Adamo

Me senté frente a padre, viéndolo engrandecer sus acciones y trabajo en la manada, los cuales en su mayoría era producto de mis decisiones. Ya hacía años que padre había empezado a delegar responsabilidades en mi. Ahora prácticamente era quien estaba a cargo de la manada, padre solo se ocupaba de algunos negocios y de todo lo que el rey debía desconocer.

-Adamo ¿por qué no acompañas a Maya a conocer la manada?, mientras hablamos de negocios con su padre-dijo mi padre no tan sutilmente, antes de que lo mandara a la mierda, Maya intervino.

-si, por favor. Parece una manada muy organizada y me gustaría conocer a algunos de sus miembros, hablar con las viudas y eso-decía con un tono dulce en su voz que me provocaba nauseas, se esforzaba tanto en parecer sumisa y obediente que daba pena.

-como lo debería hacer una luna-dijo padre con orgullo.

-lo lamento, tengo otras obligaciones, pero seguro que encontrare quien te acompañe Maya. Padre una vez que termines con esta farsa, debemos ha