Capítulo819
Alejandro se inclinó de repente, levantándola horizontalmente desde el sofá.

Con la mirada baja y un leve frío en sus ojos, Alejandro miró fijamente a Ximena, su tono sin lugar para la resistencia:

—Si no estás de acuerdo, te haré trabajar hasta que te quedes dormida por tu cuenta.

Tan pronto como Ximena escuchó esas palabras, supo cuál era su intención.

Ella se debatió avergonzada:

—Alejandro, ¿no puedes dejar de hacer este tipo de cosas en pleno día?!

Llevando a Ximena, Alejandro subió las escaleras.

—Las cortinas de tu habitación proporcionan sombra comparable a la noche.

Ximena continuó resistiéndose:

—Realmente no tengo ánimo para nada más en este momento debido a la situación de Simona.

Alejandro respondió:

—Puedes elegir contarme, y yo puedo ayudarlos a resolverlo.

Ximena dejó de resistirse, apoyando su rostro contra el pecho de Alejandro.

Entendía la lógica, pero le había prometido a Simona no decir nada, y no iba a faltar a su palabra.

Al entrar en el dormitorio, Alejandr
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