Testigos

Por Benicio

El martes, Eve se reincorporó a la facultad, la pasé a buscar y fuimos a mi departamento, en su casa avisó que se quedaba a dormir conmigo.

Me pareció demasiado pronto para que vuelva a cursar, pero es verdad, en la facultad, no se puede faltar demasiadas veces, a ella le tuvieron consideración, por lo que pasó.

Hace un año que no estamos juntos, más allá del acercamiento que tuvimos en la clínica cuando Eve estaba internada.

No puedo explicar la ansiedad que me recorre el cuerpo.

De pasada comimos algo rápido en un resto que nos quedaba de camino a mi departamento, antes muchas veces lo hacíamos.

La miro y no puedo dejar de admirar su belleza.

-Tu mirada me recorre el alma y el cuerpo.

-Eso es lo que estoy haciendo, recorrerte, acariciarte, deleitándome con tu belleza, deseándote como un loco.

-Yo también tengo ganas, me muero de ganas de llegar a tu departamento.

Aboné la cuenta en ese instante y tomándola de la mano, apresuré los pasos hasta mi auto.

Creo que no había
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