Fern pensó que él estaba ignorando sus buenas intenciones. ¿No era bueno que ella se llevara bien con él de forma pacífica? ¿Por qué la relación entre ellos debía ser siempre tan tensa? “Vine aquí a decirte eso. Si no hay nada más, me iré primero”. Ella tenía miedo de que acabaran discutiendo si seguía hablando con él. “¿Cuánto tiempo estarás en el extranjero?”, preguntó Eugene cuando la vio alejarse unos pasos. Fern no se volteó, pero aun así le respondió: “Dos o tres años”. Él permaneció de pie en su lugar mientras la veía alejarse cada vez más. Parecía que le faltaba una pieza en el corazón. En la noche, Fern ayudó a Rue a organizar su ropa. Eugene dijo que iría a buscar a Rue el día siguiente.“Mami, ¿de verdad te vas al extranjero?”. Rue no quería separarse de su madre. “Sí, tienes que estudiar y yo también. Sería malo si no puedo criarte bien en el futuro, pero sería peor si necesito que me cuides a mí en cambio”.“No te preocupes. Yo cuidaré de ti cuando es
Tres años después, un avión que había partido del País X aterrizó en el aeropuerto. Poco después, Fern arrastró su equipaje mientras salía del pasillo de seguridad. Ella tenía puesto el abrigo de color beige de la temporada actual de la marca A y una falda de negocios. Su pelo largo estaba recogido elegantemente hasta la nuca. Un hombre alto estaba parado a su lado. Él tenía puesto un traje a medida y su atractivo rostro estaba enmarcado por unas gafas de montura dorada. Él tenía un aspecto extremadamente amable y elegante. “Bienvenidos, bienvenidos. Estoy aquí en nombre de todos los empleados del Banco de Inversiones Esplendor para darles la bienvenida a ambos”. Un hombre de mediana edad caminó hacia ellos con un ramo de flores frescas en la mano. Dos empleados vestidos con trajes de negocios lo seguían. El hombre de mediana edad le entregó las flores a Fern y se rio entre dientes. “Usted debe ser Fernia. Se ve mucho más hermosa en la vida real que en las fotos”. Fer
Asher Gibbs era un estudiante de último año que ella había conocido mientras estudiaba en el extranjero en el País X. De alguna manera, ambos congeniaron la primera vez que se vieron. Él siempre la cuidaba mientras estaban en la universidad. Después de estudiar dos años, ella aplicó para un internado en su tercer año y entró en la empresa que él le había recomendado. Él era un analista financiero joven y capaz, mientras que ella era su subalterna. Aunque ella no era tan hábil como él, le fue bien en su curso. En esa ocasión, el Banco de Inversiones Esplendor había gastado mucho para contratarlos. Ella tenía la intención de establecerse antes de ir a ver a su hija. Ella quería sorprender a Rue, así que aún no le había contado su regreso. Fern se bañó. Luego puso el despertador antes de tomarse una siesta. Asher llamó a su puerta a las seis y media de la tarde. “Fernie, ¿estás lista?”. Fern se había maquillado ligeramente y se había puesto una falda de traje elegan
La mirada de Fern se fijó en la figura. Su corazón se aceleró instintivamente. ¿Era él? Asher se dio cuenta de que ella estaba mirando fijamente la esquina del pasillo con una expresión de desorientación en su rostro. Él miró hacia esa dirección, pero no vio a nadie. “¿Qué estás mirando?”. Fern volvió en sí y disimuló la mirada cavilosa que tenía. “No es nada. Vámonos. Ya casi es la hora”. Asher le miró los labios y se aseguró de que él le había aplicado perfectamente el lápiz labial antes de asentir. “Vamos”. Los ejecutivos de alto nivel y los principales responsables estaban sentados en la habitación privada, en la que cabían hasta 20 personas.El gerente Chad se apresuró inmediatamente a guiarlos cuando los vio entrar en la habitación. Él los llevó al frente de la mesa redonda. “Acérquense, vamos a presentarlos a ambos a todos aquí. Ambos son los talentos que el Banco de Inversiones Esplendor ha contratado de Wall Street”. El gerente Chad los presentó a ambos con pa
Fern se había preparado mentalmente para mostrarse a Eugene cara a cara. Ella sonrió cortésmente y saludó: “Encantada de conocerle, presidente Lawrence”.“Tenemos a un mayor y a una menor. Ja, ja, ja... Estupendo, no está nada mal”, dijo Jad mientras les miraba de manera evaluativa. Ambos parecían extremadamente hábiles y capaces. Las pupilas de Eugene se contrajeron en el momento en que vio a Fern. Él dijo por instinto: “Fernie...”. Así es, ¡era ella! Después de tres años, ella se había vuelto más hermosa y segura de sí misma. Había una mirada regia en sus ojos. Sin embargo, el hombre que estaba a su lado... ¿era su superior? “¿Qué pasa? ¿Conoce a Fernia?”. Jad notó su reacción. Antes de que Eugene pudiera decir algo, Fern habló: “Nos conocemos. Fuimos amigos en el pasado”. Ella consideró que no había necesidad de ocultar el hecho de que conocía a Eugene. “¿Oh? ¡Qué coincidencia!”. Jad se rio entre dientes. Eugene frunció los labios mientras la miraba. Él perma
Fern se iba a incorporar oficialmente al Banco de Inversiones Esplendor el día siguiente. Ese era su día de descanso. Ella se preparó para salir por la tarde.Asher quería hablar con ella sobre el trabajo, pero se dio cuenta de que ella se había arreglado a propósito. En lugar de tener puesto un traje con falda, como solía hacer cuando trabajaba, ella tenía puesto un vestido elegante y sencillo. Ella también se había soltado el pelo, el cual normalmente llevaba recogido en un moño. Eso le daba un aspecto más amable. Sus ojos brillaron al verla. “¿Adónde vas?”, preguntó él. Fern llevaba un bolso en la mano. Ella le dijo la verdad: “Voy a comprar un regalo”. Asher levantó la ceja. “¿A quién le vas a comprar un regalo? ¿Por qué estás vestida así?”. Él la conocía desde hacía un buen tiempo, pero nunca la había visto especialmente cercana a nadie.“A mi hija. Hoy es su cumpleaños”, le dijo ella. Esto dejó a Asher extremadamente sorprendido. Él le preguntó con incredulidad: “
Sharon y Simon llevaron a Bonnie a la villa de Eugene. Eugene estaba celebrando ese día el cumpleaños de Rue. La salud del Viejo Amo había estado en malas condiciones últimamente. Él había sido hospitalizado, así que no pretendían molestarlo. Aun así, el Viejo Amo envió a alguien para que le llevara un regalo a Rue. Después de todo, ella era su única bisnieta. “Ven aquí, Rue. Esto es un regalo de tu tío y mío”. Sharon sacó dos cajas de regalo y se las entregó. “Gracias, tío y tía”. Rue les dio las gracias amablemente. “Aquí está mi regalo”, dijo Jim mientras le entregaba su regalo para ella: un fajo de billetes. “No te molestes por mi regalo de mal gusto. Creo que no hay nada en el mundo que pueda compararse con el dinero. Puedes comprar lo que quieras con él”, le explicó él. “No me molesta. Me gustan todos tus regalos”. Rue siempre había sido una chica considerada. Sydney también le entregó su regalo. “He aprendido a hacer un vestido tradicional de otros. Sé que
Eugene tomó un sorbo de jugo de frutas después de escuchar a Sharon burlarse de sí misma. Él luego se burló de ella, diciendo: “La única persona que puedes controlar es el hombre que tienes delante”.Simon se dio la vuelta y lo miró. “No puedes experimentar tal felicidad aunque lo desees”.Eugene se burló y dijo: “¿Cómo puedes sentirte feliz siendo controlado por una mujer? Parece más bien una autotortura”.“Tío, aunque sea una autotortura, no tendrás la oportunidad de experimentar tal felicidad en tu vida”. La clara voz de un chico sonó junto a la puerta mientras el dueño de la voz entraba rápidamente en la casa.Un joven chico de casi 1,8 metros de altura y con rasgos similares a los de Simon apareció. Sin embargo, su aspecto era extremadamente juvenil. Él no desprendía la tranquilidad de un hombre maduro. La mirada regia de sus ojos hacía difícil apartar la vista de él. Él desprendía una sensación de nobleza. Sharon estaba muy emocionada con la llegada de su hijo. “Sebastia