Estaba molesto, no podía negarlo. Él que era un hombre sobradamente controlado, en aquel momento tenía las emociones a flor de piel porque no podía comprender qué diablos le pasaba con aquella mujer. Pero sobre todo le molestaba que ella no hubiera aceptado su ayuda cuando él se la había ofrecido, e
—Coñac —pidió.—¿El mejor de la casa? —preguntó Mala con sorna y Moe asintió dándole la espalda.Tenía un mal presentimiento, como si Malina no le estuviera diciendo toda la verdad, y todo lo que imaginaba alrededor de la vida de la muchacha o de su situación se hizo realidad una hora después, cuand
Moe sintió que el corazón le subía a la garganta. Había entrado en aquella habitación muy orondo, con la mejor disposición para enseñarle una lección a la señorita "Yo no necesito ayuda", y resultó que lo primero que vio fue unos dedos agarrados al marco de la ventana antes de desaparecer. —¡La put
Se encontraban en una situación incómoda y desesperada. Necesitaban que los demás creyeran que estaban teniendo relaciones sexuales, pero Mala tenía cara de asesina en serie y Moe sentía que todo lo suave de su cuerpo se ponía duro con aquella actitud. —Solo hay que fingirlo —aclaró—. No te estoy d
Christopher se dirigió al despacho de Andrej y le pasó la suma estipulada y un plus, haciendo que el hombre sonriera veladamente. —¿Esto significa que la pasó bien? —preguntó Andrej. —Muy bien, debo decir, tiene usted un establecimiento muy bueno y a chicas muy... eficientes —respondió él con voz
Mala llegó temprano a la dirección que le habían dado en la entrevista de... ¿trabajo? ¡Ni siquiera sabía qué era aquello. Era un edificio moderno de oficinas en el centro de la ciudad y a primera vista era impactante, del tipo que ella solo miraría de lejos. Alisó su ropa y se preguntó si no sería
—Chris —replicó él—. Chris está excelente. Y no importa que no hayas terminado la escuela, puedes hacerlo aquí, puedes estudiar aquí. En cuanto tengas tus papeles te ingresaremos al programa de becas de la Compañía y puedes ver qué te gustaría estudiar. Le hizo un gesto para que lo siguiera y la ll
Mala caminaba con los guardaespaldas detrás de ella. Era una sensación extraña, no estaba acostumbrada a que la escoltaran pero sabía que ahora era necesario. Iban al banco y aquella cantidad de dinero que debía ser protegido. En cuanto llegaron los guardaespaldas siguieron las órdenes de Moe, saca