Han pasado dieciocho horas. He ignorado las trescientas cuarenta y dos llamadas de Luc. Las sesenta llamadas de Carter y las otras cincuenta y cinco de Nick. He pasado de la siete docena de mensajes de cada uno de ellos. Me he encerrado a cal y canto en mi fortaleza secreta en la costa. He pensado en el único lugar donde no podrán encontrarme por unos días, a menos que revisen cada propiedad a nombre de la familia donde crean que me he ocultado, lo cual les llevará tiempo y me lo dará a mí, lo justo para huir otra vez. Intento racionalizar mis pensamientos y ordenarlos de alguna manera, pero cada vez que lo intento, la frustración me revuelve el estómago y me hace devolver lo que no tengo en el interior. Me siento enferma y a la deriva. Más confundida que nunca y sin saber siquiera qué es lo que debo creer realmente. Ni siquiera la pared color crema, llena de post it de colores y garabatos con plumones, me da una pista de cómo iniciar. Con qué iniciar. Me siento paralizada. He pasa
Ella se acerca hasta la ventana y yo aflojo las manos, demasiado asombrada para resistir que ella vuelve a abrir la puerta corrediza. —¿Qué haces aquí? — musito. Natalia sonríe con orgullo, tanto que arquea una ceja y me observa con un poco de arrogancia.—A diferencia del resto, pienso y luego actúo — se encoge de hombros —. ¿Sabes que tienes a tres idiotas y tu padre, buscándote como si no hubiera un mañana?Escucharla, en lugar de aliviarme, me alerta. Si ella sabe que estoy aquí, bastará un instante para que ellos me encuentren. Y realmente no estoy en condiciones para verlos ahora. —Tranquila — dice suavemente, al interpretar bien mi pánico. Esboza una sonrisa pequeña y me mira con afecto —. Ellos no saben que vine. Ahora deben estar revoloteando de ida y vuelta en otro lado…—¿Qué?Cada vez estoy más confundida, pero tal vez se deba a que tengo la mente atiborrada de cosas que me cuesta procesar todo. —Digamos que, mientras hacían un elaborado plan de rescate para buscarte,
—Entonces…, ¿qué partes de allí tienen sentido?Aparto la mirada de la pared de la habitación. La amplia pared que se encuentra garabateada con plumón negro y repleta de post it de colores. Es una línea de tiempo de mi vida, todo lo que recuerdo y todos lo que pasó en estos días. Natalia tiene la frente fruncida mientras la observa, pasa los ojos de ida y vuelta a lo largo y lo ancho, mientras está sentada en el borde de la cama frente al muro. Tras desahogarme, dormir varias horas sobre el sofá antes de despertar sobresaltada. Natalia, quién se quedó conmigo toda la noche y durmió en el pequeño sillón al lado de donde estaba, me convenció de subir a la habitación. Su misión era que volviera a conciliar el sueño recostada en la enorme cama, pero me negué. Al final, ella bajó por algo de comer y no se quedó contenta hasta que di un par de bocados al sandwich que me trajo. La ganas de correr al baño no faltaron, pero contuve las náuseas a punta de voluntad. Ella me lanzó una sutil mirad
—Es una locura — murmuro. Mi voz apenas es audible.—Claire, después de todo lo que ha pasado, no lo descartaría — responde.Aparto la mirada del muro y la observo. —Es qué… Trago, sin saber qué más decir. El vientre se me retuerce por lo enfermizo que es todo lo que ocurre. Me paso una mano por la cara y la detengo sobre mi boca, mientras mis ojos vuelven a clavarse en el mapa de mi vida. —Es solo una teoría — agrega suavemente tras un rato de silencio. Creo que intenta amortiguar las cosas —. Tal vez incluso puede ser coincidencia. Bajo la mano y la aprieto en un puño sobre mi regazo. —No — digo entre dientes —. Luc jamás hace algo sin pensarlo.Puede que la mitad de las cosas que sé de él sean mentiras ahora, pero si algo me dice mi instinto con certeza es que Luc es realmente meticuloso en sus acciones. A excepción de nuestras salidas de juegos sin sentidos, sé que jamás toma una decisión sin meditarla. Suspira y me mira con preocupada simpatía. —Bien. ¿Entonces qué hacemo
Cuarenta minutos después, estamos frente a la casa de mi padre. Es una propiedad pequeña, pero tiene dos pisos. Una casa costera que adquirió tras el divorcio con mi madre. Lo que no logró quitarle Audrey tras la separación, mi padre lo invirtió. Y aún teniendo un montón de propiedades, donde Natalia confirmó que siguen buscándome, mi padre decidió que la relación con mi madre le había quitado demasiado y que se debía un gran respiro. De eso ya han pasado varios años y lo veo amar más la vida junto al mar que la que tenía junto a Audrey. No lo culpo. Todos sabemos que cualquier lugar es mejor que estar junto a ella. —Oye, ¿estás segura? — pregunta Natalia en voz baja. —¿Te estás acobardando? Subimos las escaleras de madera y en el pequeño porche lleno de macetas con exhuberantes plantas, me agacho para tomar un pequeño macetero amarillo y toco su base hasta hallar la llave de emergencias. —¿Qué? ¡No! — sacude la cabeza y la coleta alta de rojo cabello rizado se sacude tras su
CUARTO FRAGMENTO: LUC«…I don't know who you are, but you intrigue me (And I will do it all my life)Then you smile and ask me: what is your name? And I think I have to lie, But there you are, with a radiant smile You are like sunshine Do you think that's normal?We were two strangers five minutes ago And now we laugh like two old friends And we toast to the future, As if we knew something about the world…(For all our first few times And for all those to come) You look at me and hold my breath Do you think that's normal? Do you think that's normal? I feel like I know you, Even if it's silly You talk about life as if there were no worries And I think I can keep up with you. But, honey, what do you do to me? You go through my walls No one had ever done it. But there you are, with a radiant smile You are like sunshine I hold my breath as you speak And I think distracted, I think I finally found my place» Found you - A.R.C.H.E.R (canción de su tercer álbum titula
Bajo las escaleras, desperezándome, buscándola mientras me llevo la mano al cuello y destenso los músculos. ¡M1erda! Hace tiempo no dormía tanto, se siente jodidamente genial. Camino descalzo y sigo la música de la radio y el ajetreo que se escucha.Está tras la encimera, frente a los fogones. Se le resbala algo de las manos que resuena en el ambiente, ella maldice por lo bajo y ladea su cabeza, mientras se empecina en revolver algo con esmero. Me acerco despacio y en silencio, estiro el cuello para espiar lo que hace. Su pequeño cuerpo se agita, mientras sigue con su tarea. Pasa el dorso de su mano por su mejilla, alejando los mechones de su cabello. Algo chisporrotea cuando ella deja caer masa en la sartén y se sobresalta, dando un pequeño brinquito sobre sus pies. Contengo la risa.Huele ligeramente a quemado, pero también a huevo, tocino y azúcar. La cocina es un caos de instrumentos utilizados, restos de harina, cáscaras de huevo, un poco de leche y cereal volcados y también al
Abro los ojos, adolorido. El techo forrado de gris del auto es lo primero que veo. Gruño entre dientes y me acomodo de manera incómoda en el asiento del copiloto. —¿Te encuentras bien?Me froto los ojos irritados y cansados. La cara me duele, pero el dolor es bienvenido. Es un gozo enfermizo que me recuerda donde he llegado. Observo a Carter conducir, él no tiene mejor aspecto que yo; ojeroso, despeinado, desarreglado. Damos una pinta espantosa. —Sí — grazno —. ¿Cuánto dormí?—No más de veinte minutos. No parecía un buen sueño — responde seriamente. Cabeceo, con un suspiro, sin responder. Era todo lo contrario a lo que piensa. Sin duda alguna, los recuerdos pueden volverse pesadillas de vez en cuando. Ese momento sería lo ideal, pero en cambio soñé con algo bueno. Una de las miles de cosas que hace que se me retuerce el estómago. Pero no es agradable pensar en ello. Con una mueca, observo la carretera por la que vagamos de vuelta a la casa del padre de Carter. Nick y André se