A Sharon no le importó la mancha en su camisa. Cuando vio que Diana volvía a cargar a la bebé en sus brazos a toda prisa, ella dijo: “La bebé aún es pequeña. Ella no puede digerir bien, así que no debes alimentarla demasiado”.“Me... me aseguraré de prestar atención”. Diana aún estaba muy nerviosa frente a Sharon. Ella era como la amante frente a la verdadera señora de la casa.Sharon sabía que Diana no sabía cómo cuidar de un bebé porque era una madre primeriza. Ella miró a Simon, quien estaba sentado frente a ella, y le dijo: “Diana no puede cuidar sola de la niña. Deberías contratar a una niñera con experiencia para que la ayude”.Simon pensó que ella se sentiría mal al ver a Diana y a la bebé después de bajar las escaleras. Sin embargo, no esperaba que ella le pidiera que contratara a una niñera para que los cuidara. ¡Qué mujer tan generosa! ¿No le importaba en absoluto la existencia de Diana y la bebé? Había una expresión seria en el rostro del hombre cuando habló con fri
Simon la miró fijamente con seriedad. Ni siquiera su hijo podía aceptar algo así. ¿Cómo podía ella…?Sharon cerró los puños bajo la mesa. Después de un rato, ella dijo: “¿Por qué él no tiene permitido hacerlo? No puedo tener un bebé para él. ¿Por qué debería impedirle tener un bebé con otra persona?”. Su corazón le dolía cuando hablaba... “¿Es eso lo que realmente piensas?”. Simon la miró fijamente.¡No era de extrañar que a ella no le importara en absoluto Diana y la bebé!“Tú puedes permitirlo, ¡pero yo no! ¡Prefiero no tener ninguna hermana si ese es el caso!”. Sebastian pensó que eso era injusto para su madre. ¡Él no quería una hermana con una madre diferente! “¡Papi, si realmente quieres a mi mami, pídele a esta mujer que se vaya con su bebé de una vez!”. ¡Sebastian expresó directamente su aversión hacia ellos!“Sebastian, deja de armar un alboroto”. Sharon no esperaba que su hijo tuviera una reacción tan fuerte ante la situación. “Mami, ¿qué te pasa? ¿Acaso papi no es
“Tú... ¿Qué dijiste? ¿Estás dispuesto a dejarme ir?”. Sharon pensó que lo había escuchado mal. Simon fijó una mirada sombría en ella. Él lucía más serio que nunca. “No me has oído mal. Puedo dejarte ir, pero hay un límite. Te daré un mes. Puedes ir a donde quieras, pero debes volver después de un mes. De lo contrario, te traeré de regreso yo mismo”. Él podía entender la amargura que Sharon sentía dentro de ella en ese momento. Tal vez sería bueno para ella relajarse en un ambiente diferente Sharon le miró sin saber qué decir. Ella no solo tenía la intención de irse de ese lugar, sino que también pensaba en dejarlo a él... Ella ya no tenía confianza en sí misma. Tenía miedo de que sus emociones siguieran empeorando... Parecía que él podía leer su mente, ya que le agarró la mano y le advirtió en voz baja: “Te daré la libertad, pero no pienses en dejarme. No olvides lo que me has prometido. No te irás nunca de mi lado”. Sharon se quedó boquiabierta. Efectivamente, ella una v
Sharon se liberó del ardiente beso de Simon con mucha dificultad. Sus labios ya estaban hinchados de tanto besar.“Muy bien... Aún tengo que ir al aeropuerto”, dijo ella en voz baja.Simon fijó su sombría mirada en el rostro sonrojado de ella. Su voz era ligeramente ronca cuando preguntó: “¿De verdad te vas a ir? ¿Puedes soportar dejarme?”.Fue él quien le sugirió que saliera a relajarse y también fue el que le permitió marcharse. Pero en ese momento, él también era el que no podía soportar ver cómo ella se iba.Sharon estaba decidida a irse. Ella asintió con la cabeza y dijo: “Sí, espérame a que vuelva”. Ella luego le dio un beso en la frente....El avión despegó. La llevaría a un lugar lejos de él.Sharon llegó a la academia donde había aprendido a formular fragancias en el pasado. Ella estaba allí para buscar a su profesor, Ceylon Frank, ya que no se habían visto desde hacía un buen tiempo. “Llegaste justo a tiempo. Estoy dirigiendo un equipo para desarrollar una fragan
“Madre, ¿cómo te sientes ahora?”. Ceylon sujetó con fuerza la mano de su madre. Había una ansiedad inconfundible en su rostro. A la anciana le costaba respirar. Ella jadeaba y hablaba con mucha dificultad: “Creo que Dios me está llamando. No estés triste. Esto iba a pasar tarde o temprano. Para mí, esto es poner fin a mi sufrimiento”.“Madre...”. Ceylon sostuvo la mano de ella con fuerza. Él estaba tan abatido que no sabía qué decir.La anciana se esforzó por esbozar una sonrisa hacia él. “Mi único arrepentimiento es no poder verte cuando te cases”. Su mirada se posó en Sharon, quien estaba de pie detrás de él. “¿Ella es tu novia?”. Los ojos de la anciana brillaron.Sharon quería decirle que no era su novia, que solo era su alumna y amiga. Sin embargo, Ceylon tiró de ella de repente y lo admitió delante de su madre. “Sí, ella es mi novia. Debería haberla traído a verte hace mucho tiempo”.La anciana se alegró de oírlo. “No pasa nada... Da igual que la conozca ahora. De esa maner
Finalmente, la anciana fue enterrada en el cementerio donde iba a descansar para siempre.Todos los demás se fueron. Sharon y Ceylon, quienes estaban frente a la lápida, eran los únicos que quedaban. Ceylon se quedó mirando la lápida de su madre. Él no estaba dispuesto a marcharse. Había una expresión de abatimiento en su rostro.Sharon no sabía cómo consolarlo, por lo que se limitó a acompañarlo en silencio.“Nunca te dije que mi madre fue madre soltera. Ella me crió sola”, le dijo de repente Ceylon sobre sí mismo.Sharon no dijo nada y solo lo escuchó en silencio. “Cuando me hice mayor, no la defraudé. Tuve una buena carrera, pero cada vez pasaba menos tiempo con ella. Ella no decía nada al respecto, pero yo sabía que ella quería que pasara más tiempo en casa. Yo estaba demasiado ocupado con el trabajo, así que la descuidé”. “Solo me di cuenta de que pasaba muy poco tiempo con ella cuando se enfermó”. Él se culpaba a sí mismo mientras hablaba de ello. “Por eso debes a
Cuando Simon llegó al hospital, Diana y la señora York ya estaban allí con Bonnie. Los ojos de Diana brillaron cuando vio al hombre alto y guapo que tenía delante. Ella lo saludó en voz baja: “Presidente Zachary...”. Ella se sintió ligeramente avergonzada. Simon no prestó atención a la expresión del rostro de ella, pues solo estaba pensando en la bebé. “¿Cómo está la bebé?”, preguntó él. “El médico aún la está examinando”. Diana percibió el aire frío que él desprendía e, instintivamente, dio un paso atrás. Él seguía pareciendo tan altivo y poderoso, como siempre.Simon se puso delante del médico de inmediato. La cara de Bonnie estaba enrojecida por la fiebre. Él se compadeció de ella.“La bebé tiene fiebre muy alta y secreción nasal. Debe estar enferma por el cambio de estación. No la han estado cuidando bien. El clima se está volviendo frío hoy en día, pero la has vestido con ropa muy delgada”, dijo el médico mientras examinaba a la niña. Una expresión seria apareció en el
Simon se sentó a un lado y esperó para ver si había alguna mejora en la condición de Bonnie.Bonnie se echó a llorar de nuevo. Tal vez todavía no estaba dispuesta a dormir, o tal vez se sentía incómoda porque estaba enferma.Por más que Diana y la señora York trataran de apaciguarla, la bebé no dejaba de llorar. Simon frunció el ceño y se levantó. “¿Acaso se siente incómoda en algún lugar? ¿Deberíamos llamar al médico?”.La señora York lo miró, tampoco sabiendo qué hacer. “Creo que deberíamos llamar al doctor para que la revise. Iré a buscarlo”, dijo. Después de una breve pausa, continuó: “Presidente Zachary, usted es su padre. Debería cargarla. Quizás logre hacer que pare de llorar”. Luego de decir esto, se dispuso a poner a la bebé en sus brazos.Desde el momento en que Diana apareció con la niña, él nunca la había cargado.Aunque él nunca tuvo la intención de tener un hijo con Diana, Bonnie era inocente. Además, ambos compartían la misma sangre. Ante este pensamiento, extendió