Después de que Eugene salió del coche, miró hacia la entrada del hotel. Escuchó que Simon le había prometido a Sharon una gran boda, y parecía que Simon había cumplido su promesa.

La entrada del hotel estaba decorada para lucir extremadamente hermosa y romántica, especialmente la pared de flores al lado de la entrada. El olor a flores llenó el área, y una foto gigantesca de los recién casados ​​estaba colgada en la pared de flores. ¡Qué extravagante!

"Hola, por favor, muéstreme su tarjeta de invitación". El asistente de la puerta detuvo a Eugene.

Eugene respondió con calma: "No tengo una".

"Lo siento, no puede entrar si no tiene una".

Los invitados detrás de él lo miraron acusatoriamente. ¿De dónde sacó el coraje para asistir sin una invitación?

Aunque Eugene parecía tranquilo, suspiró dentro de sí con impotencia.

Sharon fue tan cruel. Ella dijo que cortaría todos los lazos con él, por lo que ni siquiera lo invitó a su boda. ¿Realmente estaba tan desesperada por acabar con su re