann y Molé caminaban apresuradas atendiendo a los jóvenes visitantes.Molé, como de costumbre haciendo reír a Ann, le haló por el tirante del vestido mientras le decía:–¡Yo que me sentía tranquila porque la niña ya esta crecida y no se traería el muchacherío para la casa, como cuando estaba niña, y mira eso parece que fuese la fiesta de sus 7 añitos! ¿Recuerdas? Ese fue un día que corrimos mucho sacando esos niños del jardín, y el tejano vuelto loco y mal encarado por sus flores rotas y regadas, jajaja! –Ambas rieron a carcajadas.–¿¡Cómo olvidarlo!? –le dijo Ann–. Pero hoy, si me alegro mucho de que estén todos esos muchachos aqu&iacu
¿Con quién hablabas por teléfono?Al día siguiente, todos tomaron sus maletas y se enrumbaron al aeropuerto, Juanne les envió transporte y los pasajes de cada uno.A las 9 exactamente subieron al avión, Missie miraba a todos lados y se sintió muy decepcionada al constatar que Juanne no se iba con ellos.Dereck se sentó a su lado y le preguntó con quién estaba hablando cuando él la sorprendió en el estudio la noche anterior. Missie estaba algo pensativa y como si no estuviese allí, no le contestó. Dereck se molestó y comenzó a sacudirla un poco por el hombro a su lado, hasta que ella volteó a mirarle, le rehízo la pregunta.–¿Estabas hablando con alguno de los abogados?–Si –respondió a secas.–¿Es algún ogro o algo parecido –le insistió Dereck–¿Por qué lo preguntas?–No sé, es que creo que te quedaste molesta después que hablaste con esa persona. ¿Acaso te está molestando? De todas formas ya debe haberse
La llegada al Rancho “Los Cuatro Hermanos”El camino a aquél lugar se hizo muy ameno para todos, contemplar desde las alturas el verdor de las hermosas montañas, y los bosques que se veían era realmente cautivador.Missie habló muy poco, disfrutó al máximo de aquellos paisajes mientras disipaba su mente. Las demás chicas junto a Dereck, señalaban aquí y allá, luego de pasar por allí, bordearon una montaña rocosa y detrás de ella había un enorme Rancho, a los lejos se divisaba una gran cantidad de ganado pasteando y del otro lado un centenar de caballos daban cuentas de un inmenso y extenso terreno, kilómetros y kilómetros de verde pastizales, hasta pasar por una caída de aguas que provenía de lo alto de la montaña y cuyo curso seguía hasta los verdes pastizales. Sin darse cuenta el Helicóptero estaba aterrizando. Todos bajaron y un grupo de hombres los recibieron. Estaban dos de gruesa contextura que tomaron sus equipajes y los subieron a un rústico
¿Dónde duerme Juanne?Cuando la mujer salió, Missie recorrió aquella habitación, estaba decorada con buen gusto, había sofá convertible al lado de la cama grande y tenía varios almohadones, se sentó en él y notó que era nuevo, se sentía y olía a nuevo. Las sábanas estaban totalmente limpias y muy suaves. Un espejo de pies que rotaba a los lados, una cómoda grande, mesas de noche con lámparas de luz tenue y un amplio y muy limpio baño. Caminó hasta el ventanal que daba justo al frente de la cama y retiró las limpias y perfumadas cortinas para quedar sorprendida al ver que desde allí podía ver todo el valle al frente, los corrales de máquinas lecheras, más allá estaban los corrales para los caballos y llegando al inicio de la falda de la montaña estaban las caballerizas. Más abajo se podían ver niños jugando fuera de los rancheríos de los trabajadores. Y también más a la derecha de la casa principal se veía el invernadero. Tierra abajo se perdían de vista los i
La chica risueñaIba bajando las escaleras cuando la chica risueña de cara hermosa que estaba con todos afuera, salió como un trombo. Ella se quedó parada mirándola y preguntándose qué estaba sucediendo. Espero un poco en las escaleras y luego siguió bajando.Al llegar abajo vio como Juanne entraba con la chica colgada a su cuello y en brazos.Missie se quedó sorprendida y su mirada la delató, pues de sus ojos salían chispas de irá al ver aquella escena.Juanne bajó a la chica con delicadeza. Luego, cariñosamente le besó las manos, mientras le decía:–Tienes que tener cuidado al bajar las escaleras, podrías caer y hacerte daño.–Buenas tardes –saludó cortésmente a Missie–, espero estén todos instalados y que les guste el lugar –siguió por las escaleras con la chica risueña tomada de la mano–. Me doy un baño y me reúno con ustedes en el anexo, en unos momentos. Sólo deme unos minutos, por favor.Missie asintió
Mi rancho, mis empresas y mi gente.Maya abrió la puerta y al ver a su patrón lo saludó con alegría:–Buenas noches joven Juanne ¿Cómo le fue con el parto? –Juanne se quedó parado afuera mientras le contestaba–. Todo salió bien Maya, es un hermoso y saludable potrillo. Espero que puedas ir pronto a conocerlo, quizás lo bauticemos pronto.Dicho esto le pasó su brazo por el cuello mientras la mujer sonreía alegremente por la noticia, así entró a la sala del cómodo anexo.Entregó a Missie las carpetas a la vez que les saludaba.–Buenas tardes, soy Juanne Martins, representó a las empresas Human´s. Les doy la bienvenida al Rancho. Espero estén todos cómodos y satisfechos con el espacio que les estamos dando para que estén tranquilos y disfruten la estadía aquí. Cualquier cosa que deseen o que no les agrade pueden decirme y lo solucionamos.Dereck se levantó y le tendió la mano, a la vez que le decía a Missie:–¿Es este e