¡Mi vieja dama!

TANQUE

Luego de estar toda la puta noche follando a mi mujer, aún estamos en la cama acostados, ella literalmente está sobre mí, presionando esas tetas perforadas en mi pecho, y les puedo asegurar que es la mejor sensación del mundo, estamos en una maraña de extremidades donde no se sabe dónde acaba ella o término yo. Un hombre se puede acostumbrar a esto.

Estoy acariciando su brazo derecho y puedo notar pequeña cicatrices por todo su cuerpo, no puede dejar de sentirme una mierda, nunca estuve ahí para protegerla, sé que fueron hechas por algunas que otras peleas, yo también tengo mis heridas de guerra. Anoche no las note porque mi único objetivo era hacerla gritar, pero hoy a la luz del sol, puedo ver cada marca que hay en su piel, principalmente la herida de bala en su estóma

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