15. Amores de turno.
Se quedo muda sin saber que decirle ante toda esa seguridad por parte de él. Veía la mirada encendida de amor por lo que acababa de decir en sus profundos ojos miel lo delataban por completo.
— ¿Sam, estás bien? — pregunta.Traga saliva — No puedo — dice asustada.— ¿Qué? — pregunta pérdido hasta sorprendido con la reacción.— No creo estar preparada para tener un hijo, Matt — se queja mientras camina.La ve desesperada caminando de un lado hacia el otro y la vuelve a frenar — Te amo, lo demás no me importa — asegura.Quería hacerla sentir protegida, caen en su pecho abrazándolo — Le tengo miedo a todo, Matt. Ayúdame — pide llorando.Le acaricia lentamente la espalda hasta que logra tranquilizarla, toma su rostro e16. 2017.Año 2017.Desde ese día había regresado la antigua Sam que veía la vida de otra forma dejando a la persona que muchas veces la hicieron sufrir. Volvió a ser esa mujer fuerte con vida, sonríe al pensar que todo iba a cambiar y ya no iba a sentir más dolor.Se coloca frente al enorme espejo que tenía en su habitación, puede ver a la nueva Sam sonriendo con su ropa formal para el empleo serio que estaba buscando por mucho tiempo.Sus padres nunca supieron entender su vida, sus cosas y todo lo que tuvo que pasar para llegar a donde estaba ahora. Pensó muchas veces en que sería de su vida si ahora la vieran vestida así, yendo a su primer trabajo decente y feliz por ese logro. Pero ya era tarde para todo. Su familia no estaba ahí para compartir con ella esas cosas, agachó su mirada y respir&oac
17. Te conozco.Le tocó ir todos los días a trabajar con Matt a la oficina, no había ningún tipo de conversación entre ellos simplemente todo laboral. Algunas miradas a las pérdidas pero nada más.Sebastián se había creído el verso de que iba al gimnasio por varias horas para poder soportar todo el trabajo nocturno que tenía. Se relajo al darse cuenta que ese tema por lo menos lo tenía resuelto y podía trabajar tranquilamente en la empresa.Mueve los papeles de un lado hacía el otro, a su derecha pasa caminando seriamente — Necesito los informe de está semana, rápido — ordena.Se queda mirándolo — Buenos días para usted también, señor — dice en forma irónica.Desesperada busca el informe que le estaba pidiendo, revuelve todas las carpetas que tenía arrib
18. Perfume.Siempre fue buena para ocultar cualquier verdad y era hora de improvisar tanto como le gustaba. Respiró hondo — ¿Cómo dijo? — pregunto haciéndose la desentendida.Deja el cigarro en el cenicero y sigue su camino — Eres esa mujer, ¿verdad?— pregunta sonriendo.Ahora había notado como ese Matt de la noche aparecía frente a sus ojos en plena luz del día. Se asombró por como la conoció tan rápido cuando nadie más lo podía haber hacer.— No sé de qué me está hablando y creo que debería poder seguir buscando esos papeles — responde.Camina hacia la salida pero un fuerte agarre hace que se detenga y golpee contra el pecho de él — No me equivoco y lo se, Sam — dice mirándola.Se remueve para sali
19. Soltar.Tenía marcado en su cabeza cada momento que vivió en su pasado y no podía borrarlo todo tan fácil. Se pasó la mitad de sus años mintiéndose y era hora de salir a flote con la verdadera Samantha que escondía.Aquel año que estaba trabajando con él se sintió observada casi todo el tiempo. Había logrado alejarse de Sebastián y sólo trabajar en el club nocturno cuatro días a la semana. Sentía que algunas partes de su vida se iban acomodando y otras no tanto. En la oficina el ambiente era incómodo, y algunas miradas se cruzaban pero nada más. No volvieron a tocar el tema de la noche y todo siguió normal. Ella se guardo lo que le pasaba al verlo y él jamás quiso preguntar de nuevo que tenía esa mujer que lo atraía. El silencio decía más que
20. Meses.Sam no podía madurar desde que le tocó vivir cada cosa mala en su vida, jamás supo con esquivar los miedos y los fracasos. Matt se alejó de ella para no tener que confundir nada. Sólo la observaba de lejos mientras seguía con su trabajo por semanas se miraban diciéndose cosas laborales para no meterse en nada íntimo. Supo como ubicarse nuevamente en el lugar de jefe a empleada.Le entrega unos papeles — Necesito 19 copias de esto — dice y vuelve a su oficina.No pudo responder porque se había marchado rápido. Todo el tiempo se había transformado en algo incómodo para los dos que nunca supo como manejarlo. Hace lo que le pide y a los pocos minutos ya tenía todo completo. Golpea despacio la puerta, escucha como alguien la autoriza para que ingrese.— Ya lo termine, señor — dice dejándole las hojas encima d
21. Sin mentiras.El tiempo siempre da la razón. Su tiempo se estaba agotando y sus mentiras ya no tenían límites.Recordó bien como fue que se lastimó la rodilla y el dolor que sentía cada vez que caminaba. Disimuló todo lo que pudo en su empleo hasta que él la miraba a lo lejos, se reía un poco cuando intentaba sentarse en su escritorio pero cuando podía espiarla sin que se de cuenta.Pasa por al lado — Necesito que vayas por mi café y fotocopias de esta carpeta — dice entregándole todo.Asiste con la cabeza — En 10 minutos se lo llevo todo realizado — afirma.Se queda esperando que se levanté de su asiento pero ve que no lo hace. Sam por su parte espera que Matt se retire para poder hacer su maniobra maestra para pararse y no sentir tanto dolor en la rodilla.— ¿Sucede algo? — pregunta mirándola.
Esa noche bastó para que todo lo que tenía que resolverse sea tan fácil como aquella herida. La rodilla de la delató — Sabía que te tenía de algún lado pero sabes que no quise verlo, estaba ciego — dice riéndose y tomándose la cabeza.Sam baja la mirada y toma distancia —Necesito que te vayas— pide.Toma su rostro con sus manos — Dime que es mentira, que no eres esa mujer — ruega con la mirada buscando la de ella.Cierra y abre sus ojos — Vete — pide nuevamente.Toca el antifaz pero lo detiene y se aleja — ¿Qué pretendías de mi? — pregunta.Se queda callada mirando como reacciona a todo. No sabía cómo manejar lo que estaba sucediendo y sólo le salió quedarse en silencio mientras Matt se lamenta por lo que estaba sucediéndole. A veces los detalles eran buenos cuando se olvi
23. No somos iguales.No lo dejó que le responda nada y salió corriendo de esa oficina. Vuelve a su escritorio, agitada y con ganas de llorar pero se mordió la boca, resistió y se acomodó su camisa blanca que estaba hecha un desastre.Sus manos le temblaban de una manera inexplicable, no quería todo su mundo sólo se había enamorado y no de su dinero pero sabía que jamás se iba a dar cuenta. Si apenas le prestaba atención y no podía cambiar eso. Ya todo estaba mal y no tenía solución.Los días y las semanas pasaron tan rápido como sus ojeras todos los días por llorar tanto. Casi no comía, intentaba sonreír pero no podía hacerlo como debía y su mirada apaga