Simon miró de reojo y fijó su mirada sombría en la mujer a su lado. “Solo estoy pensando en lo bien que me siento ahora”. Por eso él no quería quedarse dormido tan pronto.

Sharon se rio y dijo: “¿Por qué no solo dices que es genial tenerme a tu lado?”.

Él le pellizcó la barbilla con sus dedos largos y delgados, y dijo: “No sé cómo adular, pero puedo aprender a decir las palabras que quieres escuchar de mí”.

Sharon negó con su cabeza y dijo: “No es necesario. Me gusta más cuando actúas con normalidad”.

“¿Quieres decir que estoy actuando de manera anormal en este momento?”. Él levantó la ceja mientras su atractivo rostro se acercaba más al de ella. Sus ojos entrecerrados exudaban un aura peligrosa.

“Supongo que sí”, continuó provocándolo ella sin miedo.

El corazón de Simon dio un vuelco mientras miraba fijamente los encantadores y animados ojos de la mujer. Él recordó su impresionante beso de antes, del cual no había tenido suficiente, por lo que sostuvo la barbilla de Sharon