Capítulo1268
Leo frunció ligeramente el ceño. —Nicolás, eso no es amable. Tú mimas más a Liliana que yo.

Nicolás se burló. —¿Yo la mimo? Imposible. Esa niña no es para ser mimada, se volvería engreída.

Leo miró a Nicolás en silencio.

Cuando mencionaba a Liliana, sus ojos claramente se llenaban de ternura y afecto. ¿Y eso no era mimarla? Nicolás sí que era testarudo...

Leo apartó la mirada y se agachó lentamente para meter la mano en el arroyo y agarrar una piedra.

—Nicolás, ¿cuándo piensas decirle a Liliana que nos vamos?

Nicolás se congeló mientras atrapaba un pececillo. Se mordió el labio y dijo:

—No pienso decírselo.

—Se enojará si nos vamos sin avisar—, advirtió Leo.

—Pues que se enoje—dijo Nicolás sentándose en una roca grande, con voz seria. —Mamá y papá se lo explicarán.

Leo:

—Conoces el carácter de Liliana. Aunque suele ser ruidosa contigo, no se lo toma en serio. Pero si se enoja de verdad, tú deberías saber mejor que yo que tiene un temperamento parecido al de mamá. No nos perdonará fá
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