Capítulo339
Liliana, aún con lágrimas en los ojos, se separó de Simona y caminó hacia la mujer regordeta, sollozando.

La mujer regordeta la miró sorprendida.

—Niña, ¿por qué estás llorando?

El pequeño cuerpo de Liliana temblaba mientras decía:

—Lo siento, tía. Fui yo quien te engañó. No fue él quien quería encontrarte, yo lo hice a propósito. Lo siento mucho.

La mujer regordeta respondió:

—No pasa nada, es solo una pequeña cosa. El fuego ya está encendido, así que me voy. No necesitas llorar, niña.

Ximena se acercó a la mujer regordeta y se inclinó ligeramente.

—Lo siento, mi hija te causó problemas.

—No hay problema. No te preocupes— dijo la mujer regordeta antes de irse.

Ximena se volvió hacia Liliana.

—Todavía queda una disculpa.

Liliana, con la cara baja, se disculpó de nuevo frente a Alejandro:

—... Lo siento.

Después de estas acciones, Alejandro entendió la situación. Levantó la mano y, después de un momento de duda, colocó su gran mano en la cabeza de Liliana.

Su voz llevaba una ternu
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