En esos minutos Leslie y Sofía se dirigieron a ver los pinos artificiales, los cuales había de todos los tamaños, precios e incluso de colores, Sofía no se decidía cuál elegir, a su vista todos eran bonitos y le emocionaban, Leslie sabía que lo que más quería de Sofía, trataba de no romper y de desilusionar era su felicidad, su alegría de una infancia feliz, ella hubiera deseado llegar a la edad de Sofía con todo lo que le rodeaba, tenía a sus dos madres y todo su amor inmenso e incondicional.
Sofía aún no necesitaba preocuparse de nada, más que de jugar y en hacer las tareas, que eso para un niño de su edad lo siente como el fin del mundo, pero que realmente eso no es nada, solo una muy mínima parte de lo que en unos años le esperaría, pero que seguramente la vida de Sofía sería muy diferente a la que había sido la suya.-¡Este! – dijo Sofía corriendo hacia un arbolito de color blanco y alto.Sin duda era hermoso, Leslie nunca había tenido nada como eso.-¿Este?-¡SiSi su madre siguiera viva, ella podría haberle dado todo cuánto estuviera a su alcance, vivirían los tres en aquella casa que su madre con trabajo arduo trato de pagar para ellos y ella, no tendría una madrastra, ni ningún medio hermano que la viera como extraña, todo sería diferente y de ser diferente quizás no se hubiera topado con Fara y Gretel, pero que más daban ellas, mientras tuviera a su madre y una familia completa, sería feliz.A las cinco de la tarde se puso unos vaqueros, botas y una chamarra para salir del apartamento, había decidido ir a ver a su madre, tenía que superar aquello, tenía que llevar flores a su sepulcro y ver en qué condiciones se encontraba su tumba, porque a pesar del dolor que sintiera, ya no podría devolverle la vida.Tomo un taxi y pidió que la llevara hacia el campo santo dónde descansaban los restos de su madre, poco antes de llegar al ver una floristería pidió al hombre se detuviera para comprar flores, compro las más bonitas y se las envolv
No podía culpar a su hija de que fuese así de lejana con él o de que no le gustara estar en su casa por mucho tiempo debido a Rita, también no se hacía ciego de que Leslie y su hijo con su segunda mujer, no se miraban como hermanos, sino más bien como desconocidos.Cuando el taxi paro frente al gran edificio, Francisco se asombro del nuevo lugar en el que vivía su hija, no tenía nada que ver con el lugar anterior en el cual le había dicho vivía, sin embargo el sitio que ahora tenía delante parecía estar más adecuado al nuevo estilo de vida que llevaba Leslie.-¿Te gusta? – le pregunto entusiasmada a su padre al ver como observaba maravillado el asombroso edificio.-Si. Es grande y elegante.-Me los prestan las dos amigas que te dije me invitaron a desayunar esta mañana por mi cumpleaños.-Deben de apreciarte mucho esas dos para dejarte vivir
En marzo Fara, Gretel y Sofía invitaron a Leslie a ir de vacaciones, ella no se negó al saber que irían a una playa y que por fin conocería el mar, así que hizo una maleta, empaco lo que creyó necesario, compro algunos bikinis y bermudas para la ocasión, se despidió de su padre y partió con sus amantes.Y por primera Leslie vez viajo en un avión, la adrenalina que sintió en el momento en que despegaba fue algo que nunca había experimentado, sintió que su estómago se contraía en cuanto el aeroplano comenzó a elevarse, por suerte Sofía estaba sentada a lado de ella, con sus interminables pláticas de aventuras que solía inventarse, gracias a eso se relajo y disfruto del vuelo.Cuando llegaron a la cabaña que habían rentado cerca de la playa, Leslie no pudo evitar dejar caer su maleta en la arena y con paso veloz camino hasta a la orilla, para ver más de cerca el mar, observar lo infinito del océano y que de alguna manera sus manos tocaran el agua que arrastraba la ola hacia limit
Cuando Leslie despertó, lo hizo sintiendo un pequeño y suave cuerpecito atravesado justo en medio de su abdomen, Sofía había rodado hasta quedar encima y sonrió al ver lo que un niño era capaz de hacer en sueños y la manera que tenían de olvidarse de los problemas, dormir en cualquier posición no les causaba incomodidades, ni dolores al despertar, los niños no parecían tener problemas, al menos Sofía no los tenía, su vida casi era de color de rosa y era muy afortunada.Sin pensar, Leslie comenzó acariciar suavemente los cabellos de Sofía, extrañaba la época en que fue niña y tuvo a sus padres, había sido una época efímera, pero la añoraba con todo su corazón.Permaneció en cama con Sofía hasta que está se despertó y como todo niño que es sacado de su cama en sueños, despierta desorientado, preguntando por sus progenitores con miedo y ansiedad, Leslie conocía bien ese sentimiento, así que la tranquilizó y la abrazo de inmediato.-No te asustes – la reconforto – tu mami
Gretel tomo a Fara y se hundió en ella, recorriendo con su lengua su interior, bordes y líneas, estaba empapada, sus fluidos habían comenzado a escurrir por sus muslos y la boca de Gretel se llenó pronto de ellos y Gretel se decidió por hacerla llegar rápido al orgasmo, le daría uno rápido y breve, quería jugar aún más con ella, teniendo toda la noche solo para ellas.Fara llegó rápido al orgasmo y antes de que se recobrara del todo, Gretel la llevo a la cama en brazos en un abrir y cerrar de ojos. Tal y como se lo pidiera Gretel, Fara se quedó quieta acostada boca arriba, al tiempo que intentaba regular su respiración, mientras esperaba ansiosa lo que su esposa haría a continuación.Gretel comenzó a ponerle algunas fresas en las partes más provocativa y erógena del cuerpo de Fara, colocó; una fresa en cada seno, una en el ombligo y otra en su zona favorita. El pubis de Fara. Situó otras mas en los muslos y piernas, para finalmente darle una a comer a su esposa, quién abrió la
En cuanto llegaron al hospital le atendieron pronto, Gretel había movido sus influencias a través de llamadas, para que a penas llegara Leslie con Sofía fuera recibida y entendida. «¿Qué pasó?» fue lo primero que pregunto el médico a Leslie antes de llevarse a la pequeña a urgencias y le cerrarán la puerta en las narices apenas terminar de contar lo ocurrido.-¿Dónde está Sofía? – Pregunto Fara a Leslie en cuanto llegó hasta ella y casi la zarandeaba con ambas manos, las cuales se habían aferrado al cuello de la blusa blanca que Leslie vestía aquella mañana.-Se la llevaron los médicos a urgencias. – Respondió una Leslie llorosa y asustada.-¡Calma Fara! Por Dios, calma. – intervino Gretel, sabía que lo que había sucedido no era culpa de Leslie.La vez anterior en que Sof&iacut
-Pensé que no vendrías, te dije que descansaras toda la noche – reprendió Gretel a Fara cuando la vio llegar, acercándose enseguida para abrazarla y besarla.-Sabes que no puedo dormir sola y sobre todo sabiendo que mi hija está aquí, sin saber si mañana va a seguir con vida – está vez se le formó un nudo en la garganta.-Conseguiremos uno.-Pero ¿cómo?-Si no es por la vía legal, entonces iremos al mercado negro – sugirió y cuando esperaba tener alguna queja de Fara, no llego.-Si no hay otra posibilidad.-Creí que no te gustaría la sugerencia.-Lo que no me gustaría es perder a nuestra hija.-A mí tampoco. Ven vamos a sentarnos. Tengo algo que decirte – y la condujo a las sillas del lugar.-¿Es sobre Sofía? – pregunto Fara alarmada.-No, no es de nuestra peque&ntild
Cuándo Leslie bajo del taxi justo enfrente del lugar citado, Gretel le esperaba afuera de la cafetería, iba vestida informal como últimamente lo venía haciendo y a Leslie no dejaba de gustarle, llevaba puesto unos vaqueros deslavados y una playera tipo Polo, a pesar de su indumentaria a Leslie no le dejo de parecer guapa y de poseer aquél poder que ejercía en las personas que la miraban.Cuando llego hasta ella se saludaron de un beso en la mejilla y se otorgaron un fuerte abrazo.-¿Cómo está Sofía? – pregunto Leslie de inmediato.-Sigue igual – respondió Gretel mientras se encaminaban hacia dentro de la cafetería.-¿Está Fara con ella ahora?-Si, no te preocupes ¿Cómo estás tú? – le pregunto a Leslie viendo aún de bajo de sus ojos unas notables ojeras, al tiempo que la vio disimular un bostezo. A parte de eso