¿No era ese el poema de Percy Bysshe Shelley sobre que todo en la vida es fugaz y de corta duración?

Además, a juzgar por cómo su madre estaba cavando en la tierra, ¿por qué parecía que estaba enterrando las flores de corta duración?

Tan pronto como Sharon intentó acercarse a su madre, el Pomerania corrió hacia ella y comenzó a ladrar. Parecía que el perro la había reconocido, pues le estaba moviendo la cola.

El ladrido del perro llamó la atención de Autumn. Ella se volteó y vio la apariencia de Sharon. Una sonrisa apareció en su rostro. Ella luego se puso de pie para saludarla y dijo: “¿Viniste a visitar a mamá, Sienna?”.

Autumn quería tomar la mano de su hija, pero se dio cuenta que sus manos estaban sucias por la tierra, así que las retiró rápidamente. Tenía miedo de ensuciar a Sharon.

Sharon miró fijamente a su madre durante un rato y pensó que su madre de verdad podía reconocer a su propia hija.

“¿Qué estás haciendo, mamá?”, preguntó ella con cautela.

“Oh... Verás, las flor