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Capítulo 04: Conociendo a 2 psicópatas [Parte I].

Capítulo 04: Conociendo a 2 psicópatas [Parte I].

Martes 3 de octubre de 2017, 9:02am.

        La gente en la ciudad estaba desplegada y circulando por la ciudad que albergaba grandes edificios, torres y un sol opacado por nubes grises. En una linda fuente de ángeles en un parque en el centro de la ciudad se encontraba Red cat caminando con una facha completamente distinta, ropa casual, lentes redondos para la vista que dejaban ver sus ojos verdes, su pelo rubio y largo suelto, y unas bolsas de tela con frutas dentro, Red cat se acerco a un puesto de periódicos que se encontraba en el parque.

        —Buenos días Emilio ¿Cómo estás? —Le hablo Red cat amablemente al viejo Emilio que vendía el periódico.

        —Bien señor Adams ¿Vino por su periódico? —Respondió el viejo con amabilidad y entusiasmo.

        —Vamos Emilio, no seas tan formal llámame Greeb, y si, si vine por mi periódico —respondió Greeb con simpatía.

—Bueno Greeb, aquí está el periódico es el de última hora —respondió Emilio poniendo el periódico en el mesón, Greeb saco un billete de 100 dólares de su bolsillo y los puso en el mesón del puesto de periódicos.

—Muchas gracias —dijo Greeb tomando el periódico y dejando el billete en el mesón.

—Greeb, lo siento pero no tengo cambio hoy —respondió Emilio apenado.

—Tranquilo, me caes bien… quédatelo —respondió Greeb con un sarcasmo no notable, este se volteo y empezó a retirarse con su periódico en mano

—¡Gracias Greeb! —le respondió Emilio con mucha alegría mientras que miraba el billete de 100 dólares—y mi más sentido pésame por la pérdida de su padre, ojala atrapen al responsable.

        —Gracias —respondió Greeb con simpleza y sin mucho interés—ojala lo atrapen.

        Greeb siguió caminando en dirección a una banca pasando entre las personas que pasean por el parque con sus mascotas, familia y parejas.

Greeb se sentó en una banca de madera solitaria al lado de la bella fuente, puso sus bolsas a un lado y comenzó a leer el periódico desde la nota central.

        —Esta madrugada de martes 3 de octubre, la policía se dirigió a la zona oeste de la ciudad al lado de la costa marítima, en un sitio apodado como  “Castillo Punk” este era un sector abandonado en el cual se encontraba alojada la agresiva pandilla, conocida por traficar armas, llamada los Punks, los cuales se proclamaban dueños del urbanismo llamado legítimamente como Costa Martin Luther King, esta pandilla llego hasta el punto de bloquear gran parte del lugar con escombros para que ningún vehículo entrara, la policía se vio forzada a derribar estos escombros para entrar al urbanismo costero, al llegar la policía se encontró con la sorpresa de ver el edificio principal de 6 pisos donde se alojaban miembros de dicha pandilla, destruido y con los cadáveres de los miembros por todas partes, los forenses aun no conocen el aproximado de muertes, ni si el líder de la pandilla está muerto ya que aún se encuentran levantando el derrumbe para ver que se consigue de ayuda para la investigación, se presume que fue derrumbado a causa de un proyectil de alto calibre, en cuanto a los sospechosos algunos rumores especulan que es obra de la pandilla llamada los Dixon, el segundo sospechoso es el conocido Clan del fuego, según recientes teorías del departamento de policía que aun vincula la oleada de asesinatos entre finales del mes pasado e inicios de la primera semana de este mes, pero aun solo son teorías, como ventaja la policía logro arrestar a algunos Punks dispersados por el lugar, con 2 oficiales muriendo en el acto, pero ya la pandilla de los Punks se cree que es historia.

Greeb se levanto de la banca y tomo sus cosas.

        —Creo que ya debería irme, seguiré leyendo esto en el restaurante —comento Greeb en su mente mientras que salía del parque—ese Emilio es un hipócrita igual que todos, como si me interesara su pésame, como si en realidad le importara la muerte de mi padre. Que chistoso ni siquiera noto mi sarcasmo con lo del dinero, que conveniente, su amabilidad surgió después de que me robo.

        Greeb luego de salir del parque, cruzo el semáforo en la gran calle comercial y llena de pantallas con anuncios, y empezó a caminar junto con las demás personas, pasaron los minutos y Greeb luego de su caminata llego a la entrada de un elegante restaurante llamado Candelabrum, el lugar tenía una fuente de leones y mármol blanco en las paredes exteriores, habían solamente automóviles de lujo en el estacionamiento el lugar era simplemente elegante y hermoso, al entrar por la gran puerta de vidrio blindado llego al elegante sitio, este estaba decorado con finas estatuas griegas y hermosas estructuras asimétricas, gente adinerada comiendo platos caros en las finas mesas, en el centro del lugar una mujer tocando el piano junto con un chelista que le acompañaba, haciendo una sinfonía dramática, la barra de bebidas y los camareros bien vestidos sirviendo los platos lo de siempre.

        De momento un chef con cara de terror se aproximo rápidamente a Greeb.

—¡Señor Adams! Alguien lo espera en la cocina —le informo el chef con notable urgencia, además con sudor y temor en su cara.

 Greeb tranquilo le puso la mano en el hombro al chef para tranquilizarlo:

—Cálmate Eric ¿Qué sucede? ¿Quién es?

—No lo sé —respondió el chef  Eric aun alterado—pero, no me da buena pinta, parece uno de esos tipos de la pandilla de motocicletas.

—Entiendo —respondió Greeb comprendiendo la situación—ven, tranquilo, sígueme.

Greeb acompaño al alterado chef Eric a la cocina, al entrar a la gran cocina, Greeb vio a todo el grupo de camareros y cocineros asustados sin hacer nada. Y al final de la extensa y gran cocina un hombre muy cómodo sentado comiendo un salmón rosado, este hombre vestía una chaqueta roja que decía el Clan del fuego, era caucásico de 1.88, calvo y con un montón de feos tatuajes de cuchillos en el rostro y las manos.

—Buenos días ¿Que se le ofrece caballero? —Pregunto Greeb cordialmente,.

 El hombre limpio su  grasienta boca con un pañuelo, soltó los cubiertos, y se levanto mostrando su intimidante altura.

        —Delicioso platillo señor Adams, digno de la calidad de su restaurante —respondió el hombre con alago.

Greeb puso su periódico y sus bolsas en el mesón de la gran cocina, luego de esto pusieron una cara de seriedad absoluta.

—Eric saca a los cocineros de aquí—ordeno Greeb—…déjame a hablar a solas con el señor…

—Dick —interrumpió el hombre completando las palabras de Greeb.

—Sí. El señor Dick, ve Eric, y dile Mary Ann que suba la música, que toque algo más animoso, pero que suene muy alto —ordeno amablemente Greeb al asustado Eric.

—Si señor Adams —respondió Eric llevándose a todos los cocineros y personal de cocina, estos salieron del lugar rápidamente como una estampida de búfalos saliendo de un corral.

En un instante solo quedaban Greeb y Dick cara a cara.

El sonido armónico del piano y el violín resonaron por la cocina dándole drama a la escena.

        —¿Dime qué quieres?… sin muchos rodeos —exigió respuestas Greeb de forma inmediata, y abandonando cualquier cordialidad.

        —O señor Adams… ¿Qué ocurrió con su amabilidad? —pregunto Dick con simpatía esperando respuesta, pero solo vio un rostro serio y una mirada asesina de parte de Greeb.

        —No necesito ser amable contigo.

        Dick sonrió y decidió hablar:

—Como sabrá usted, ya han pasado días desde la triste muerte de su padre, que en paz descanse, suelo recordar que siempre que mis compañeros venían a ofrecerle nuestros servicios de protección para su lindo establecimiento—explico Dick señalando la gran cocina—el siempre actuaba de forma agresiva, pero por bondad mi jefe él nunca me ordeno hacerles daño a el señor Antonio o este lugar, no sé por qué pero… lo impórtate es que su padre ya no está.

—Te dije que sin rodeos, que me extorsiones diplomáticamente no cambia lo que estás haciendo, la intención es la misma —lo interrumpió Greeb con una mirada intensa.

—Está bien señor Adams.

—Sé quién eres, y de dónde vienes ahora… ¿¡Qué quieres!? —Recalco Greeb la pregunta, aun calmado.

Dick se sirvió un vaso con Coñac.

—Vaya señor Adams, jamás me lo imagine tan violento —Dick le dio un trago a su bebida con tranquilidad—que rico esta esté Coñac ¿Sabe qué?

—Diga.

—Seré directo.

—Al fin.

—Cuidar un sitio tan grande y llamativo como este requiere de mucho personal y mucho tiempo y con esta época de constante violencia en la ciudad calculo unos 8… mil dólares, mensuales por nuestros servicios de protección.

Greeb empezó a apretar fuertemente sus manos, mientras que miraba a Dick fijo a los ojos, Dick empezó a beber el Coñac.

—¿Qué dice señor? Si quiere este sitio, protéjalo. Recuerde usted no es su padre, usted no querrá que nadie dañe este lindo lugar, o le haga daño a usted ¿Cierto?

Greeb lo continuaba mirando con ganas de matarlo.

—¿Usted es más inteligente que su padre? ¿Verdad? —Pregunto Dick mientras que reía con gracia.

 Greeb comenzó a reír incesantemente y a tirar carcajadas, Dick extrañado por la conducta de Greeb empezó a reír también.

        —Tienes razón yo no soy como mi padre —respondió Greeb con una sonrisa.

        Dick reía junto con Greeb, y por un instante ambos se mantuvieron risueños y contentos entre sí.

—¿Hacemos negocios? —Pregunto Dick con una sensación de victoria notable.

 Greeb se acerco a Dick y le extendió la mano derecha y ambos empezaron a estrechar manos, de repente Greeb le empezó a apretar la mano con demasiada fuerza mientras sonreía.

        —Yo soy peor que mi padre —dijo Greeb con una sonrisa ruin y al instante tomo un cuchillo de cocina del mesón y se lo clavo a Dick directo en el hueso de la cadera, Dick se tiro al suelo gritando adolorido, Greeb le dio una patada al cuchillo enterrándoselo completamente en el hueso y nervios de la cadera.

        —¡Jodete maldito! ¡Te voy a matar! —Grito Dick adolorido y furioso con intentos de levantarse, pero el terrible dolor se lo impedía.

        Greeb camino por la cocina con tranquilidad  y tomo un cuchillo de carnicero del mesón, mientras Dick lo maldecía e insultaba, Greeb se regreso y le dio una fuerte patada a Dick en las costillas, Dick no paraba de maldecir y gritar, Greeb se agacho, lo miro al rostro y le pregunto con un rostro frívolo y una media sonrisa:

        —¿Pensabas que dabas miedo cierto?... Pues déjame decirte algo… yo doy mucho, pero mucho miedo.

        Greeb le puso el cuchillo de carnicero en la boca con intención de cortar, Dick empezó a gritar, balbucear y agitarse, mientras que sus gritos eran opacados por la sinfonía del piano y el violín.

        —Y tú ahora serás parte de mi nuevo proyecto —le explico Greeb mientras le apuntaba a Dick con el cuchillo.

Minutos después, Greeb va hacia donde está el personal de cocina esperándolo.

—Ya pueden regresar, solucione las cosas con el señor Dick.

El personal se fue de vuelta a la cocina de vuelta, Eric curioso se le quedo viendo a Greeb.

—Señor ¿Adams que paso con el tipo?

—Se fue Eric… se fue para siempre je, je —respondió Greeb calmado y riendo.

—Je, je, si para siempre —respondió Eric sonriendo como si nada, pero en el fondo no podía evitar sentirse algo asustado por estas palabras.

—Por cierto… no dejes que nadie entre al congelador la puerta esta averiada y no me gustaría que nadie quedara atrapado —explico Greeb con tranquilidad y una sonrisa en el rostro—¿Okey?

—Si señor Adams, claro —respondió Eric rápidamente con una extraña sensación de escalofríos en su cuerpo.

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