Menudo humor de mierda que tenía en estos momentos. La irritación y molestia salía en grandes ondas a través de mi cuerpo, estaba segura de que todo ser humano cerca de mi podía sentirlo.
Pero no se me podía culpar de nada, después de un vuelo de quince horas, donde me tocó compartir asiento rodeada de una familia de cinco integrantes, (tres hijos menores a diez años según mis cálculos), donde no pude tener un momento de paz. El hecho de que la mamá me viera con asco y superioridad, y el papá con lasciva, ponía a prueba la paciencia de cualquier persona.
Me alejo lo más rápido que puedo de las personas desembarcando el avión, y buscó la salida de este laberinto de personas. Una ventaja de no haber tenido que documentar mi equipaje, (porque mi mochila no era lo suficientemente grande como para hacerlo), era que no tenía nada por lo cual re
Camine sin importarme las miradas que los hombres daban en mi dirección. El lugar estaba igual que cuando lo había visitado teniendo dieciséis años. Cuatro pisos, fachada blanca, gran patio trasero, amplio estacionamiento lleno de motos de todo modelo, color, o tamaño, amplio, con un bar en la parte de enfrente. Y enormes hombres con el chaleco de cuero con un cuervo negro en pleno vuelo y el nombre del club en la espalda. Hice una mueca cuando sus gritos hacía mi persona se hicieron presentes.–¡¿Estás perdida princesita?!– –¡O tal vez busques un poco de diversión!– –¡Qué tal si te acercas para que pueda apreciar ese cuerpo como se debe!–.Muchos otros comentarios machistas se escucharon, pero mantuve mi cara fría. Tenía un objetivo en mente y ningún simio con complejo de cavernícola iba a interponerse en mi camino.
–Natasha–. Mi nombre volvió a salir de los labios de mi progenitor, esta vez con claro tono de advertencia que me hizo poner los ojos en blanco.–Me alegro de saber que aún recuerdas mi nombre, pero me gustaría tener esta conversación en privado si no es mucho pedir–. Pero solo fue cuando el chico que estaba parado atrás de él le puso una mano en el hombro y le dijo algo al oído que hizo que Hades por fin se diera cuenta de la situación en la que estaba metida.–Relájense todos de una maldita vez y ocupen su culo en algo antes de que les rompa la cara por iniciar una pelea en el bar–. Ordenó con una mirada furiosa a todos.–Si Prez–. La afirmación colectiva hizo que todos regresaran a sus asuntos como si nada, aunque una que otra mirada aún se mantenía en mi persona.Cuando los humores de los moteros se calmaron mis ga
–¿De qué te ríes?, esté es un asunto muy serio, estás en serios problemas jovencita, en este momento le vas a llamar a tu madre para decirle dónde estás si no quieres que lo haga yo y te vaya peor–.Su amenaza corto de golpe mi risa y lo mire con todo el asco y desprecio que fui capaz.–Puedes intentarlo pero dudo mucho que haga algo al respecto o tan siquiera te conteste–.–Por qué los adolescente siempre saben lo que van a hacer sus padres ¿Verdad?– La voz ronca del hasta ahora callado motero me desconcentro he hizo que me tardará un segundo más del planeado el contestarle.–No estoy hablando contigo cavernícola con sobredosis de testosterona, así que hazme el favor de seguir callado en lo que resta de la discusión–.–¡Basta!, ¡No te voy a permitir que nos sigas insultando!, ¡Yo
Me desperté agitada y sudada de la pesadilla. El suéter se me pegaba de una manera asquerosa, y sentía como las gotas de sudor se deslizaban por mi cara.Estiré mi mano en busca de mi celular en mis pantalones que había dejado tirados en el suelo la noche anterior. Las ocho de la mañana. Se leía en la pantalla. Un bufido salió de mis labios al ver la hora. Me volví a acostar y me quede viendo el techo mientras normalizaba mi respiración.Espere a que los latidos desbocados de mi corazón se normalizaran, pase mi lengua por mis labios secos y tragué saliva tratando de mojar mi garganta seca. Cuando por fin tuve las energías suficientes para afrontar el día quite las sabanas que cubrían la mitad de mi cuerpo, y me arrastré hasta el baño.A diferencia del día de ayer, ahora me tomé mi tiempo, disfrutando de cada segundo de la caí
Cuando abrí la puerta pude apreciar al abogado de la misma manera en la que lo había visto el día anterior, pero ahora vestía un traje de otro color, a parte de la clara presencia de mi padre, un hombre enorme tatuado, que se veía de lo más ridículo tratando de encajar en una diminuta silla enfrente del escritorio.–Buenos días Tasha, solo te estábamos esperando para iniciar– Me dijo el señor Seitz.–Espero no haberlos hecho esperar mucho–. Contesté con una sonrisa dulce, mi padre me vio con la frente fruncida por mi tono, y la desaprobación saliendo por sus poros, posiblemente debido a mi vestimenta.–No te preocupes, solo le estaba explicando a tú padre las instrucciones que dejó tu madre en orden para que se leyera su testamento. Como el hecho de que se necesitará que tuvieras veintiún años, y que ambos estuviera
Finalicé la llamada con Reykon antes de llegar al centro comercial, el taxi me dejo en la puerta principal, pagué por el viaje, y me bajé.Mi amigo me había ayudado a elaborar un plan para poder sobrevivir durante todo un año con mi padre en su club de moteros sin morir en el intento.Mis pies se movieron en dirección al banco, lo primero que haría sería desbloquear todas mis cuentas para poder acceder a mi dinero.Necesitaba comprar muchas cosas, también necesitaba ponerme en contacto con los miembros accionistas de la junta directiva de la empresa de mi familia. Tenía que hablar con ellos para dejarles en claro que de ahora en adelante la que mandaba era yo.Joder, me iba a hacer cargo de una empresa, y ni siquiera había ido a la Universidad.Hice una mueca con ese pensamiento, necesitaba encontrar la manera de cursar las clases sin perder tanto tiempo.Gracias a
Llegada a la oficina me vi encerrada por el extraño círculo de moteros, mi padre estaba sentado atrás de su escritorio, con Hunter a su derecha, el viejo a su izquierda. Tenía a un gemelo de cada lado, a mi izquierda al motero de ojos grises y a mi derecha al de la cicatriz. Cruce mis brazos y espere a que me dijera lo que fuera a decirme.–En primer lugar me gustaría presentarte a mi círculo de confianza y los responsables de que los Black Ravens funcionen como lo hacen. Ya conociste a Hunter Hell que es mi VP, este que está a mi izquierda es Theodoro Bullet Prescott es nuestro Tesorero– El de pelo entrecano me dio un asentimiento que le regresé– La montaña de músculos y que tiene cara de pocas pulgas a tu derecha se llama Maxim Toro Martinez es el Ejecutor– El tipo ni siquiera me vio, así que no le dedique ni media mirada– El que tiene el pelo recogido es Salazar Blood
La maldita alarma sonó a las cinco de la mañana, y costo de todo mi autocontrol no lanzar mi nuevo celular contra la pared para callarla.Realmente no era no persona madrugadora, aun sintiéndome fresca por mi ducha de la noche anterior, decidí no bañarme. Simplemente abrí las maletas en la cama y saqué un conjunto de ropa que me pareciera apropiado. A parte del estuche de maquillaje que había traído del departamento.Me vestí con unos pantalones negros lleno de bolsillos laterales, un top strapless azul marino que dejaba la vista todo mi abdomen, y me tapaba hasta la orilla superior de mis pechos, dejando así los tatuajes de los lobos, el nombre de Nikolai, y los de mis brazos a la vista. No estaba completamente llena de tinta como la mayoría de los moteros de aquí, pero si tenía al menos veinte o treinta tatuajes de los que no me arrepentía repartidos por mis brazo