Justo cuando estaba a punto de quitarle el cuchillo, de la nada, la mujer salió volando hacia atrás.La fuerza con la que la empujaron fue brutal. Todo pasó tan rápido que ni lo vi venir.Solo sentí que alguien se movió como un rayo frente a mí y ¡pum!, la tipa terminó por los aires.Después, alguien me tomó la mano con fuerza.Cuando me di cuenta de que mi mano estaba bien, vi a Benoît frente a mí, con esa cara seria que pone siempre, pero al menos ya no se veía tan tenso.— ¿Estás loca? ¿De verdad pensaste que era buena idea agarrar el cuchillo con la mano? — me regañó, como si le hablara a una niña.— ¿Qué…? — le contesté, sin entender nada.En ese momento todo era tan urgente que, sinceramente, comparando su vida con la mía, pues obvio mi reacción fue protegerlo.Pero…— ¿Y por qué te pones así? ¡Al menos intenté salvarte! — le dije, un poco molesta.Benoît se rio, pero fue una de esas risas que no dan gracia.— ¿Salvarme? ¿En serio crees que necesito que te pongas de escudo? — dij
Sin darme chance de decir nada, Benoît soltó:— El niño va a quedarse con la policía.Y sin más, le hizo una seña al chofer para que arrancara.Después de avanzar bastante, Benoît me miró y preguntó:— Si de verdad soy como él dice, el que arruinó a su familia... ¿crees que merezco morir?Me quedé callada. No esperaba una pregunta así.Como no respondí, volvió a insistir:— ¿Por qué no dices nada?Parecía que esperaba mi opinión, así que me tomé un momento antes de contestar.— No creo que nadie pueda decidir quién merece la vida y quién no. Para mí, señor López, eres alguien bueno. Gabriel es un gran muchacho, y lo criaste tú. Por cómo actúas, no creo que seas alguien que hace daño por gusto.— Y si lo hicieras, supongo que tendrías tus motivos.Benoît se rio con ironía.— ¿Yo? ¿Bueno?Como si fuera la primera vez que alguien le decía eso.— Deberías saber que te estoy ayudando solo por Gabriel. Yo no hago nada gratis.— Aunque lo hagas por él, igual me estás ayudando. Y para mí, eso
Primero me quedé pasmada, y luego me topé con la mirada de Antonella, llena de rabia y desprecio.En ese instante supe que se venía algo feo.Y sí, tal cual.Después de aparecer con toda su actitud, Antonella anunció:— ¡Me niego a entregarle este premio a Esmeralda!Apenas lo dijo, el lugar se llenó de murmullos.Como ya me conocían por lo de la cumbre de tecnología, sabían que yo era la premiada. Y encima este evento estaba lleno de prensa, varios hasta transmitían en vivo.Los reporteros, siempre al acecho de algo picante, se dieron cuenta enseguida de que eso era oro puro. Una científica reconocida recibiendo el premio era una buena noticia, pero que la persona encargada de entregarlo se negara... eso ya era un escándalo.Así que todos empezaron a acercarse, prendiendo cámaras y armando revuelo.El presentador, viendo que se venía el caos, intentó calmar el asunto:— Antonella, veo que estás poniéndole un poco de comedia a la noche. ¿O sea que...?Pero no lo dejó terminar. Con cara
En resumen, esto no fue culpa mía, ni de su suegra… ¡fue culpa de ella! ¡De esa que se hace llamar madre!En el video, Fiorella, que ya de por sí se veía frágil como el pétalo de una flor, aparecía con un vestido blanco que la hacía parecer más inocente todavía. Con los ojos rojos, decía que todo había sido culpa suya como mamá.Lo que dijo hizo que más de uno terminara con los ojos llenos de lágrimas.Todos pensaban que era tristísimo, que había pasado por muchísimo.La veían tan buena, tan dulce.Aunque en el video de seguridad se ve que fui yo quien la empujó, ella salió diciendo que no era mi culpa, que simplemente había perdido el equilibrio y se cayó sola.Se echó toda la culpa por haber perdido a su bebé.Y claro, para muchos… eso la hizo ver como una santa.En un abrir y cerrar de ojos, el internet estaba llena de gente defendiéndola, llorando por ella.Decían que no existía persona más buena.Pero mientras todos se derretían por Fiorella, alguien se animó a hacer una pregunta.
Blancheva.Después de que David mandó borrar todas las noticias que hablaban de mí, fue directo a ver a Fiorella, que estaba viendo el video donde pedía disculpas y aclaraba las cosas.Con la mirada dura y seria, David dijo:— Fiorella, te dije que lo primero en este trato era que no te metieras con mi esposa.Apenas escuchó eso, los ojos de Fiorella se llenaron de lágrimas.— ¿Yo me metí con ella? Yo solo quise aclarar todo por su bien.Antes de que David pudiera decir algo, Fiorella se apuró en seguir:— Si piensas que no fue suficiente, decime cómo quieres que lo haga. ¡Haré lo que tú digas!Parecía super sincera, como si de verdad estuviera preocupada por limpiar mi imagen, como si estuviera dispuesta a hacer lo que sea.Ella sabía que, a estas alturas, por más que dijera lo que dijera… ya era demasiado tarde.David la miraba sin decir nada, cada vez con una cara más dura, más amenazante....A mi abuela le encantaba verme recibir premios. Cada vez que me ganaba algo, se ponía súpe
Junté coraje, agarré mis cosas y me fui con Mila a la casa de los Bois.En estos dos años casi no había vuelto, salvo para alguna comida en fechas importantes. Fuera de eso, nada.Mi mamá, aunque ya no me odiaba tanto como cuando Luna se fue, todavía me miraba con esa cara de “me arruinaste la vida” cada vez que me cruzaba.Y esta vez, fue lo mismo de siempre. Apenas me vio, tenía esa mirada de enemiga, pero ahora con una sonrisa triunfante.— Esmeralda —dijo con una mirada cruel—. ¿Viste lo que pasa cuando haces las cosas mal? ¡Te lo dije! Una persona tan mala como tú, tarde o temprano tiene que ver las consecuencias.Seguro ya se había enterado de todo lo que estaba pasando en internet.Verme hecha pedazos, sin respeto ni apoyo, la tenía casi celebrando. Era como si hubiera estado esperando este momento toda su vida.No le dije nada.Mila no aguantó.— ¡Esmeralda es tu hija! ¡Tu hija, por Dios! ¿Cómo puedes ser así con ella? ¿Qué es lo que te pasa?No lo entendía.Y de verdad no lo e
No sabía cómo contarle esto a mi hermano. Además, cuando vi a mi papá ayudando a mi abuela a salir, no quería que ella se enterara.Así que le dije:— Yo me ocupo, hermano. No te preocupes, disfruta el cumple de la abuela.Mi hermano parecía que quería decir algo más, pero cuando vio que la abuela ya había salido, se quedó callado.Mi papá me vio y sonrió.— Esmeralda volvió.Qué loco.Antes estaba tan cegado con Luna, la consentía en todo, y para que mi mamá la aceptara más, no dudaba en pisotearme cada vez que podía. Cuando Luna "murió", hasta parecía que quería matarme a mí también.Pero cuando aceptó que Luna ya no estaba, cambió por completo.No era como mi mamá, que seguía viviendo en el pasado y me miraba con odio.Él empezó a tratarme con cierta culpa, me preguntaba cómo estaba, se preocupaba. Y aunque yo ni le respondiera o lo ignorara, no se enojaba.Mi abuela me vio, se acercó feliz y me agarró la mano.— ¡Mi chiquita volvió!Para ella, siempre fui como una nena que necesita
Enseguida, sonrió de oreja a oreja para recibir a Luna en su casa.Se notaba que el cambio de actitud le daba más placer a Luna todavía.Me miraba con esa cara burlona, como diciéndome: Esmeralda, eres una inútil. Te dejé dos años y no hiciste nada. ¡Apenas aparezco, y tu familia deja de ser tuya!Se me apagó la mirada un poco.Suspiré de la rabia sin darme cuenta.Aunque ya esta familia no me importa, Luna trató de matarme más de una vez, y las heridas que sufrí fueron por su culpa.Y eso me da ganas de hacerle la vida imposible, aunque no pueda tocarle un pelo.No soporto verla tan libre y feliz, cuando debería estar tras las rejas.Solo que…Gabriel me dijo una vez, bien en serio, que Luna no había salvado a Benoît, ni era su novia. Que él la aguantaba porque le servía.También me dijo que, cuando ya no le sirviera, él mismo me la iba a entregar para que hiciera lo que quisiera.Me pidió que no hiciera nada por mi cuenta, que no me pusiera en contra de Benoît.Y no quiero eso.No te