Vi a la mujer retirarse contoneando sus caderas, pensaba que con eso iba a provocarme, no sé por qué le costaba entender que no tenía interés en ella, ni en ninguna otra, solo en Sophía; me causó tristeza su actitud, para mi era digna de lástima.
Me quedé sentado en la misma posición que estaba desde antes de que el médico apareciera, sentía como si un camión me hubiese pasado por encima y prácticamente había sido así, me dolían huesos en mi cuerpo que ni siquiera sabía que tenía.
Ellos se habían ensañado en mi contra y por poco me mataron, mi rostro estaba hinchado y me dolía demasiado el estómago, las costillas, no podía moverme porque el dolor era descomunal, uno de los médicos me vio y me reprendió.
—Es necesario revisarlo, no pude seguir
DOS SEMANAS DESPUÉSTranscurrieron dos semanas desde que Sophía me mandó a sacar del hospital privado. Aunque fui varias veces a casa de sus hermanos; cada vez que sabía que estaba donde alguno de ellos, llegaba hasta allí, pero no quiso recibirme, se negaba a tener cualquier clase de contacto conmigo.Por mi parte, había comenzado a tener una amistad con sus padres, porque sus hermanos prácticamente no me toleraban; mandé a hacer varios documentos con mis abogados en donde les cedía la totalidad de las acciones a sus padres, la casa, la finca y todas las propiedades que habían sido de ellos, en un principio no querían aceptar los bienes de vuelta, de hecho me habían dado un rotundo no, hasta que logré convencerlos.De Sophía solo supe que comenzó a salir con Dante y no podía hacer nada para evitarlo. Llamé a Liuggi, pero tampoc
Salí de la clínica sin mirar atrás, subí al auto en completo silencio, mi cuerpo temblaba y tenía una sensación agridulce en mi boca, resonaban en mi mente las últimas palabras que le dije: "—Sabes que ese es un gran favor que me harías Nick, ¡muérete! Y eso te juro que me haría la mujer más feliz..."Sentí que estaba a punto de ahogarme, "¿Acaso estoy loca? ¿Cómo fui capaz de decirle eso?", en mi mente no podía dejar de ver sus ojos entristecidos y la angustia me invadió y en un tono de voz desesperado exclamé: —Dante, ¡Por favor para! Tengo que regresar donde Nick.— No seas tonta Sophía, ¿Vas a ceder frente a él? Te volverá a hacer lo mismo; o no recuerdas la primera vez cuando me dijiste que te humilló en la empresa frente a varias personas, esa vez te dijo que no lo volver&iac
Liuggi me miraba con tristeza —Quisiera decirte que estará bien, pero no lo sé hermanita, el estrés acumulado, todo lo que han vivido lo hizo colapsar —. Las lágrimas recorrían con premura mi rostro.—Esto d-debe s-ser una p-pesadilla Liuggi, —dije entrecortadamente —, no quiero que muera, es el padre de mi hijo —expresó con angustia.—Y aún lo amas ¿verdad? —me preguntó mi hermano.—Yooo —evité responderle la pregunta—, no quiero volver con él, pero tampoco quiero que muera —dije entristecida.Aunque intenté que me dejaran entrar a ver a Nick, no me lo permitieron debido a que su estado era crítico, la angustia me invadía, estaba nerviosa, no quería moverme de la clínica, por ello Liuggi debió alquilarme una hab
La mujer me observó despectivamente y me dijo —No me voy a ir, me quedaré el tiempo que quiera, total estoy deseosa de ver el desenlace de esta historia —indicó con un gesto.—Pues haga lo que quiera, pero manténgase alejada de nosotros —y caminando me alejé de esa arpía—. Quien se quedó en la sala de espera ofreciendo un espectáculo, mientras su hijo luchaba por su vida, ella se le encimaba al hombre con quien andaba, ambos se besaban y tocaban descaradamente sin importar lo que sucedía a su alrededor.Liuggi se acercó a mí diciéndome —. Ella es una de las culpables de que Nickólas se convirtiera en ese hombre desconfiado y cruel.—Lo sé, eso me quedó claro, pobre Nick, haberse criado con esa mujer tan egoísta —manifesté con tristeza.—Criar, ¡Estás loca!, ella lo ignor&o
Vi como los médicos y enfermeras corrían por los pasillos y entraron corriendo a la habitación de Nickólas con una máquina y le aplicaron un shock eléctrico desfibrilatorio, para reanimarlo, mientras gritaba — ¡Ahora!—No responde doctor, el paciente se va —mientras escuchaba comencé a llorar desesperada. "Por favor Nick, no te vayas", mis padres y el señor Zandro se acercaron y nos abrazamos llorando mientras rogábamos que se salvara y saliera bien de todo, escuchamos decir —prepara una inyección de epinefrina.La arpía de Miriam se encontraba allí y cuando vio el movimiento del personal médico preguntó —¿Murió Nickólas?No me pude aguantar más y enfadada la tomé por el brazo manifestándole —Usted se va de inmediato de aquí, ¡Fuera! No la quiero cerca de Nickólas
Al final terminé cediendo, por eso estaba allí en su casa, pero Nick era muy mal paciente, quería ponerse a trabajar, se levantaba temprano a trotar, era como si tuviese más energía que nunca y para completar empezó su plan de conquista, que me ponía nerviosa.Compraba cuantas cosas se le ocurría, no escatimaba en darme costosos regalos, anillos, cadenas, pendientes, sortijas, relojes, ropa, como si con eso me iba a convencer, aunque de cierta manera lo veía como una forma de demostrarme que era importante para él.Sin embargo, no estaba segura de querer intentarlo, tenía demasiado miedo de volver a obtener resultados similares a la última vez
Luego de que me apliqué el perfume y los cosméticos de Sophía salí con ella al área de la piscina. Mientras todos conversaban animadamente yo tenía una idea fija en mi mente, debía buscar a Nick, no me sentiría bien hasta estar con él, quería sentir como era ser poseída por ese hombre, era tan varonil, tan recio, que con solo visualizar su rostro en mi mente me excitaba.Había tenido la oportunidad de estar con Liuggi el hermano de Sophía y había sido el mejor sexo de mi vida, había estado con varios hombres antes, pero nunca ninguno me había hecho llegar a un orgasmo hasta que pasé esos días en la playa con él, pero todo se derrumbó cuando lo escuché conversando con otra mujer con la cual estaba enredado y eso no iba a perdonárselo.Ahora pensaba que si el sexo había sido de lo mejor con Liuggi, seguramente co
Entre todos lograron forzar la puerta para entrar. Al abrir la puerta lo vi sentado pegado de una botella mientras a un lado reposaba una vacía, tenía los ojos rojos y vidriosos y le dije —¡Dame la maldita botella! Él se levantó y me dijo en tono ebrio— ¡No te la voy a dar! Vayan a seguir disfrutando de su mutua compañía y déjenme a mí en paz, como el perro miserable que soy. No se preocupen por mí, yo estoy demás entre todos ustedes, seguiré bebiendo hasta que caiga inconsciente o que esta vez mi infarto sea fulminante. ¿A quién le importa? —Eres un necio Nick, claro que me importas, ¿Por qué crees que estoy aquí? —Le dije tratando de hacerlo entender. —Por lástima, pero tranquila Sophí, no voy a cuestionarte, aquí no hay más culpable que yo, porque te tuve y te perdí por idiota y celópata, no supe manejar mis sentimientos, estos me sobre pasaron y cometí los peores errores de mi vida. » Cuando tú quieras te firmo el divorcio, yo no lo había hecho po