Capitulo 02

En la mente de Arya solo podía llegar los recuerdos de hace un par de años y es que no podía evitarlo por mucho que quisiera, las preguntas que tenía eran muchas y ella necesitaba respuestas aunque no podía dar con alguien que le respondiera al menos una de ella, su mente procesaba aquella noche una y otra vez con la idea de que sus recuerdos respondieran sus propias preguntas pero solo podía recordar que había tomado demasiado con su amiga cómo nunca antes lo había hecho y por tal razón no recordaba muchos, los recuerdos iban y venían y eran cosas sumamente tontas que no le ayudaban con sus preguntas.

Recordaba mucha bebida y diversión, también algunos besos húmedos recorriendo su cuerpo pero no podía recordar el rostro de la persona que se los daba y aunque se arrepentia de lo que había sucedido toda esa noche, beber tanto y tener esa noche lujuriosa con un hombre desconocido su hijo no tenía ninguna culpa de sus errores.

"¡Esa es mi amiga!

¡Vamos a bailar absolutamente toda la noche sin miedo ni culpas!"

Escucho el gritó de su amiga algo distorsionado por la música pero duras penas entendía que decia.

"¡A festejar, a festejar!

Escucho un pequeño canto de su amiga emocionada.

¡tenemos vernos hermosas siempre y bailar sensual que todos quieren estar con nosotros!

!Está es nuestra noche!

¡Woo!"

Se escuchaba emocionada y sumamente ebria y es que así estaba muy borrachas ya ninguna tenía conciencia de lo que realmente estaban haciendo o iba hacer

"¡Nuestra noche!"

Gritó Arya mientras su cuerpo comenzaba a moverse al tiempo de la música que sonaba a su máximo volumen en aquella discoteca, sus caderas se movían de un lado al otro y sus manos a veces estaban arriba y otras están en su cuerpo tocándose de forma sensual para los espectadores.

Con dicha forma de bailar no les era muy complicado conseguir pareja de baile, muchos hombres las miraban pero esta vez decidió sentarse por un segundo se sentía cansada de tanto bailar

"Ya regreso" le dijo al hombre que bailaba con ella para luego caminar a un asiento, suspiro al sentarse y que tenía muchas ganas de seguir bailando, solo quería descansar por un segundo.

"Te he visto bailar" le hablo un chico muy atractivo sentándose al frente de ella, su sonrisa coqueta apareció rápidamente aún así no dejo nada. " Y he descubierto que bailas muy bien ¿Me dejarías bailar contigo?" pregunto con ese tono sensual que le erizo la piel.

"Claro, que si " respondió ella con un todo pícaro y muy sensual, su sonrisa lo decía todo al menos eso pensó aquel hombre al frente de ella.

Ambos se levantaron y caminaron a la pista nuevamente, ambos tuvieron pareja de baile toda la noche y eso no solo quedo ahí si no que trascendió hasta una habitación de hotel en el cual hubieron besos, caricias pero nada de amor únicamente lujuria, una lujuria de la cual se arrepintió rápidamente en la mañana cuando se despertó y supo lo que había hecho, aún se sentía bastante ebria y a su lado no había nadie.

En su mente habían pocos recuerdos pero sabía que había terminado ahí con alguien y ese alguien no era su amiga

"Que rayos hice" Se preguntó aún sabiendo que era mi que había sucedido.

Volviéndo a caer en la realidad, sus ojos se centraron un vez más en la pared que estaba al frente de ella.

Suspiró y se sintió como cuando se despertó en esa cama

—No — Gritó molesta y llena de dudas.

Aún se preguntaba

¿Como se había permitido llegar a ese estado?

Su nana escucho su voz e inmediatamente entro en aquella habitación preocupada y sumamente nerviosa.

—Mi niña Arya ¿Que le pasa?— Pregunto sentándose a su lado para luego acariciar su rostro con delicadeza y amor —. ¿Pesadilla?— Pregunto, Arya negó con la cabeza

Así se volvió su vida después de lo que había pasado aquella noche una pesadilla.

Suspiró una vez mas

—No estaba dormida nana —Admitio — Aún sigo quedándome en una especie de transe esperando recordar lo que hice aquella noche, tengo tantas preguntas pero no tengo ninguna respuesta— Le confesó una vez más

— ¿Porqué querrías recordar eso?— Pregunto — Ya sucedió y ya no puedes modificar absolutamente nada — Le dijo, su nana estaba preocupada y es que no le gustaba como ella decía que un transe, eso podía ser peligroso.

— Necesito saberlo nana, necesito saber con quién estuve esa noche, tengo esa necesidad además se que el es el único que puede darme respuesta, solo recuerdo su voz que era hípica para mí nana, su cabello negro y sus ojos

Ella no pudo evitar soltar una pequeña risita, no había duda que cuando ella dijo que estaba embarazada sorprendió mucho, ella que era tan tranquila y no se le veía con chicos y que muy poco era de salir a discotecas y si lo hacía era para complacer a su amiga.

— Sabes que no debes forzar el recuerdo Arya, algún día vas a recordar lo que pasó esa noche — Le aconsejo

Arya una vez más suspiró

—Lo se

Se levanto de la cama y se alisto para ir a desayunar. Recogió su cabello en una coleta, colgó en su cuello el collar en forma de corazón que tanto amaba ponerse, y luego bajo a la mesa de comedor. Al llegar a la mesa, se encontró con su abuelo sentado en la mesa tomando el desayuno.

Ignoro totalmente su presencia y se dirigió a la habitación de su pequeño bebé el cual estaba dormido así que abrió la puerta con mucho cuidado y suavidad, aún faltaba una hora y cuarenta y cinco minutos para que le tocará entrar en la escuela así que se sentó en el borde de la cama a su lado comenzó a acariciaba con suavidad la espalda de su pequeño y este comenzo  poco a poco abrir sus hermosos y brillantes ojos color chocolate que la hacían recordar a su padre no porque recordara su rostro pero si esos ojos además ella los tenía muchísimo más claro y por si su recuerdo fallaba ella suponía que los había heredado de el.

— Mi príncipe hermoso ¿Como amenaces? Buenos dias — Se acercó a su rostro y le dijo al oído para luego besas esas mejillas el se notaba  soñoliento y no era para menos, rascaba sus preciosos párpados, tratando de hacer que sus ojos se despertaran de la pesadez.

—Mami— Se quejó sabiendo que le tocaba ir a clases pero es que el tenía tanto sueño que solo quería dormir —¿Me dejas dormir un poquito más?— pregunto con los ojos levemente abiertos.

—No, mi amor— le dijo apenada, al no dejarlo dormir mas como él deseaba, a ella le gustaba complacerlo pero esta vez no podía hacerlo —. Te tienes que alistar para ir a la escuela, ni príncipe y sabes que no puedes faltar.

El pequeño Liam con algo de pesadez asintio sabiendo que su madre tenía razón

—Esta bien, mami — Dijo.

Se levanto de la cama alejándose de el luego de besarlo una vez más y abrazándolo

Lo amaba tanto y amaba lo cariñoso y obediente que su hijo era, así que trataba de darle todo el amor y el cariño que a ella le había faltado en su vida, porque si  todo en su vida había sido odio y repudio, y ahora su abuelo lo hacia con su pequeño y aunque ella evitaba que eso sucediera no siempre podía hacerlo.

— Bueno, vamos a prepararte, para que te vayas a la escuela. Ven te ayudo.

— Si, mamita hermosa — respondió con una gran sonrisa en su rostro.

— Eso es mi amor.

*****

— Alan, necesito hablar contigo— le habla su padrastro haciendo que sus pasos se detuvieran inmediatamente, estaba solo un paso de salir de aquella casa.

—¿Que quieres? — le pregunta con fastidio. De solo verlo le causaba enojo, su presencia le causaba asco y odio, le causaba repulsión estar siquiera cerca de el — No estoy para tus estupideces, así que déjame en paz de una buena vez y ve a molesta a alguien más — Dijo mirándolo fijamente a los ojos para que entendiera el mensaje.

—Tranquilo. Solo quiero que sepas que mañana tendremos una junta muy importante y tienes que estar allí. Ya que te concierne el asunto— le informo seguido de una sonrisa maliciosa.

Sospecho instantáneamente de aquella sonrisa.

—¿Que clase de asunto?— pregunto sin tener el interés de asistir a esa supuesta junta importante pero no podía evitar tener sospechas.

—No lo sé. Eso tendrías que averiguarlo tú mismo. Solo me dijeron que debías de estas presente por que te concierne.

Pura basura

—No me interesa— le informo rápidamente —. Y si viene de ti mucho menos porque esa asquerosa sonrisa que te cargas de imbécil que llevas, sé que esto lo has planeado tú ¿o acaso me equivoco? De ser así puedes decírmelo de una vez — Sé volteo para marcharse, pero este lo volvió a detener.

—De mi no, pero de tu madre, si— Este se giro encarándolo nuevamente. Estaba furioso por mencionar a su madre

¿Porqué la mencionaba?

¿Que tan imbécil debía de ser para eso?

Tenía que caer muy bajo.

—¿Que fue lo que dijiste?— cuestiono irritado a más no poder. Si rostro mostraba lo molesto que estaba y Camilo lo disfrutaba

—Hablo que lo que tu madre ha querido para ti desde que eras un mocoso insoportable— Le dijo de frente esta vez.

—No vuelvas a mencionar a mi madre, imbécil— le agarro por la camisa con fuerza. Quedando a centímetros de su rostro, lo miraba sumamente fijo a los ojos, sin desviar la mirada llena de ira y rabia. Quería intimidarlo, pero para el señor Camilo era como tener una victoria más verlo descontrolarse, eso era lo que él quería siempre desestabilizarlo por completo.

—Será mejor que me sueltes, Alan— le amenazo—. No te conviene en lo absoluto hacer una escena aquí en mi casa— le miro desafiante y con burla—. Sabes que si me pasa algo, tu perderás todo lo que tu querida madre dejó para ti.

—¿Amenazándome de nuevo con esto? Tú, ¿enserio? — le cuestiono enojado. Lo estremeció —. Sabes perfectamente que alteraste su testamento, lo sabes y yo lo sé, basura asquerosa— se le pego un poco más a la cara.

Su padrastro se le reía en su propia cara.

Lo estaba disfrutando, mucho.

—¿Alterar el testamento, yo? ¿Con que pruebas puedes asegurar eso? Sin pruebas, no puedes acusarme, lo sabes— le recordó. — Me estoy sintiendo ofendido muy ofendido con esas acusaciones tuyas falsas porque si no tienes pruebas son falsas.

—No las tengo, pero sé que tu alteraste ese testamento. No tengo que verlo para saberlo. Eres una basura y las basuras como tú, son capaces de hacer cualquier cosa por tener lo que quieren y más si es por dinero

Comenzó a reírse en la cara de Alan pero de momento cambio su semblante a uno mas serio.

— Suéltame, mal parido— se zafó del agarre de Alan con brusquedad.

— Cuando tenga las pruebas, juro que te haré caer, te lo juro por lo más sagrado que tengo que lo haré así que te recomiendo cuides tus espaldas.

— Como digas, aquí te estaré esperando— Lo reto, era tan fácil provocarlo

Alan salió de la casa hecho toda una furia, manejaba a toda velocidad, alejado lo más posible de aquella casa mientras pensaba en lo perdido que estaba al escuchar las palabras que le había recitado su padrastro. "Sabes que si me pasa algo, perderás todo lo que tu querida madre dejo para ti". Como lo odiaba, lo odiaba como nunca antes había o podrá odiar a otra persona y odiaba aún más tener que verlo.

Un golpe de auto a auto, lo despertó de todo aquello que estaba pasando por su mente. Subiendo la mirada hacia adelante, vio una chica bajar de su auto a toda prisa. Alan bajo de u auto, era su deber colaborarle, él había sido el causante del choque. Estaba tan enojado, que no podía preocuparse por nada.

—Acaso ¿no entiende las leyes de transito?— Gritó aquella chica mientras sacaba a su hijo llorando de la parte trasera del auto, se sintió tan culpable—. ¡Aprenda a manejar, idiota! Podrías causar un accidente y herir a muchas personas.

Le iba a decir algo, pero al ver al niño en sus brazos, decidió bajarle a su enojo y centrar su cabeza. Después de todo, había un menor en el asunto.

— Yo...— llevo sus manos a al cabeza y suspiro comenzando a preocuparse —. Lo siento — se disculpo porque debía hacerlo —. Si necesita dinero, le doy todo el que necesite. Fue mi culpa— saco su billetera del bolsillo trasero para sacar algunos billetes, pero ella interrumpe el acto.

— ¿Dinero? — cuestiono ella —. No necesito tu mugroso dinero. Tengo lo suficiente como para comprar todos los autos que desee — le hablo irritada.

— ¡Oiga! — le grito para llamar su atención —. ¡Estoy tratando de ayudarla!— Y no mentía de verdad quería ayudarla, se sentía muy culpable pudo a ver herido a alguien y ver a un niño más culpa sintió —. He tenido una mala mañana, como para arruinarle el día a ese niño.

*****

Arya llegaba al hospital para revisar a su pequeño aunque pensaba que no le había sucedido nada grave quería estar totalmente segura de que el estaba bien, llamo a una de las enfermeras y le pidió que le dejaran pasar a su nana tan pronto como llegara al hospital, para su desgracia, esperando por su nana, quien no llegó, pero en su lugar, quien llego fue la persona que mas evitaba ver, su abuelo.

"Rayos" pensó al verlo llegar

— ¿Que demonios has hecho?— Le  proporciono una cachetada fuerte doblandole el rostro

— ¡Ah!— gimoteo ella del dolor en su mejilla izquierda.

— Todo lo que tocas, lo rompes — le grito su abuelo molesto

Arya se reincorporo en su lugar y le hizo frente a su abuelo.

— ¿Por que tienes que ser así?— le grito ella sin tener la más mínima culpa de lo que había pasado.

—¡Cállate!— volvió a gritarle.

Una de las enfermera del hospital, se acerco para detener la gran discusión que ambos tenían en medio de la sala de espera.

—Señores, están en un hospital— les informó—. Les pedimos que bajen la voz o de lo contrario tendré que acudir a la seguridad del hospital— le advirtió.

La enfermera se marcho, intentaron calmarse lo más que pudieran, pero para su abuelo era casi imposible hacerlo.

— Eres igual que tu madre — hablo entre dientes mientras la observaba furioso.

—Si tanto me odias, ¿que demonios haces aquí? Nosotros no te preocupamos en lo absoluto, así que puedes largarte cuando quieras y no molestarnos

El viejo le proporcionó otra cachetada obligando a que ella se callara.

—Cuidado como me hablas mosca muerta— le dijo entre dientes al acercarse a su rostro, haciéndole frente a Arya

—Usted no merece que yo le llame abuelo. Eres un monstruo asqueroso, esos que son lo peor que existe en este mundo.

—Hubiese querido no haberlo sido nunca— la fulmino con la mirada—. Mañana esta situación quedara resuelta.

—¿De que estas hablando?— le preguntó sin entender a que se refería con "situación".

—Mañana lo sabrás. Vas a ir y no pronunciaras ni una sola palabra más

¿Entendido?

—Y ¿si no quiero ir?— le desafío.

—De lo contrario, sabes lo que puede pasar con— le insinuó refiriéndose al niño.

—No— pronunció negando con su cabeza de lado a lado—. Con mi hijo no te atrevas a meterte— le advirtió.

Este solo reía ante el aspecto que había comenzado a tener su nieta. El sabia que le había ganado esa discusión, una más nuevamente. Jamas pensé que su abuelo se metería con lo más sagrado que tiene en su vida, su hijo.

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