Capítulo827
De repente, sonó un estridente claxon.

Alejandro levantó la vista de repente, pero al mismo tiempo, la voz de Ximena resonó en el interior del auto.

—Alejandro, cálmate, escucha...

Ximena no pudo terminar de hablar antes de que se escuchara un estruendo ensordecedor a través del teléfono.

En un instante, la mente de Ximena se quedó en blanco.

—Alejandro...?

El rostro de Ximena se volvió cada vez más pálido. Sin esperar la respuesta de Alejandro, temblorosa, lo llamó de nuevo,

—¿Alejo...?

—¡Mamá!— Nicolás intervino, —¡Lo encontré! Está en Paseo del Arroyo, y el auto ya se detuvo.

El teléfono se le cayó de las manos a Ximena.

De repente, tuvo una sensación de premonición ominosa.

Se levantó aturdida, las lágrimas brotando sin control.

Los niños la miraban con preocupación, llamándola uno por uno,

—Mamá...

Ximena salió del dormitorio como si estuviera fuera de sí, tropezando en su camino.

Los niños la siguieron apresuradamente,

—¡Mamá!

—¡Mamá, no te pongas así, papá está bien, seguro q
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