Pero, pronto, me di cuenta.Mis guardaespaldas, los que contraté con un salario alto, se dieron cuenta mucho antes.Por sus auriculares inalámbricos, me informaron de esto. Dijeron que esas personas me habían seguido desde que salí de casa, y que seguramente querían hacerme daño.Levanté una ceja.¡Sabía que Luna no iba a dejar que eso le pasara!Al presionar tanto a Luna, no solo lo hacía para divorciarme de David, sino también para forzar a Luna a atacarme otra vez.Al no poder atrapar a Rashid, decidí que debía atraparla a ella en su segundo intento.Ella debía pagar por lo que había hecho.Luna ya quería verme muerta. Si la presionaba aún más, me apostaba a que querría que agonizara aún más. Buscaría todas las formas posibles de atacarme otra vez.Y, efectivamente…¡Ella estaba a punto de atacarme nuevamente!Saqué mi celular, y mientras fingía mirar la pantalla, utilicé la cámara para ver a las personas a mi alrededor.No vi a nadie sospechoso.Me reí.David decía una y otra vez q
Oh, no.No han sido diez años, sino que, gracias a las cicatrices de la vida, siento que han pasado muchos más años. Pero, si lo calculo bien, cuando él estaba en primer año de preparatoria, su familia lo encontró y regresó a casa. En total, no han sido más que ocho años.— Soy yo.El chico frente a mí parecía no saber lo guapo que era, ni lo letal que era su sonrisa. Sonreía de manera tan inocente y desconcertante.Al verlo sonreír así, no pude evitar admirarlo.¡Qué gran cambio!Recuerdo que antes él era bajito, y debido a que comía mucho, estaba algo gordito. Además, como estaba en su adolescencia, su cara solía estar llena de acné.El él de entonces no se parecía en nada al de ahora.¡Solo sus ojos siguen siendo los mismos!Y además, llevaba gafas de sol, así que no es de extrañar que no lo haya reconocido.Antes yo conocía bastante a Gabriel. Durante los tres años de preparatoria, prácticamente los pasé en la casa de Mila, y su hermano fue alguien a quien vi crecer.Sin embargo,
Al llegar al estacionamiento, cuando iba a sentarme en el asiento del conductor, Gabriel dio un paso al frente y dijo:—Hermana, ¿puedo conducir yo?Le levanté una ceja y, bromeando, le pregunté:—¿Qué pasa? ¿No confías en que conduzca yo?Gabriel sonrió y respondió:—¿Cómo no? Es que nunca he conducido un carro tan bueno, quería probarlo.Pensando que la mayoría de los hombres adoran los carros y las motos, sonreí y me fui a sentar en el asiento del copiloto.Cuando entré, recibí una llamada del jefe de seguridad, que me informó que todo estaba preparado.—Por favor, todos tengan mucho cuidado. Cuando llegué, no venía en el carro, la persona encargada de protegerme está conduciendo por mí , y ha logrado desorientar a los que me seguían, tratando de atraparlos cuando intenten actuar. Aunque todos son profesionales, espero que sigan siendo cautelosos; la seguridad es lo más importante. Colgué la llamada y Gabriel me miró. —Hermana, ¿qué significa eso de tener cuidado? ¿Sucedió a
—Así que, ese dinero sucio, mejor no lo aceptes. Parece que él se dio cuenta de lo que estaba pensando, porque dijo: —Esto no lo pagué yo por ella, todo es dinero de ella. Cuando escuché eso, la mirada de Luna se clavó en mí, como si quisiera matarme. Esa mirada me hizo darme cuenta de que, efectivamente, este dinero podría haber sido de ella. Sorprendida, levanté una ceja. Con lo mucho que Luna se preocupa por el dinero, ¿realmente habría sido capaz de devolver lo que ya había recibido? Antes de que David pudiera decir algo, Luna señaló a Gabriel, que estaba a mi lado, y preguntó: —¿Quién es él? ¿Es por él que quieres divorciarte de David? Siempre tan buena para darle la vuelta a las cosas. La mosquita muerta con un solo comentario, me echó toda la culpa de la situación entre David y yo. Quería acusarme de ser infiel. David pareció apenas darse cuenta de que Gabriel estaba a mi lado. Cuando vio que Gabriel llevaba mi bolso, su cara, que antes era tan atractiva, s
Cuando vi que David miraba fijo a Gabriel, me asusté pensando que podía hacerle algo. Sin pensarlo, me puse delante de Gabriel para protegerlo. Aunque Gabriel ya no era el mismo de antes, ese niño tímido y asustado, seguía siendo más joven que yo. No podía dejar que le pasara algo malo por mi culpa sin haberlo cuidado bien. Mi actitud protectora hizo que David se pusiera a llorar al instante. Después de todos estos años, sin importar lo que hubiera pasado, siempre me había mantenido a su lado. Nunca pensé que algún día estaría contra él, y menos para proteger a otro hombre. —Esmeralda… —Iba a enojarse al principio. Pero, cuando pensó en todo lo que había hecho mal, su voz se suavizó. —Esmeralda, no quería hacerle nada. —Si no querías hacerle nada, entonces cada uno come lo suyo, nosotros comeremos lo nuestro. Después de decir eso, me di la vuelta y me fui con Gabriel a la sala privada que había reservado. Aunque el abogado Santiago me había dicho que intentara calmar la tens
Ella quería que David se pusiera de su lado, ¡que David se aliara con ella para nuestro final! Si semejante cosa hubiese pasado antes, David habría reaccionado sin pensarlo, regañándome y castigándome por hacerle eso. Pero, ahora… Primero, él quería arreglar nuestra relación y no era capaz de tratarme de esa manera. Segundo… Hay cosas que, si las piensas bien, no se pueden seguir ignorando. David no era tampoco ningún imbécil, sigue siendo tan inteligente como siempre. Cuando dejó de confiar ciegamente en Luna, algunas cosas le quedaron claras al pensarlas. Eso hizo que su forma de mirar a Luna se volviera más realista y, sin querer, más profunda. Así que, no solo no le gritó a Luna ni me atacó a mí… ¡Sino que el muy desgraciado la sacó de la habitación! Con su orgullo y su fuerte sentido del honor, no soportaba que otros lo miraran de esa manera, él creía que lo estaban por de bajeando. Creo que fue porque no podía aceptar que la sociedad lo juzgara, no podía toler
Justo lo que pensé. Al día siguiente, Luna, que se suponía iba a ser enviada al extranjero, se enfermó gravemente y la llevaron al hospital. Con esto, seguramente ya no podría irse nunca más. David fue el primero en llamarme para explicarme, diciéndome que no me enojara y prometiendo que, apenas Luna se recuperara, la enviaría al extranjero de inmediato. A mí, que Luna no pudiera irse, me alegraba tanto que ni siquiera me puse enojada. En el pasado, había querido tanto que Luna se fuera al extranjero, lejos de mi vida. Ahora, sin embargo, no quería que se fuera. ¡Porque la iba a mandar a la cárcel! Pensaba que, teniendo en cuenta lo mucho que Luna me odia, incapaz de aguantar que yo viviera bien, si no lo lograba una vez, intentaría una segunda y tercera vez. En resumen, haría todo lo posible para matarme. La última vez no actuaron y no los atraparon, pero, tarde o temprano, la iban a atrapar. ¿Quién iba a decir que, en vez de esperar que Luna enviara a alguien a matarme, me ll
—¡Suéltame ya! —grité. —Esmeralda, no tengas miedo, no hagas esto, no voy a dejar que te pase nada, ya lo tengo todo planeado. Solo tienes que sacar a los secuestradores. David sabía que, por más que dijera que todo estaría bien, yo seguiría asustada. Y no importaba lo que dijera, no podía obligarme a hacer algo como esto. Al principio, cuando los secuestradores le pidieron que me entregara a cambio de Luna, ni siquiera lo pensó, lo rechazó de inmediato. Pero, luego, los secuestradores le enviaron un video. Y por más que lo intentara, no pudo averiguar dónde estaban. —Esmeralda, la situación de Luna es muy grave, los secuestradores no se van a mostrar hasta que no te vean a ti… Si no fuera porque la situación de Luna era tan peligrosa, él nunca habría querido forzarme a hacer algo que no quería. Él realmente quería que yo lo perdonara, quería que empezáramos de nuevo. De verdad, preferiría morir antes que obligarme a hacer algo que no quisiera, no quería presionarme. Pero