Fern no se atrevió a dar un paso hasta que se aseguró de que su hija estaba dormida. Tenía miedo de que el ruido la despertara.Por otro lado, la mirada de Eugene se agudizó apenas la vio. Era como si hubieran sido enemigos desde hacía varias vidas. Eugene se levantó y le indicó con la mirada que saliera de la sala antes de caminar hacia la puerta al instante. Fern miró a su hija de nuevo, y luego siguió al hombre lentamente.Era medianoche en ese momento. El pasillo del hospital estaba tan silencioso que era aterrador. Eugene colocó una de sus manos en el bolsillo de sus pantalones, y se quedó de pie con su espalda alta y robusta frente a la mujer mientras esperaba a que esta se le acercara.“¿Por qué Rue se enfermó repentinamente? ¿Qué dijo el doctor?". Fern sabía que su hija había sido débil desde joven, pero nunca se había enfermado tan fácilmente como entonces.Eugene se dio la vuelta para mirarla con frialdad. El tono de su voz era desagradable, como lo había sido en la llama
”¿Acaso quieres que incumpla el contrato?”, dijo Fern.“¿Te preocupas por tener que pagar una fortuna si incumples con el contrato? Estoy dispuesto a pagar diez veces lo que valga, no me importa. Te liberaré de tu trabajo”.Repleta de ansiedad, Fern lo empujó con fuerza y le habló con una expresión fría en el rostro: “Sé que eres rico, pero no puedes interferir con mi trabajo. Puedo acceder a vaciar mi agenda con más frecuencia para poder volver a casa y pasar más tiempo con Rue”. En verdad, ella también extrañaba mucho a su hija, pero quería evitar a Eugene lo más que pudiera. Si él ponía sus manos en su contrato, temía no poder conseguir muchos papeles en películas en el futuro, y no se atrevía a imaginarse el tener que quedarse en casa con él todos los días.Eugene le levantó la barbilla con sus dedos bien definidos, entrecerró los ojos y la miró fijamente. "¿Acaso estás usando a nuestra hija como ficha para negociar?", preguntó. ¡¿Cómo podía ser tan descarada?! ¡Esa era su hij
Sharon hizo una cita con el doctor ese día y acompañó a Simon al hospital para que le revisaran las piernas. El insomnio de Simon había mejorado muchísimo. Después de regresar a casa con Sharon y Sebastian, sus emociones se habían vuelto mucho más estables. En ese momento, solo hacía falta resolver el problema de sus piernas.En el consultorio, el doctor sostenía el informe de Simon y lo estaba leyendo meticulosamente. Sharon se preocupó aún más y no pudo evitar preguntar: "Doctor, ¿cómo está su condición actual?". En realidad, quería preguntarle al doctor sobre las probabilidades de que pudiera recuperarse.El doctor frunció el ceño y dijo: “Según el informe, no es ideal… Mencionaron que se lastimó hace dos años. Recibió tratamiento en ese entonces, pero no continuó con él, por lo que se perdió el mejor momento para el tratamiento”."¿Acaso es demasiado tarde para tratar de curarlo?", preguntó Sharon. Simón mantuvo la calma. Independientemente de si podía recibir tratamiento o no
Sharon preparó unos cuantos platillos para Simon. Todos eran sus favoritos. “Prueba este pescado. ¿Está lo suficientemente fresco?”, preguntó ella mientras empujaba el plato de pescado frente al hombre con una alegre sonrisa en su rostro. Simon la miró sin moverse. “¿Qué ocurre? ¿No tienes ganas de comer pescado?”, preguntó ella con confusión. Él negó con la cabeza. “¿Hay espinas en este pescado?”. “¿No es eso obvio? ¿Por qué los peces no tendrían espinas?”, preguntó Sharon. De repente, ella entendió lo que él estaba tratando de insinuar. Ella sonrió de manera ambigua y preguntó: “¿Quieres que te ayude a quitar las espinas?”. “En ese caso, tendría que molestarte”, dijo él. ¡Esto era a lo que se refería en realidad! “¿Quieres que te alimente?”. “Eso suena bastante bien también”. ¿Él estaba esperando a que ella le sirviera? Ella podría haberse negado, pero tomó sus cubiertos y lo ayudó a sacar las espinas del pescado. Luego puso la cucharada de pescado frente a la boca del ho
Ceylon había ayudado a Sharon a cuidar del laboratorio mientras ella no estaba durante este período de tiempo. A pesar de que había regresado, ella no podía volver al laboratorio a trabajar debido a su herida. Por lo tanto, Ceylon había ido a visitarla. Él se dio cuenta de que había alguien más en la casa después de seguir a Sharon al interior. “¿Y quién es él?”, preguntó Ceylon con curiosidad mientras miraba a Simon evaluativamente. Al principio, Sharon quería decirle que él era Simon. Sin embargo, ella cambió de opinión. Simon aún no había revelado su identidad a todos. Simon vio a Ceylon sosteniendo un gran ramo de rosas rojas. No había nada de malo en que él le regalara a Sharon un ramo de flores cuando estaba de visita, pero parecía extremadamente inapropiado regalarle rosas. “Querida, ¿este es tu profesor?”, preguntó Simon, fingiendo que era la primera vez que se encontraba con Ceylon. “¿Oh? Eh... Sí, este es mi profesor, Ceylon Frank. Ahora es parte de mi equipo en el
“Eso es ridículo. Si no me gustara, ¿por qué lo aceptaría como mi novio?”. Sharon entendía cómo se sentía Ceylon. A él le resultaba difícil aceptar esto y también temía que otros la estuvieran engañando. Ceylon los miró fijamente con una mirada de incredulidad en su rostro. Él quería saber qué había en Henry para que Sharon se enamorara de él. “Tú... ¿Estás siendo amenazada por alguien?”, continuó él adivinando. Sharon suspiró divertida al escuchar esto. “Profesor, realmente lo está sobrepensando. Soy una mujer adulta. ¿No es normal que tenga novio?”, preguntó ella. Ceylon no fue capaz de averiguar nada, así que dejó de hacer preguntas por el momento. Sin embargo, aún desconfiaba de Simon. “Está bien, no tengo nada que decir sobre que tengas novio, pero espero que tu trabajo no se vea afectado por tu relación. El laboratorio te pertenece”, dijo Ceylon. Ceylon le habló en un tono autoritario con la postura de un profesor. Sharon no entendía por qué el hombre se sentía desconte
Después de que los médicos diseñaron un plan de tratamiento personalizado para Simon, Sharon lo acompañó al hospital para recibir tratamiento y llevar a cabo la rehabilitación todos los días. Ella regresó al laboratorio después de que su herida se había recuperado casi por completo. Después de todo, Ceylon no podía administrar el laboratorio por ella para siempre. Parecía que sus vidas habían comenzado a volver a la normalidad. Después de una semana de tratamiento, Simon tomó dos o tres días de descanso. Los médicos le pidieron que hiciera rehabilitación en casa. El laboratorio de fragancias de Sharon había importado un nuevo lote de flores. Por lo tanto, ella se fue temprano en la mañana al trabajo. Era fin de semana, así que Simon y Sebastian se quedaron solos en casa. Simon estaba manejando sus asuntos de negocios con su computadora portátil. Él no se había permitido dejar de trabajar ni permanecer inactivo en estos dos años, así que había creado una nueva empresa propia. La emp
“¿Eh? ¿Por qué?”. “Para que estés más alerta y dejes de obsesionarte con los juegos”. “¡Está bien, hemos llegado a un acuerdo!”, dijo Sebastian con confianza. Él no pensó que iba a perder. Simon se tomó unos minutos para comprar dos cuentas de juego. Cinco minutos después, Simon y Sebastian tenían cuentas de alto rango. Ellos se conectaron al juego, iniciaron sesión en sus cuentas y entraron al campo de batalla. “Papi, ¿quieres familiarizarte con el juego y aprender a usar las habilidades primero? De lo contrario, dirás que me estoy aprovechando de ti después”, dijo Sebastian. Sus palabras fueron demasiado arrogantes. Él simplemente no quería que su papi perdiera de forma tan aplastante. Después de todo, él nunca antes había jugado este juego. “No necesito hacer eso. Empecemos”, dijo Simon. Él había entendido a fondo los controles del juego con una sola mirada. “Ya lo has dicho. No te arrepientas si pierdes contra mí después”. “Deja de tonterías y comencemos”. Ambos comenza