Mientras todos vamos escapando para que la policía no nos atrapé voy al pendiente de Rosalinda, esperando que por el amor a Dios no le hagan nada. De un momento a otro escucho un disparo, me pongo nerviosa, que es lo que estará pasando será que todos vamos a morir.
Es Dominik el hermano de Liz, está herido y la causante de este caos es Rosalinda la que le disparó, que barbaridad, ¿cómo pudiste hacer eso?, ahora no tengo idea como salvarte la vida, esa chica si tiene su muerte segura, no quiero ver lo que pasará, ¿cómo Diosito? Cómo le puedo ayudar para que ella escape. Dios dame la sabiduría para poder ayudar a esa mujer, el trabajo de esa mujer es honrado solo que es peligroso, no quiero ser parte de toda esta historia, sí en mis manos está ayudarla la ayudaré y no me importa lo que me pase.
***Han pasado dos horas y Liz aún sigue con Dominik en la habitación y lo bueno que tiene ayuda del médico, ambos están operando a Dominik y solo esperamos que todo salga bien.—Esa Liz que acabo de ver cómo reaccionó es otra y no la misma que ambos conocemos —después de un rato sin decir ni una sola palabra el maldito de Rafael quiere sacar el tema de mi mujer.—Rafael te parece poco lo que le hicieron a su propio hermano, no entiendes y no comprendes como ella se está sintiendo en estos momentos.—Lo Entiendo y nosotros deberíamos vengar lo que esa perra le hizo a Dominik —eso me dice que no quiere que Liz se meta, pero ahí no puedo porque es su hermano y los sentimient
Dejo ahí a Dylan solo y me voy a comprobar que todo lo que me dijo sea una gran mentira y cuando llegó al sitio que deje a Samantha no la veo, por Dios mi corazón se está acelerando, espero Diosito que no sea cierto lo que me estoy imaginando y salgo a la bodega, le digo a los hombres de Dylan que me dejen entrar, entro con cuidado para que no me descubra y es ahí cuando veo que Samantha que está desamarrando a la sapa. No puedo creer que Samantha me esté traicionando, ¿por qué está haciendo esto?, me escondo en una parte oscura de la bodega y escucho todo lo que ella dice.Cuando veo la zorra que sale primero y antes que Samantha salga apresuró el paso y la detengo del brazo, sé que Dylan no tendrá piedad de ella, lo que más me duele es que yo me estaba enamorado o darle una maldita oportunidad.
—Te amo Liz… —musita.Nooo… No te vayas Dominik, por favor no te vayas.—Dominik no te permito que te mueras, no te permito que me dejes, ¡despierta! Hermano no me dejes, te lo pido con todo mi corazón, te prometo que no seré la misma, que cambiaré, pero necesito que no te vayas, lucha por vivir conmigo, Dominik vuelve, háblame hermano, quiero escuchar tu voz, quiero escuchar tus consejos, quiero escuchar decir que es lo que te molesta, quiero escucharte decir mi nombre, Dominik hermanito no me dejes sola, tú me prometiste que siempre ibas a cuidar de mí.—Señora, él ya se fue —siento la mano del doctor en mi hombro—, no hay nada más que hacer.—Mi
Samantha.Estoy desconcertada con todo lo que ha pasado, todavía no puedo creer lo que acaba de pasar, como fui tan ingenua de pensar que podía rescatar a alguien, que podía necesitar de mi ayuda e hice todo lo contrario.No me imagino como se debe estar sintiendo Liz y ahora que lleva una muerte cargada en sus hombros, yo no sería capaz de quitarle la vida a una persona inocente, sé que desee la muerte de mi difunto esposo y es porque el desgraciado me vendió y aparte me engañó con mi hermana pequeña, ambos me vieron la cara de pendeja y yo jamás me di cuenta de lo que pasaba en frente de mis narices.Rafael está hablando con Dylan, creo que aprovecharé este momento e iré a hablar con Liz, le dir&
—¿Por qué no me quieres tener a tu lado Rafael?—No soy yo Samantha y haz caso de lo todo lo que te diga —esta vez sus palabras suenan a súplica.—Quién no me quiere ver aquí, dime Rafael… Dime, merezco saber o es Liz la que no quiere verme —ahora soy yo la que se altera.—¿Por qué piensas que fue Liz?, es Dylan él que no quiere verte porque dice que tú representas peligro hacia nosotros, pero como siempre intervengo para salvarte el pellejo, tienes que esperar a que Dylan deje de pensar que tú eres un peligro.—Entiendo... —yo solita me busqué esto y ahora a jinetear la yegua.Rafael sale de la
—De qué embarazo hablas Samantha —mi madre se pone a la par de Esperanza, pero eso no quiere decir que me quedaré callada, es tiempo que mis padres sepan la verdad de mi hermana.—No me digan que la niña inocente no les ha dicho que está embarazada y que el padre es el maldito adicto que me vendió —suelto todo de golpe y ellos están sin comprender lo que estoy diciendo—. Madre, te presento a tu hija santa, la que se acostaba con mi difunto esposo, cuando yo estaba trabajando ella estaba con él acostándose y ahora la estúpida quedó embarazada de un hombre sin corazón—cada vez que recuerdo me dan ganas de matarla, me dan ganas de arrastrarla por toda la casa.—¿Quién te dijo semejante mentira? —niega a pesar de que el color de
—Dylan así será nuestra despedida —entre beso y beso le digo lo que pienso y lo que pienso es que no estoy de acuerdo que esta sea nuestra despedida y que me vaya sin darme mi postre.—Sabes que yo estoy para cumplir y como veo que no podremos entrar a la habitación entonces la única manera es ir a la caballeriza.Con desesperación ambos caminamos a pocos pasos y llegamos a la caballeriza, gracias a al destino no hay nadie y Dylan me empuja hasta dejarme caer en un montón de heno.Mi respiración está acelerada, siento todo mi cuerpo excitado, Dylan está de pies y con desespero comienza a quitarse la toda la ropa, mi acción fue morder mi labio y tocarme circularmente mi sexo, Dylan se acerca y comienza a quitarme el
—¿Así te piensas vengar de mí? —así es como disfrutaré de todo lo que has hecho, darte donde más te duele, sé que trabajar para ti es humillante y para mí es un honor.—Oooh... pobrecita, no todo gira hacia ti Esperanza, tú no eres importante para mí al contrario no eres nadie para mí, Esperanza si quieres tener un techo y comida es mejor que te apresures porque llegarás tarde a tus horas laborables.—Mamá no piensan decirle nada —llora niña mimada que yo haré pagar cada lágrima que derrame por ti y por el adicto.—Lo siento hija, pero la verdad es que no tenemos donde vivir y si tú no quieres trabajar tendrás que vivir en la calle —así se habl