Nuestra primera parada fue en una heladería que siendo sincera fue el mejor helado que había probado en toda mi vida.

No tardamos mucho en seguir el recorrido hasta una galeria de arte pública. Notar con la pasión que dibujaban y pintaban llenaba mi alma.

─ ¿Te estas divirtiendo?─preguntó. Mientras que bebia del batido que compro.

Asentí y con una sonrisa respondí:─ La verdad que si, jamás imagine ver tanta pasión en un solo lugar.

─ Me gusta verte sonreír.

Aunque lo haya susurrado con obvia intención de que no escuche aún así logré escucharlo.

─ ¿Solias venir mucho a londres?─cambié la conversación.

─ No mucho─afirmó─. Siempre he venido por temas de negocios una o dos veces.

─ Para haber venido pocas veces muchas personas te conocen.

El sotó una carcajada leve y me miro con esa sonrisa que estaba siendo una gran debilidad