Sharon probó la comida con seriedad. Aunque el sabor no era tan bueno como el de un gran chef, si era verdad lo de que lo había aprendido a hacer el día anterior, era un gran logro poder alcanzar semejante nivel.

"Mami, ¿qué tal está? ¿Está sabroso?", preguntó el pequeño en nombre de su padre.

Sharon miró a Simon, y él también la miró a ella, esperando su respuesta.

Ella frunció el ceño a propósito y se lo pensó un buen rato antes de responder: "Supongo que es pasable".

"Mami, teniendo en cuenta el esfuerzo de papi, al menos deberías darle una puntuación excelente, ¿no? Si no, papi se pondrá triste".

Sharon miró al pequeño. ‘Él de verdad piensa por su padre’.

Ella vio a Simon curvar la boca y se hizo una nota mental para no hacerlo sentir demasiado orgulloso. Ella no cambió su expresión y dijo: "Darle un aprobado ya es una buena puntuación".

Sebastian se encogió de hombros con impotencia. Tocó el hombro de su padre y habló como un adulto: "Papi, tienes que esforzarte más la próx